Vacaciones con hijos, un trabajo de 24 horas: ¿es posible descansar con niños?

Suele decirse que los padres durante su jornada laboral "descansan" de todo lo que implica la vida con hijos pequeños: demanda de atención continua, peleas entre hermanos y muchas veces no tener tiempo ni para una ducha en soledad. ¿Son las vacaciones la oportunidad para relajar la rutina y disfrutar o más bien todo lo contrario? La opinión de especialistas

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Los chicos reclaman atención; las vacaciones son un momento particular en el que cuentan con sus papás todo el día (Getty)
Los chicos reclaman atención; las vacaciones son un momento particular en el que cuentan con sus papás todo el día (Getty)

Llega el momento esperado por todos en casa: las vacaciones son un hecho. Se eligió un destino kids friendly para que los más chicos de la familia disfruten y se entretengan. Madre y padre se tomaron unos días en el trabajo y se predisponen a compartirlos con los hijos, que durante el año demandan -siempre más- tiempo de juego y ocio.

Pero suele escucharse que, al regreso, muchos adultos reclaman "vacaciones de las vacaciones". "Ahora necesito dejarles a los nenes un fin de semana a los abuelos para reponerme", es el pedido desesperado de más de un padre luego de pasar unos días en familia.

¿Es que es imposible descansar cuando se vive en un régimen de 24 x 7 a cargo de los hijos? ¿La cosa es peor cuanto más pequeños son? ¿Es posible mediar entre las necesidades del adulto (de acostarse a leer un libro, por ejemplo) y las de los niños que reclaman atención permanente? ¿Hay espacio para la intimidad? Sobre todo eso Infobae consultó a dos especialistas, para que los que aún no se tomaron vacaciones lean, impriman y lleven en el bolso de mano.

Las vacaciones están para disfrutar de descansar de todos los cronogramas, de los tiempos pautados

"Creo que se puede descansar cuando se convive con hijos pequeños. La pauta debería ser disfrutar, poder estar más tiempo con los chicos y disfrutar de dormir hasta más tarde, de no tener horarios fijos, vivir ese momento como un momento de reencuentro en el que la familia tiene la posibilidad de disfrutarse mutuamente". Para la licenciada en Psicología María Laura Santellán (MN 18841), "tomar las vacaciones como un espacio sin una rutina tan marcada, de disfrute del ocio y de entender que el ocio no tiene por qué estar tan pautado ayuda a que se viva con menos estrés, por ejemplo, el horario para retirarse de la playa, el baño diario, las comidas, y así todo fluye y la familia en su totalidad puede disfrutar de tiempo no pautado y eso resulta crucial para que todos disfruten".

Según la psicoterapeuta cognitiva, docente de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), "las vacaciones están para disfrutar de descansar de todos los cronogramas, de los tiempos pautados, por lo tanto establecer vacaciones sin tanta exigencia es la base para que todos descansen".

Para disfrutar con los hijos en vacaciones hay que primero saber disfrutar con ellos los fines de semana a lo largo de todo el año (Getty)
Para disfrutar con los hijos en vacaciones hay que primero saber disfrutar con ellos los fines de semana a lo largo de todo el año (Getty)

En tanto la médica psicoanalista y presidente de APA, Claudia Borensztejn (MN 51671), consideró que "el placer también tiene que ver con una rutina, con ir a la playa temprano para no exponerse al sol en los horarios que no está recomendado. Por supuesto que sin la rigidez de tener que acostarse temprano para ir al colegio, pero sí de descansar para poder disfrutar".

Para ella, "las vacaciones no son algo aislado de la forma de vida de una familia a lo largo del año: si una familia logra tener un ritmo, un lugar para los chicos, un espacio para dedicarles a ellos, si es capaz de crear un espacio de armonía (eso dependerá de las edades, ya que un bebé no es lo mismo que hijos en edad de jugar, que por más que siempre necesiten la mirada atenta de los padres son más independientes), el descanso es posible".

