La faceta desconocida de Francis Mallmann: creatividad lejos de los fuegos y cerca de la costura

El reconocido chef sorprendió a sus seguidores al compartir en redes sociales su pasión por una actividad artesanal que cultiva desde la adolescencia

Francis mostró su pasión con la costura en un posteo en redes (Instagram)

Francis Mallmann sorprendió a sus seguidores al mostrar en redes sociales una faceta hasta ahora desconocida: la de costurero y creador de prendas vintage. Alejado momentáneamente de su imagen pública como chef y referente de la gastronomía internacional, Mallmann se dejó ver en la intimidad de su hogar, rodeado de hilos, telas y jeans intervenidos a mano, y reveló una pasión artesanal que cultivó desde la adolescencia.

En la imagen que compartió, Mallmann apareció sentado en un amplio sofá, con una aguja en la mano y rodeado de jeans decorados con parches de colores y texturas diversas. Al fondo, una biblioteca antigua y muebles de estilo rústico reforzaron el ambiente cálido y creativo del espacio. Sobre la mesa y el respaldo del sofá dispuso ovillos de hilo, retazos de género, bolsos y prendas personalizadas, mientras en la pared colgó una chaqueta de mezclilla intervenida y un short decorado con la misma técnica. “Cosiendo mis jeans. En venta Uruguay”, fue todo lo que escribió en el pie de foto, abriendo la puerta a una veta artística y comercial poco conocida de su perfil hasta el momento.

Este proyecto artesanal tuvo un marco especial en Pueblo Garzón, Uruguay, donde sus hijas, Ambar y Allegra, inauguraron su propia tienda, Carmen. Allí, además de ofrecer distintas piezas seleccionadas, exhibieron los jeans de parches vintage que Francis confeccionaba desde los 13 años, una afición que combinó el reciclaje textil con la creatividad y el amor por los procesos manuales. La propuesta, que unió generaciones y saberes, sumó así un nuevo atractivo a la oferta cultural y de diseño de uno de los rincones más exclusivos del Uruguay rural.

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Francis descubrió su amor por la costura durante la adolescencia (Christophe SIMON / AFP)

El gesto de Mallmann de compartir ese costado personal y artesanal no solo reveló una actividad íntima y lúdica, sino que también puso en valor el trabajo a mano, la reutilización y la búsqueda de identidad en la vestimenta. Sus jeans, intervenidos con parches de telas estampadas y detalles únicos, se transformaron en piezas de autor, con historia y una estética que remitió tanto a la tradición como a la reinvención constante. La tienda de sus hijas se convirtió así en una plataforma para celebrar el arte familiar y ofrecer a visitantes y locales la posibilidad de llevarse un objeto impregnado de tiempo, memoria y dedicación.

La iniciativa despertó curiosidad y admiración, mostrando a Francis Mallmann en un rol inesperado, donde la cocina cedió el protagonismo a las agujas, los retazos y la paciencia de quien entiende que el valor de lo hecho a mano reside en la huella de quien lo crea. De este modo, el chef sumó una nueva página a su historia, abriendo su universo creativo y personal a través de los hilos y los parches, y acercando su legado a nuevas generaciones desde el corazón de Pueblo Garzón. La respuesta positiva de sus seguidores y la difusión del proyecto demostró que la autenticidad y la dedicación pueden cruzar las fronteras de cualquier disciplina, inspirando a otros a explorar pasiones ocultas y a celebrar el arte de lo artesanal en todas sus formas.

La incursión de Francis Mallmann en el mundo de la costura y el diseño artesanal mostró que detrás de la figura pública del chef existe un creador inquieto, capaz de tender puentes entre generaciones y de celebrar el valor de lo hecho a mano. Su apuesta por compartir este costado íntimo y familiar no solo enriqueció su propio universo, sino que también invitó a repensar la importancia de los procesos creativos, el legado y la autenticidad, demostrando que los pequeños gestos y pasiones personales pueden dejar, al igual que sus recetas, una huella perdurable.

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