La desafortunada vida de Sandy en la Argentina: sufrió la crisis del 2001, le robaron sus piernas ortopédicas y terminó casi en la miseria

El popular narrador de chistes, que hizo frecuentes visitas a Chile con gran éxito, perdió las dos piernas debido a su avanzada diabetes y atravesó una dura situación económica

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Sandy vivió 48 años en la Argentina

Caracterizado por ser un humorista que supo convertir sus chistes en piezas tan legendarias que se ganaron el grito del público, Alejandro Hangano Cassab – más conocido como el Gran Sandy fue el enorme artista, cuya figura era elegante, que se paraba frente a un micrófono y se paseaba por festivales y programas familiares para hacer reír a todos.

Sandy había nacido en Bolivia el 23 de octubre de 1937 y de él quedan recuerdos interesantes. Su carrera comenzó en 1957 como animador de eventos, aunque sus mayores éxitos como humorista los alcanzó en la década de los 90, donde presentó su espectáculo en varios países del continente. Radicado en Argentina durante 48 años, la diabetes que heredó de su madre comenzó a complicar su vida hasta el punto de tener que amputarle las piernas. Aún con esa discapacidad, siguió brindando risa a sus seguidores, incluso burlándose de su propia condición física.

(Video: Sandy en el Festival de Viña del Mar, año 1993)

Representante del denominado humor blanco, chistes donde predominaba el ingenio, el absurdo y el prejuicio por sobre la grosería y el doble sentido. Tampoco era un humor inofensivo. Si hoy viviera, Sandy sería duramente cuestionado en redes sociales por sus rutinas en las que se burlaba de gallegos, argentinos, huasos, borrachos, mexicanos, curas, judíos, tartamudos y gangosos.

En 1993, en el Festival de Viña del Mar, su presentación fue un éxito tan grande que obligó a Sandy a repetir esa rutina dos días después en el mismo escenario. Ese sería el inicio de una carrera que llevaría a la tan ansiada fama, pero su vuelta a la Quinta Vergara no sería hasta el año 1999. Esta vez, llegaba como un humorista consagrado.

Un año más tarde, Sandy retornaba a Viña, con un aspecto bastante más desaliñado y con muletas, producto del deterioro causado por la diabetes que padecía. A diferencia del año anterior, el boliviano se llevó la gaviota sin tener que recurrir a sus clásicos chistes, pero en realidad, todos lo estaban esperando. Y él los volvió a contar y causó un momento histórico en el festival: el público lo aplaudió de pié y coreo como nunca su nombre.

(Video: Sandy en el Festival de Viña del Mar, año 1999)

El artista encontró en Argentina ese lugar que su propia patria no supo darle. Durante la fuerte crisis del 2001 que atravesó nuestro país, el humorista como muchos otros compatriotas perdieron todos sus ahorros depositados en los bancos, viéndose totalmente pobre sin poder disponer de lo todo lo que había ganado en tantos años de trabajo.

Esta situación provocó un deterioro importante en su salud y en el bienestar personal al que se le sumó un hecho increíble: el robo de sus piernas ortopédicas. El humorista calvo había sido asaltado mientras se dirigía junto a su esposa a realizar un show. Cuatro hombres armados interceptaron al auto en el que viajaban y, tras amenazarlos con armas de fuego, se las quitaron, que tiempo atrás le habían donado en el Teletón en Chile. Las mismas estaban valuadas en 10 mil dólares.

Tras conocerse el hecho, la ayuda no se hizo esperar. La Comunidad Boliviana radicada en la Argentina, a través de sus diferentes medios de comunicación, se propusieron organizar recolectas mediante eventos artísticos.

(Video: Sandy en el Festival de Viña del Mar, año 2000)

Pero todo seguía de mal en peor para Sandy: a comienzos del año 2004, sus fanáticos lo reconocieron en la calle mientras pedía limosna. Ese llamado de atención, hizo que sus amigos chilenos lo convocaran otra vez en su país. En 2004, él decidió mudarse y nuevamente se presentó con gran éxito en la jornada inaugural del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, lo que le permitió recobrar su popularidad y ganarse de nuevo la vida en los escenarios. Ese fue su último show.

Su deceso se produjo el 23 de abril de 2005. Sufrió un paro cardíaco en su residencia del barrio de Balvanera, donde se encontraba de visita. Había llegado para proveerse de medicamentos porque en Chile eran demasiado caros para comprarlos.

El Gran Sandy, tenía 67 años y había desparramado su humor en cientos de escenarios de América Latina en los que fue ovacionado y se ganó el cariño de la gente gracias a su talento para contar chistes, imitar acentos de distintas nacionalidades e interpretar canciones en diversos idiomas. Dueño de un carisma pocas veces visto, fue el comediante boliviano más prestigioso y más querido en el exterior.

(Video: Sandy en el Festival de Viña del Mar, año 2004)

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