"Los hábitos de una familia durante el año inciden en que una familia logre descansar con sus hijos, porque para disfrutar con los hijos en vacaciones hay que primero saber disfrutar con ellos los fines de semana a lo largo de todo el año -observó la especialista-. Para eso tiene que haber un cierto orden, armonía y buen clima de crianza, que no se inventa en las vacaciones".

Las vacaciones no son igual a caos, son un momento donde lo pautado se vuelve más laxo y el patrón es disfrutar y descansar

Borensztejn analizó lo que para ella es un fenómeno cultural "muy de esta época", que tiene que ver con que "para los adultos es muy difícil hacerles entender a los chicos que hay un espacio para ellos, y eso lleva a que los padres no logren tener un espacio propio y pareciera que todo debe estar dedicado a los niños". "Y en ese sentido somos como niños que proyectamos en ellos toda la dedicación que queremos tener para nosotros -observó-. Es importante que en las vacaciones haya un tiempo para estar juntos, para dedicarse completamente al chico, jugar con él, y luego que haya un espacio en el que mamá y papá puedan estar conversando, leyendo un libro, sin interrupciones".

"Los chicos reclaman atención porque las vacaciones son un momento particular en el que cuentan con sus papás todo el día y si todos se permiten vivirlo más fluidamente en cuanto a las exigencias, seguramente todos encuentren un momento de ocio, de descanso", consideró Santellán, para quien "eso de pautar muchas actividades durante las vacaciones es contraproducente". "Creo que hasta la vida social debería ser menos pautada, porque cuando se organizan mucho los encuentros hace que todo se vuelva más exigido, y cuando se acotan las exigencias todos encuentran su momento para descansar".

Los hábitos durante el año inciden en que una familia logre descansar con sus hijos (Getty)
Los hábitos durante el año inciden en que una familia logre descansar con sus hijos (Getty)

En ese sentido, para la especialista, no es es recomendable mantener horarios y rutinas. "Las vacaciones son el único momento del año en que todo puede relajarse y que eso no signifique caos. Las vacaciones no son igual a caos, las vacaciones son un momento donde lo pautado se vuelve más laxo y el patrón es disfrutar y descansar. No creo que deban seguirse las rutinas, no son necesarias; las vacaciones no están para estar pautadas", destacó.

¿Y la intimidad de la pareja?

"Cuando existe la intimidad en la pareja, la pareja la defiende. La intimidad tiene que defenderla la pareja, no sólo en las vacaciones, sino en la vida cotidiana, y si una pareja deja que su intimidad sea avasallada por los hijos, dejará de ser una pareja de esposos, amantes, compañeros para convertirse únicamente en una pareja de padres". El análisis de situación de Borensztejn puso de manifiesto que la ma/paternidad es uno de los roles que tienen ese hombre y esa mujer, "pero deben preservar los otros, en vacaciones y fuera de ellas".

Lo que más perturba la vida de pareja no es no encontrar momentos, sino que esa pareja no esté conectada, no converse, no charle

Para Santellán, "los momentos de intimidad con la pareja surgen solos con el estado de bienestar". "Lo que más perturba la vida de pareja no es no encontrar momentos, sino que esa pareja no esté conectada, no converse, no charle; cuando estas cosas suceden -y las vacaciones son un buen momento para que eso suceda- es muy factible que encuentren el momento para la intimidad", aseguró.

Con más o menos rutina, más o menos estructura, según lo permitan las "manías" propias y ajenas, el tiempo de descanso ofrece tantas alternativas como familias se dispongan a vivirlo. Claro está que la llegada de los hijos representa un antes y un después en la vida de la pareja. Y si la expectativa está puesta en descansar como cuando no se era madre/padre, la frustración podría ser muy fuerte.

La clave parece estar en tener presente la coyuntura del momento y centrarse en disfrutar. Bajar la vara de las "vacaciones ideales", poner el foco en que todos puedan gozar de los días en familia y recordar que la felicidad está hecha de pequeños momentos podría ser un buen primer paso.

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