El volcán Lanín, uno de los picos emblemáticos de la región, volvió a ser foco de atención tras un operativo de rescate en condiciones de alta montaña que involucró a una andinista de 30 años.
El equipo del ICE Centro del Parque Nacional Lanín desplegó un dispositivo de evacuación al recibir la alerta a las seis de la mañana, cuando la accidentada sufrió una caída en las inmediaciones del refugio Caja, una zona reconocida por su demandante complejidad técnica.
El parte de los brigadistas detalló que la joven, oriunda de Buenos Aires, presentó lesiones en el párpado izquierdo con hematoma y sangrado, además de manifestar dolor intenso en el muslo izquierdo y la cadera. El diagnóstico preliminar permitió estabilizar a la paciente con la intervención inmediata del guía responsable, en condiciones climáticas y orográficas que imponen riesgos adicionales.
De acuerdo con la comunicación realizada por el guía, quien permaneció junto a la accidentada en el sector de los domos del B. I. M., el contacto permanente con una médica del Hospital de Junín de los Andes garantizó la administración de las maniobras indicadas durante toda la evacuación.
La logística del rescate implicó la división de tareas entre dos cuadrillas especializadas.
Un primer grupo, integrado por cinco rescatistas, llegó a la zona de refugios a las 09:20 e inició la estabilización de la andinista, mientras una segunda cuadrilla de relevo, posicionada estratégicamente en La Directa, completó el tramo final del descenso.
El operativo concluyó cerca de las 14:30, cuando la mujer ingresó al hospital de Junín de los Andes en una ambulancia. Las autoridades del parque resaltaron el valor del trabajo coordinado, al subrayar que el esfuerzo conjunto entre guardaparques, guías y el sistema de salud neuquino permitió garantizar la seguridad de la joven.
Desde la Asociación de Guías de Montaña (AAGM) remarcaron que “el Lanín no es una montaña para la improvisación, incluso para quienes poseen un buen estado físico general”. Cada año, unas 3 mil personas intentan la cumbre, pero las condiciones extremas exigen “un entrenamiento específico de al menos seis meses que priorice la fuerza en piernas y espalda” y la preparación para cargar mochilas de entre 12 y 15 kilos en pendientes pronunciadas.
Los especialistas insistieron en la necesidad de contar con una “evaluación médica exhaustiva que incluya pruebas de esfuerzo”, controles psicológicos por la tolerancia al agotamiento y equipamiento de seguridad confirmado por Parques Nacionales.
Caso Petersen
El chef Christian Petersen permanece internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Ramón Carrillo de San Martín de los Andes luego de haber sufrido una falla multiorgánica durante una expedición al volcán Lanín. Fuentes del Ministerio de Salud de la provincia de Neuquén informaron mediante un comunicado que el diagnóstico se confirmó tras su traslado de urgencia, y que hasta el momento solo emitieron ese parte debido a un pedido expreso de la familia para restringir el acceso a información sobre la evolución médica del paciente.
En referencia a las circunstancias del incidente, la Asociación de Guías de Montaña (AAGM) precisó que Petersen descendió los dos mil metros en buenas condiciones generales y no presentó problemas físicos evidentes, desmintiendo versiones sobre arritmias o accidentes cerebrovasculares durante la travesía, según detalló la entidad en su parte oficial. De acuerdo con los guías, durante el tramo inicial, el chef completó sin dificultad la caminata, aunque realizó algunos pedidos particulares antes de iniciar el ascenso, como solicitar que el recorrido se hiciera en silencio. Esta petición llevó a que fuese acompañado de manera diferenciada por los guías.
En el refugio, Petersen interactuó con los demás miembros del grupo y manifestó conformidad por lo alcanzado, pero al momento de reanudar la actividad tras la charla técnica, se acordó que permaneciera en el refugio y no continuara el ascenso. Los guías resaltaron que aquel mismo día notaron un cambio en el comportamiento de Petersen, describiendo gritos y ruidos que incomodaron a otros excursionistas durante el horario de descanso. Esta situación motivó una conversación con el chef y el inicio del descenso a la base, una caminata que, según los especialistas, transcurrió sin inconvenientes durante dos horas.
A pesar de que la llegada a destino se realizó sin mayores complicaciones, los miembros del grupo informaron a Parques Nacionales sobre el descenso y, posteriormente, requirieron la intervención de la Gendarmería Nacional, dado que Petersen mostró una conducta hostil hacia uno de los guías. La AAGM detalló: “Aproximadamente dos horas más tarde, Petersen adoptó una actitud prepotente hacia uno de los miembros del equipo, motivo por el cual se solicitó la intervención de Gendarmería Nacional”.
La salud de Petersen se deterioró posteriormente, ya fuera del entorno de montaña, cuando sufrió una descompensación que obligó a su traslado al hospital de Junín de los Andes. Allí los médicos identificaron una fibrilación auricular, una arritmia cardíaca peligrosa, acompañada de un brote, y ordenaron el traslado al Hospital Dr. Ramón Carrillo en San Martín de los Andes, donde ingresó a terapia intensiva con el cuadro de falla multiorgánica confirmado por las autoridades sanitarias.
El Ministerio de Salud de Neuquén atribuyó el hermetismo en la difusión de información clínica al expreso pedido familiar. Trascendió que, en fechas posteriores al incidente, Petersen habría registrado una mejoría y le fue retirada la asistencia respiratoria mecánica, aunque la decisión de su derivación a un centro asistencial de Buenos Aires dependía del estado clínico evaluado por los médicos, que analizaban su eventual traslado en avión sanitario.