El baño es uno de los espacios más íntimos del hogar y, a la vez, uno de los más propicios para la propagación de enfermedades. Aunque compartir artículos de uso diario como toallas, cepillos de dientes o maquinitas de afeitar parece inofensivo, este gesto cotidiano esconde un riesgo que suele pasar inadvertido.
Diversos estudios advierten que, tras esa rutina aparentemente inocente, pueden acechar bacterias, virus y hongos capaces de sobrevivir durante largos periodos en las superficies del baño.
Riesgos asociados al uso compartido de artículos de baño
Expertos advierten que compartir artículos de baño de uso diario, como toallas, cepillos de dientes y máquinas de afeitar, incrementa el riesgo de infecciones incluso en el ámbito doméstico. Según la especialista Thea van de Mortel, de la Universidad Griffith, citada por Study Finds, estos objetos pueden alojar bacterias, virus y hongos capaces de sobrevivir desde horas hasta años en distintas superficies del baño.
La evidencia científica recopilada por Study Finds demuestra que numerosos patógenos conservan su viabilidad en telas, plásticos y metales presentes en los cuartos de baño. El hongo Aspergillus sobrevive más de un mes en tejidos y plásticos, determinadas bacterias persisten durante años y varios virus resisten desde horas hasta meses en superficies como cerámica o metal.
Van de Mortel explica que, aunque no existen ensayos clínicos que midan el riesgo exacto de compartir estos artículos, diversos estudios de observación y registros de brotes documentados alertan sobre esta vía de transmisión.
1- El caso de las toallas y los deportistas
El peligro de compartir toallas resulta especialmente relevante en entornos deportivos y familiares. Un estudio citado por Study Finds describe un brote de infecciones por Staphylococcus aureus resistente a antibióticos en estudiantes de fútbol americano en Estados Unidos.
Los deportistas que compartían toalla tenían ocho veces más probabilidades de contraer la infección. Este microorganismo puede provocar impétigo y otras lesiones cutáneas, así como afecciones graves como el shock séptico.
La humedad y el calor del baño potencian la proliferación microbiana; incluso tras la ducha, la piel no queda libre de microorganismos. Van de Mortel advierte que, si una persona porta una cepa resistente a antibióticos, el tratamiento de la infección se complica y encarece.
2- de dientes: un vector para virus y bacterias
En cuanto a los cepillos de dientes, la investigación subraya el riesgo de transmisión de virus a través de restos de sangre y saliva. Compartir este artículo puede facilitar el contagio de hepatitis C, el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), que causa herpes labial, y el virus de Epstein-Barr, responsable de la mononucleosis infecciosa.
Una revisión citada por Study Finds indica que numerosos cepillos de dientes están contaminados con bacterias como estafilococos, E. coli, Pseudomonas y con el VHS-1 en cantidades suficientes para causar infección. El virus puede permanecer viable entre dos y seis días en las superficies plásticas de los cepillos.
3- Máquinas de afeitar y transmisión sanguínea de patógenos
Respecto a las maquinitas de afeitar, la principal preocupación radica en el riesgo de minicortes, que facilitan la entrada de patógenos y la transmisión sanguínea de virus.
Estos objetos también pueden propagar el virus del papiloma humano (VPH), causante de verrugas. Por este motivo, los dermatólogos recomiendan —según recoge Study Finds— que cada persona utilice sus propios artículos de higiene personal, incluida la maquinita de afeitar.
Grupos de riesgo
Ciertos colectivos requieren especial precaución ante el uso compartido de estos artículos. El riesgo aumenta en personas con cortes o raspaduras, adultos mayores con defensas disminuidas, pacientes sometidos a tratamientos inmunosupresores y quienes padecen diabetes tipo dos, ya que estas condiciones dificultan la respuesta frente a las infecciones.
A pesar de que el riesgo puntual de infección es bajo para la mayoría y la convivencia implica cierta exposición a microorganismos habituales, la recomendación de los expertos es contundente, sobre todo para los grupos vulnerables.
Van de Mortel resalta que mantener hábitos de higiene individual resulta esencial para disminuir las complicaciones derivadas de infecciones transmitidas por artículos de uso común en el baño. Evitar compartir artículos de baño usados constituye una medida sencilla y eficaz para proteger la salud de todos.