Optimus, más ágil: el robot de Musk logra dar sus primeras zancadas humanas

Optimus, el robot humanoide de Tesla, logró correr por primera vez en una prueba registrada que revolucionó las redes sociales

Tesla Bot, más conocido como Optimus, es entrenado para correr como los humanos. Crédito: @niccruzpatane/X.

El reciente video viral en el que el robot Optimus de Tesla aparece corriendo de manera fluida ha captado la atención de miles de usuarios en redes sociales, ya que refleja un hito en el desarrollo de la robótica humanoide.

La publicación, realizada por la cuenta oficial de Tesla Optimus con el mensaje “Acabamos de establecer un nuevo récord personal en el laboratorio”, fue rápidamente amplificada por Elon Musk, quien compartió el video acompañado de la frase “Running robot”.

En cuestión de horas, las imágenes generaron una oleada de reacciones y comentarios, tanto de seguidores como de expertos en tecnología, que destacaron la naturalidad y soltura de los movimientos del robot.

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Tesla proyecta fabricar hasta 10 millones de unidades anuales tras la apertura de una nueva superplanta en Texas. (Reuters)

El video, de apenas unos segundos, muestra a Optimus desplazándose a lo largo de una pista demarcada en el suelo de un laboratorio, mientras otros robots permanecen en formación al fondo. La fluidez de la carrera y la coordinación de los movimientos han sido señaladas como elementos clave que diferencian este avance de las demostraciones previas, en las que Optimus solo realizaba tareas básicas como caminar o trasladar objetos.

La capacidad de correr representa un desafío técnico considerable en el ámbito de la robótica humanoide. A diferencia de caminar, correr exige que ambos pies del robot se separen del suelo durante cada zancada, lo que incrementa la complejidad en la gestión del equilibrio y la sincronización de movimientos.

Alcanzar un trote estable requiere la integración de algoritmos predictivos que ajustan la carrera en milisegundos, así como sistemas de retroalimentación sensorial avanzados. Estos sistemas permiten que el robot mantenga la estabilidad y reaccione ante cambios en el entorno en tiempo real.

La compañía prevé que el robot Optimus, con un precio inicial estimado de USD 20.000 a USD 30.000, impacte el mercado laboral y la automatización industrial. (Reuters)

El desarrollo de Optimus se apoya en inteligencia artificial derivada de los sistemas de conducción autónoma de Tesla, junto con actuadores diseñados específicamente para este modelo. El proceso de aprendizaje automático incluye miles de repeticiones, apoyadas por acelerómetros, giroscopios y sensores de visión artificial, que dotan al robot de la capacidad de interpretar y responder a su entorno de manera autónoma.

Asimismo, el uso de materiales flexibles y componentes elásticos en las articulaciones contribuye a replicar la amortiguación natural de los tendones humanos, lo que facilita movimientos más suaves y naturales, incluso durante periodos prolongados de actividad.

En cuanto a los planes comerciales, Elon Musk ha destacado que Optimus no solo constituye un avance en investigación, sino que también podría transformar el mercado laboral y la economía de la empresa. Tesla ya cuenta con una línea de ensamblaje dedicada en Fremont y prevé la apertura de una superplanta en Giga Texas, con capacidad para fabricar hasta 10 millones de unidades anuales.

Tesla prevé lanzar el modelo Optimus V3 en 2026, acompañado de un prototipo diseñado para producción a gran escala. (Reuters)

La compañía se ha propuesto producir un millón de robots Optimus para el cierre del próximo año y estima que el precio inicial de venta oscilará entre USD 20.000 y USD 30.000, lo que podría posicionarlo de manera competitiva frente a otras opciones del mercado, siempre que se logren economías de escala en la producción.

La hoja de ruta de Tesla contempla el lanzamiento oficial del modelo Optimus V3 durante el primer trimestre de 2026, con la presentación de un prototipo orientado a la producción. Entre las proyecciones más ambiciosas de la empresa figura la posibilidad de que, en el futuro, los propios robots participen en la fabricación de nuevas unidades, lo que abriría la puerta a una cadena de producción automatizada sin intervención humana directa.

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