Violeta Urtizberea y Juan Ingaramo en la playa: días de sol y juegos con su hija Lila

La actriz retrató escenas de descanso y ternura en familia, en una serie de postales que reflejan la felicidad simple de un verano en la costa de Chapadmalal. La historia de la pareja

Violeta Urtizberea y su hija disfrutan del mar junto a Juan Ingaramo (Video: Instagram)

El sol de Chapadmalal se cuela entre las ramas y acaricia la arena tibia. Allí, entre la brisa del Atlántico y el rumor de las olas, Violeta Urtizberea y Juan Ingaramo disfrutan de un presente luminoso junto a su hija Lila. La actriz compartió en las últimas horas una serie de imágenes que capturan la intimidad y la sencillez de unas vacaciones en familia, y con ellas, se abre la puerta a una historia de amor que lleva más de una década tejiéndose con paciencia y destino.

En las fotos, la actriz aparece relajada sobre la arena, luciendo un bikini negro con detalles celestes, el cabello húmedo y unas gafas de sol que reflejan la claridad de la tarde. Un poco más allá, la vegetación baja enmarca la escena y el cielo azul parece no tener fin. Es la postal de una felicidad serena, lejos de los flashes y el bullicio de la ciudad.

Junto a la piscina de una casa moderna, el cantante aparece en otra imagen. De pie, con el torso desnudo y una malla negra, conversa por teléfono. Sobre la foto, la palabra “puf” y el emoji de fuego agregan un toque de humor y admiración. La sombra de la pérgola dibuja líneas sobre el suelo y la piel, y el verde de los arbustos refuerza la sensación de refugio. El arroba @juaningaramo deja claro que aquí, la complicidad es absoluta y la mirada de quien retrata es la de alguien que conoce cada gesto.

Read more!
Una de las imágenes de Juan Ingaramo compartidas por Violeta Urtizberea (Instagram)

Pero hay una imagen que resume el todo: Violeta Urtizberea y Lila caminan juntas de espaldas hacia el mar. Madre e hija, tomadas de la mano, los pies descalzos en la arena, avanzan hacia la rompiente. Lila, con el cabello recogido en dos rodetes y vestida con un short azul y remera negra, parece flotar en la infancia. ¿Cuántos veranos caben en una caminata así? ¿Cuántos recuerdos se siembran en la arena cuando el mar espera adelante? La ubicación, Chapadmalal, se destaca en la imagen, sellando el momento y el lugar.

Detrás de estas fotos, hay una historia que empezó mucho antes de este presente. Juan Ingaramo y Violeta Urtizberea llevan poco más de diez años juntos, pero el primer destello de atracción surgió tiempo antes de que se animaran a ser pareja. El músico, nacido en Córdoba, lo contó hace unos meses durante una visita al canal de streaming Bondi ¿Cómo empezó todo? “A Viole la fui a ver al teatro, con un amigo actor también. Ella me sonaba de la tele. Y ella me llamó la atención de entrada... Aparte era una obra muy linda, en la que ella salía muy ligera de ropa y todo”, recordó sobre aquellos primeros encuentros en la obra Isósceles.

La historia continuó después de la función, cuando el grupo fue a comer. “Yo le hice saber a él –mi amigo– que ella me gustaba. Y él me dijo: ‘Ah, ella me dijo lo mismo de vos’. Pero yo fui muy respetuoso, porque ella tenía novio en ese momento así que yo no hice nada”, reveló el cantante. La paciencia, el respeto, el tiempo: ingredientes poco frecuentes en los relatos de amor a primera vista. Ingaramo supo esperar. “Cuando me enteré al tiempo que se separó, le mandé un mensajito por Facebook y la invité a merendar”. La respuesta de Violeta Urtizberea llegó con complicidad: “Ella me dijo: ‘Dale, re... Digámosle a Juli’, que era mi amigo. Me metió un tercero ahí”, evocó entre risas.

Violeta Urtizberea disfruta de unos días de descanso en familia (Instagram)

El primer encuentro fuera del teatro y sin terceros, el que marcaría el inicio de la historia compartida, sucedió un 14 de febrero, Día de los Enamorados. “Ese encuentro fue un 14 de febrero. Así que la verdad que sí, que era el destino, como dicen”, admitió Ingaramo. Desde entonces, el tiempo hizo su trabajo. La familia creció y en septiembre de 2019 nació Lila, la síntesis de ese recorrido paciente, la evidencia de que el destino se hace realidad a fuerza de pequeños pasos.

Hoy, las imágenes de Chapadmalal son el retrato de ese presente. El mar, el sol, la arena y los juegos de una niña que corre hacia el agua. Los gestos cotidianos de una pareja que aprendió a esperar y a elegir cada día el camino en común. El amor en estado simple, sin artificios, solo la celebración de un momento que se sabe único y de una memoria familiar que crece con cada verano compartido.

Read more!