Eran una de las parejas a observar en el mundo de las redes y se hicieron esperar. En ese scrolleo constante en búsqueda de fotos y videos típico de cualquier celebración grande, los seguidores y, por qué no, también detractores, de la China Suárez y Mauro Icardi transitaron la fiesta de Navidad con cierta desolación.
Es que durante horas y horas fueron en búsqueda de looks, decoración, menú y más detalles para saber cómo había sido el festejo. Pero tuvieron que esperar hasta ya entrada la tarde, cuando la actriz y el futbolista activaron el wifi y comenzaron con las publicaciones.
Apenas unos minutos después de que lo hiciera Eugenia, Mauro mostró su propia versión de los festejos. Y la expectativa radicaba en el reencuentro con sus hijas, fruto de su relación con Wanda Nara, luego de un tiempo sin verlas. El fallo judicial que le permitió que estuvieran juntos en Navidad amagó con plantear un nuevo escenario de conflicto que todavía se mantiene a resguardo. La conductora celebró en Punta del Este con Valentino, Constantino y Benedicto, los hijos que tuvo con Maxi López, y el resto de su familia, mientras que Icardi pasó con las niñas, parte del círculo íntimo de la China, incluyendo a sus tres hijos.
En la publicación en su feed de Instagram, donde tiene más de 14 millones de seguidores, Icardi mostró las mejores postales de la noche. En una serie de videos, reflejó la impactante decoración de la conocida como “casa de los sueños”, esa en la que había imaginado su futuro con Wanda Nara y que se convirtió en su residencia temporaria cada vez que viene al país. Desde las guirnaldas navideñas reposando en las rejas de entrada hasta el camino empedrado iluminado solo con el sol del atardecer, el rosarino dejó ver el amplio hall de la mansión, con el imponente árbol como guardián de la velada.
Una vez adentro, el turno de las fotos. Con la China claro, primero de frente y luego de perfil para rubricar un amor que ya lleva un año. Ella con un vestido floral y acampanado y una flor blanca en el cabello, él con camisa blanca -casi un dresscode obligatorio para las celebrities- y pantalón oscuro. De fondo, el árbol mostraba cartas manuscritas de los pequeños posando en sus ramas, y una decoración monocromática de bolas rojas, una combinación que se repetía en la guirnalda que bajaba agarrada a la baranda de la escalera.
Y también hubo lugar para posar con las niñas, con quienes se reencontró luego de un mes y medio, y quienes están cada vez menos expuestas en las redes, tanto por él como por su madre. La mayor lució un vestido negro y botas altas, en una línea similar a la de Rufina, la hija de la China y Nicolás Cabré. Por su parte, la menor optó por un vestido de paillettes color plateado y sandalias color piel.
“Feliz Navidad” escribió el rosarino -junto a los emojis del arbolito, Papá Noel y un corazón rojo- como única descripción para la publicación que enseguida se multiplicó en “me gusta” y reacciones positivas que llegaron desde Argentina a Turquía, donde es ídolo. Y en esa frase simple se refleja la sonrisa que lo acompaña en todas las fotos. Como queriendo atesorar cada instante, antes del inminente regreso a Estambul para sumarse al Galatasaray. Y empezar a contar los días para el siguiente reencuentro.