“¿No parezco autista?″: toda una vida siendo “la rara” y un diagnóstico que llegó en la adultez
A Sheila le diagnosticaron TEA (trastorno del espectro autista) cuando ya era adulta y mamá. Recién ahí logró mirar hacia atrás y entender: esa aversión a ciertos ruidos, esas crisis de ansiedad y ese aislamiento que había sufrido desde niña tenían una explicación. Hoy cuenta su historia por primera vez: ¿Por qué nadie se dio cuenta antes? ¿por qué ahora mucha gente no le cree?