Javier Durán se fue del país en 2011. Viajó a la isla a trabajar con su hermano y allí, en un bar, se enamoró de Holly, una camarera. El flechazo fue total. Entonces, decidieron construir un futuro nuevo y hoy hacen el sorprendente “english sparkling wine” que ya compite con los mejores champagnes de Francia. “Aquí encontré calidad de vida y tranquilidad, aunque se extraña”, dice