Protegerse de los peligros de internet no necesita de un profundo conocimiento técnico o programas complejos. Los computadores cuentan con herramientas de protección, que son básicos para tener un sistema de seguridad que se complemente con buenos hábitos de uso.
Se trata del firewall. Esta función, comparable a una fortaleza digital, cumple un rol fundamental en la protección frente a amenazas externas que circulan en la red.
Qué es un firewall y cómo protege tu red
El firewall actúa como un dispositivo o software de seguridad que supervisa, filtra y regula el tráfico de datos que entra y sale de una red. En términos sencillos, se ubica entre tu conexión a internet y tus dispositivos, estableciendo una serie de reglas para determinar qué datos pueden pasar y cuáles deben bloquearse.
Así, se forma una barrera eficaz entre el espacio confiable de tu red privada (por ejemplo, tu casa) y el entorno incierto que representa internet.
La función principal de un firewall consiste en evitar que actores maliciosos —piratas informáticos, bots, programas peligrosos— logren acceder a tu red o roben información sensible. Si no se cuenta con un firewall activo y correctamente configurado, cualquier persona puede intentar conectarse a tu red y poner en riesgo tus datos.
De esta manera, el firewall detiene ataques antes de que lleguen a tu computadora y también bloquea la salida de información no autorizada, impidiendo, por ejemplo, que software espía envíe tus datos fuera de tu red.
Los firewalls pueden tener forma de programas (firewall de software), dispositivos físicos (firewall de hardware) o incluso servicios en la nube (FWaaS). Independientemente de su formato, todos se apoyan en reglas predeterminadas que determinan qué tipos de conexión y contenido están permitidos o prohibidos.
Cómo configurar el firewall en el computador
La buena noticia es que no hace falta ser un experto para comenzar a protegerse con un firewall. Los principales sistemas operativos —Windows, Linux y macOS— vienen equipados con firewalls propios, listos para activarse y brindar defensa básica.
En Windows, simplemente entra a la pestaña de “Seguridad” y activa Microsoft Defender Firewall. Allí puedes elegir entre diversos perfiles (privado, público o de dominio) y, si deseas mayor control, modificar reglas avanzadas para tráfico entrante y saliente.
En Linux, la herramienta más extendida es UFW (Uncomplicated Firewall), que permite operar desde la línea de comandos y definir reglas precisas. De modo general, una configuración mínima recomienda bloquear todas las conexiones entrantes y permitir solo las salientes.
En macOS, accede a “Ajustes del sistema”, luego a “Red”, y habilita el firewall. Puedes ajustar el nivel de bloqueo de conexiones y definir permisos automáticos para las aplicaciones de confianza. Además, es posible activar el “modo encubierto”, que impide al equipo responder a solicitudes inesperadas de red.
- Configuración del firewall en el router:
El router de tu casa suele contar también con funciones básicas de firewall. Para configurarlas, accede a la dirección 192.168.1.1 desde tu navegador con el usuario y clave predeterminados (como “admin” o “password”, si no los has cambiado). Allí hallarás opciones de seguridad para activar el firewall y establecer niveles de protección (alto, medio o bajo), o filtrar ataques de denegación de servicio (DoS), incluyendo protección contra protocolos ICMP, UDP y TCP.
Modelos de routers modernos incluso ofrecen soporte para IPv6, que añade una capa extra de protección y capacidades más avanzadas en comparación con la ya saturada IPv4.
Si bien en el ámbito doméstico lo más práctico es activar y dejar que funcione el firewall preinstalado, conviene no modificar manualmente sus reglas técnicas complejas, salvo que tengas conocimientos avanzados, pues una mala configuración puede dejar tu red vulnerable.
Cómo se complementan el firewall y el antivirus
Es fundamental no confundir el papel del firewall con el del antivirus. Mientras el primero controla el tráfico de red y detiene accesos no autorizados, el antivirus analiza el propio dispositivo para detectar y eliminar software malicioso. La mayoría de los expertos recomiendan emplear ambos: uno vigila las puertas de la red, el otro investiga lo que sucede al interior de cada aparato.