El proyecto conjunto entre OpenAI y el icónico diseñador Jony Ive estaría atravesando una etapa compleja, marcada por desafíos tecnológicos e incertidumbres en la evolución de su esperado dispositivo impulsado por inteligencia artificial. Tras la adquisición oficial de la startup “io” —dirigida por Ive— por parte de OpenAI, la expectativa en la industria tecnológica creció.
No obstante, la colaboración, que involucra la creación de un asistente personal sin pantalla orientado a experiencias contextuales, afronta problemas que frenan los avances y ponen de manifiesto la dificultad de trasladar la potencia de la IA a un dispositivo físico de uso cotidiano.
Dificultades en el desarrollo de un hardware de IA sin pantalla
La pieza central del proyecto es un dispositivo compacto, capaz de captar información audiovisual del entorno y responder en contextos variados sin depender de pantallas ni botones. Este concepto apunta a revolucionar el modo en que los usuarios interactúan de manera natural con la inteligencia artificial; sin embargo, ha generado complicaciones significativas, especialmente en lo relativo al software y la infraestructura necesaria para un funcionamiento estable.
El grupo de ingenieros liderado por Jony Ive se ha dedicado principalmente a la estética y experiencia de usuario, delegando la resolución de los retos técnicos a los equipos de OpenAI y los expertos en inteligencia artificial que se unieron tras la compra de “io”. De acuerdo con fuentes cercanas, las principales dificultades no radican en el aspecto físico del producto, sino en cómo lograr un rendimiento óptimo, asegurar la privacidad y construir una personalidad de asistente que resulte realmente útil sin invadir la vida del usuario.
Limitaciones de infraestructura y capacidad de procesamiento
Entre los desafíos más complejos figura la capacidad de procesamiento. La infraestructura de OpenAI, aunque avanzada, se enfrenta a la tarea de soportar ChatGPT y dimensionarla aún más para alimentar un dispositivo físico siempre activo.
Una fuente con conocimiento del proyecto señala: “Amazon tiene la capacidad para Alexa, Google para sus dispositivos Home, pero OpenAI aún lucha por conseguir suficiente potencia de cálculo para ChatGPT, y mucho más para un dispositivo físico. Eso es lo primero que deben resolver”. Esta declaración apareció en el portal CincoDías.
Personalidad, privacidad y la interacción en un “asistente sin pantalla”
Otra área crítica del proyecto es el diseño de la personalidad del asistente. El equipo debate cómo debe comportarse la IA: si optar por una interacción conversacional empática o mantener un tono más sobrio y utilitario. Alcanzar un equilibrio entre cercanía y discreción resulta fundamental para evitar que el dispositivo se perciba como molesto o invasivo.
La privacidad representa una preocupación central. El hecho de que el dispositivo permanezca siempre encendido, con micrófonos y cámaras activas, obliga a establecer protocolos para la gestión confidencial de los datos del usuario. Parte del reto técnico consiste en determinar cómo y cuándo la IA debe intervenir en la vida diaria, identificando momentos en los que su participación es útil y filtrando aquellos en los que debe permanecer inactiva. Esta capacidad contextual no está completamente resuelta ni siquiera en sistemas AI consolidados.
La carencia de una pantalla agrega un desafío adicional: toda la interacción depende de comandos por voz, cámaras y altavoces. Crear una experiencia natural y eficiente requiere repensar los modelos tradicionales de comunicación hombre-máquina, diseñando flujos intuitivos que no sobrecarguen al usuario ni le resten control sobre el dispositivo.
Alianzas estratégicas de OpenAI
La magnitud de la operación refleja la ambición de OpenAI. Con más de 20 exingenieros de Apple incorporados y la participación de personal proveniente de Meta y otras grandes empresas tecnológicas, la compañía busca fortalecer su división de hardware.
Sobre la manufactura, se considera a Luxshare, proveedor clave de Apple, como posible responsable de la producción, y se han iniciado contactos con Goertek para el suministro de componentes esenciales como altavoces.
No obstante el despliegue de talento y recursos, los desafíos pendientes revelan la complejidad de materializar un concepto de AI ambiental que supere las barreras técnicas actuales.