La inteligencia artificial está transformando las relaciones personales, hasta el punto de ocupar un espacio emocional y erótico en dichos espacios. Incluso se está consolidado como la nueva “amante invisible”, según la plataforma Gleeden.
De acuerdo con un estudio hecho por este sitio de encuentros extraconyugales y no monógamos, el 70% de las personas consultadas considera que el uso de IA puede generar conflictos, distancia emocional e incluso separaciones en la pareja.
Además, el 40% percibe que una interacción erótica o emocional con una IA puede considerarse infidelidad, mientras que el 60% la normaliza o no la considera una amenaza.
A pesar de esta normalización, la mayoría elige mantenerlo en secreto: el 55% afirma que no le contaría a su pareja si mantiene conversaciones íntimas o frecuentes con una inteligencia artificial.
Para comprender este fenómeno, Flavia Dos Santos, psicóloga y sexóloga de cabecera de Gleeden, señala que el atractivo emocional de la IA radica en que ofrece cercanía, respuesta inmediata y la ausencia de conflicto.
“Abrirse con una inteligencia artificial suele ser más fácil porque uno se siente protegido. No hay rechazo, no hay juicio, no está la emoción del otro”, señala.
En este contexto, el estudio también reveló que aunque el 64% de las personas asegura que nunca se abriría emocionalmente con una IA, el resto admite hacerlo “a veces” (24%) o “muy pocas veces” (12%). Dos Santos señala que esta apertura emocional artificial no fomenta el crecimiento personal, el autodescubrimiento ni la confrontación necesaria para construir vínculos sanos.
“La IA da un sí a todo, devuelve una imagen perfecta del usuario, lo valida sin límites y no ofrece ningún desafío. Eso puede ser agradable, pero es profundamente peligroso”, advierte la experta.
Qué tanto se usa la IA en el erotismo
Este mismo sondeo pone de manifiesto el avance de la inteligencia artificial en el ámbito erótico. Un 19% de las personas consultadas ha recurrido a la IA con fines sexuales, ya sea de manera frecuente, esporádica o simplemente por curiosidad. El 29% cree posible crear su “pareja ideal” a través de algoritmos.
Entre los aspectos que más atraen de la inteligencia artificial destacan la disponibilidad total (33%), la posibilidad de personalizar sus características (33%), la ausencia de conflictos (25%) y su capacidad de complacencia absoluta (8%).
Según Dos Santos, estas tendencias suponen un reto complejo para las relaciones actuales.
La experta señala: “El porno ya generó expectativas irreales sobre el sexo. La IA está generando expectativas irreales sobre el amor y sobre la pareja. Una IA nunca se equivoca, nunca falla, nunca dice que no. Y eso es profundamente irreal”.
Dos Santos advierte que esta hipercomplacencia puede provocar frustración al regresar a la interacción real: “La IA construye la fantasía de una pareja perfecta, sobrehumana. Cuando las personas vuelven a la vida cotidiana, al error y a la vulnerabilidad del otro, la experiencia puede sentirse decepcionante”.
Qué implica emocional usar la IA en las relaciones
El uso de la inteligencia artificial en las relaciones implica repercusiones emocionales que van más allá del aspecto erótico.
Para Dos Santos, el reto no se limita a la sexualidad, sino que abarca la función emocional que comienza a desempeñar la tecnología:
“El celular ya se convirtió en un tercero en la mayoría de relaciones. La IA está siguiendo el mismo camino, pero con un nivel de intimidad mucho más profundo. Todo lo que coloque una barrera emocional entre dos personas puede convertirse en un tercero que compite con la pareja”, afirma.
Aunque el desarrollo de estos avances parece imparable, el 73% de los encuestados sostiene que la IA nunca podrá reemplazar la emoción de conocer a alguien nuevo en la vida real.
“La pregunta no es si la IA afectará las relaciones, sino cuánto, cuándo y a qué nivel”, concluye Dos Santos.