El auge de los sitios personales en Internet o weblogs es una nueva modalidad que día a día tiene más adeptos en el ciberespacio. La moda de consultar o difundir opiniones personales o bitácoras es un hábito que ya alcanza a más de siete millones en el mundo.
Más allá de las cifras, estos modestos textos colgados en el aire se han convertido en formas de acitivismo de seguimiento millonario, en ojos alternativos en acontecimientos internacionales, en «ideas que surgen de abajo a arriba y socavan las jerarquías tradicionales», según publica el diario español ABC.
Se treta de difundir una mirada distinta o particular sobre determinados temas de interés general que se abordan desde sitios personalizados de Internet.
Pero la tendencia marca que más allá de la consulta personal se este extendiendo la modalidad de grupos de afinidad sobre determinado weblogs que se reúnen para debatir sobre el tema de día planteado en la Web.
La «explosión blog» toca todas las teclas. Un día supimos que un ciudadano iraquí de veintinueve años, Salam Pax, narraba en directo la vida bajo el fuego en Bagdad. Hace poco más de un mes, cuando se desgarró la tierra en Asia, un blog canalizó y organizó las actuaciones de emergencia. Más de dos millones de personas visitaron esta página en unos días: http://tsunamihelp.blogspot.com.
Según José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra, «el boom de los diarios personales llegó de la mano de las soluciones de software para editar y publicar bitácoras, muy especialmente de Blogger, desde finales de 1999. Orihuela, que recibe cada día dos mil visitas en www.ecuaderno.com, reconoce que vive «bajo el síndrome del próximo post», de la siguiente anotación que pueda compartir con sus alumnos o sus lectores. Ecuaderno es una referencia entre las bitácoras escritas en español, unas cuarenta mil, una gota de agua en el océano del inglés.
Entre los casi siete millones de blogs hay de todo. Quinceañeros taciturnos porque su chica no les ha enviado un sms; fanáticos de la tecnología, capaces de dedicar una bitácora seguidísima a un teléfono, profesores o profesionales en busca «de un cierto liderazgo intelectual» que fortalezca su curriculum y que les sirva de escaparate, y periodistas, muchos periodistas.
«El poder de publicar se extiende a los lectores, y los medios tradicionales pierden el privilegio de ser los intermediarios exclusivos en los procesos de comunicación pública -explica el profesor Orihuela-. Cuando los usuarios de los medios se convierten en suministradores de contenido y en críticos del sistema mediático, entonces el concepto y las funciones de los medios tradicionales y del periodismo se enfrentan a un cambio radical. Con diversas denominaciones, el movimiento We Media, medios participativos o periodismo participativo, revela que se impone un modo más plural y diverso de concebir la gestión de la información pública, que ya no está exclusivamente mediatizada por el sistema de medios tradicional».
Algunos periódicos, sobre todo franceses, incluyen en sus ediciones en Internet los blogs de sus periodistas o de otros «redactores» invitados, que alientan curiosos duelos: el diario de un activista de Porto Alegre frente al de un visitante de Davos, por ejemplo.
La reunión del Instituo de Empresa está llena de «teckis» en busca de aplicaciones económicas de los blogs.
A veces, es insultantemente difícil: una lista nutrida de «bloggers» han sido despedidos en Estados Unidos por colgar en su diario ideas o imágenes que sus empresas consideraron inadecuadas, entre ellos la conocida autora de este diario:
http://queenofsky.journalspace.com, casi un símbolo. Y es que, como afirma el profesor Orihuela, «la sociedad civil sigue estando muy por delante de los partidos, de los medios y del Gobierno en la apropiación de la Red como canal de comunicación».