Graciela Angriman: "Las mujeres que denuncian están mucho más expuestas a represalias"

La jueza penal del departamento de Morón fue entrevistada por la doctora Marcela Losardo en el ciclo Justicia Abierta de InfobaeTV. La magistrada se refirió al accionar del Poder Judicial en los casos de violencia de género, y cómo están trabajando en la provincia de Buenos Aires.

Compartir
Compartir articulo

¿ Cómo funciona el sistema implementado en el departamento judicial de Morón en los casos de violencia de género? 

— Cuando ingresé a este juzgado, detecté mayormente, que un porcentaje importante de los casos que tratamos, subyacen problemas de violencia de género. Y la violencia de género en sus distintas manifestaciones, te plantea desafíos distintos, porque no se agota con la pena.

No termina con la condena…

— No, peor. Las mujeres que lo denuncian, con avance del proceso penal, están mayormente expuestas a riesgos y represalias. Esto significa que nosotros aplicamos de forma burocrática y automatica, por ejemplo, la probation, y de esta forma no dábamos espacio a la víctima, que es la otra protagonista del drama penal. Entonces vimos la necesidad de diseñar un mecanismo de actuación donde abriéramos el espacio a la víctima, evaluáramos el nivel de riesgo que está afrontando para adoptar medidas tempranas de prevención de represalias y demás, pero por supuesto, siempre en adecuado balance con los derechos y garantías que tiene un imputado.

Sobre todo protegiendo a la víctima, porque en este caso no deja el rol de víctima.

— Es que es revictimizada. Por ejemplo, viene una persona que sufre un robo, es un episodio traumático, doloroso con secuelas, pero se agota en ese suceso. En cambio en este caso no. La víctima cuando va a declarar al juicio oral se expone a riesgos de vida en muchos casos.

¿Y qué elementos y herramientas tenemos para contrarrestar esta situación?

— Soy de la idea de que todo lo que no está prohibido está permitido, que hay que optimizar la calidad del servicio de justicia, que no podía ser que la transitara todo el proceso penal, dictara sentencia y en mi vida había visto o escuchado la pretensión de la víctima.

Esto cambió con la nueva ley.

— Pero es a nivel nacional.  A nivel provincial aún se está trabajando en eso.

No hace falta que lo legislen.

— Siempre digo que hay que poner todo en su justo orden, porque es un problema social, es un problema ligado directamente a la determinación de las mujeres y no se soluciona solamente con leyes y con penas, es mucho más profundo. Entonces no hay que perder esa perspectiva, en el cual lo bueno es que tenes un universo de casos que te obligan a diversificar la respuesta. Antes el sistema penal pendulaba, frente a la violencia de género, entre la impunidad estructural y la lógica del castigo por excelencia y esto te permite escuchar a la mujer, porque hay mujeres que vienen al sistema penal no porque quieran que sus maltratadores, vayan preso, ellas lo que quieren, es que las dejan en paz.

O resguardar sus hijos.

— Resguardar a sus hijos, poder vivir en paz, pero no quieren pena.

¿No quieren que este en prisión?

— Exacto. Y la verdad, es que nosotros no percibíamos que hubiese un espacio para que la mujer se pudiera expresar. Que adoptemos una medida de restricción perimetral, que la deje vivir en paz, eso es lo que prefieren muchas mujeres.

¿Cómo son las restricciones perimetrales? ¿Hay alguna herramienta nueva?

— Además de las restricciones siempre damos aviso al sistema policial, pero en realidad, hay que también generar articuladamente una instancia de monitoreo y supervisión. Nosotros agotamos todos los recursos que están disponibles, pero también, la clave del éxito de nuestro trabajo es hacerlo articuladamente con la policía, los municipios, los hogares y las ONG que se ocupan de trabajar esta problemática.

La entrevista completa: