Su nombre es Kitty Spencer y es la sobrina de Diana de Gales. De bajo perfil, por mucho tiempo escapó del escrutinio público, pero poco a poco hizo su propio camino en el mundo de las pasarelas y así logró deslumbrar a las firmas de lujo que la eligen para sus desfiles.
Hija del hermano de Lady Di, el conde Charles Spencer, y de la modelo Victoria Lockwood, no sorprende que haya heredado la belleza que sobra en las mujeres de su familia. A pesar de que sus padres quisieron mantenerla fuera del foco público, la joven de 27 años captó la atención del público durante una de sus visitas a Inglaterra, ya que, a pesar de haber nacido allí, se mudó cuando apenas tenía tan sólo seis años a Sudáfrica, donde permaneció aún tras el divorcio de sus padres.
Sin embargo, a pesar de vivir al margen de la realeza británica, la joven apareció en dos eventos oficiales de la familia real: en 1997 para el memorial de los diez años de la muerte de su tía, la princesa Diana, y en 2011 para la boda de su primo, el príncipe William. Además, cuando creció logró desenvolverse con soltura entre los círculos más íntimos de los aristócratas británicos.
Su primera portada la protagonizó junto a su madre para una revista pequeña. Hoy reúne más de 63 mil seguidores en Instagram, que son testigos constantes de sus viajes por el mundo, así como también del amor por la naturaleza que transmite en sus fotografías.
Pronto los medios británicos comenzaron a encontrar similitudes entre la bella joven y su fallecida tía, un ícono de la moda: su cabellera, sus ojos claros, el estilo de su guardarropas, entre otros aspectos.
Hoy modela para marcas de lujo como Dolce&Gabbana, Dior y es tapa en las mejores revistas.
Estudió Ciencias Políticas, Historia del Arte y Psicología, pero dejó la vida académica atrás para abocarse cien por ciento a la moda y a compartir su carrera a través de las redes sociales. También es activista y embajadora de una organización que colabora con soldados y veteranos.
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