El sociólogo Gonzalo Arias habló con Infobae sobre la comunicación en la política moderna y habló de su libro "Gustar, ganar y gobernar".
–Habla de que el peor error de un político es caer ciegamente en las manos de un consultor…, ¿por qué lo dice?
-Porque de algún modo yo siempre digo que hay que respetar a los candidatos, en todas sus formas, ya que son finalmente los que se exponen. A veces los consultores administran las características personales de los candidatos forzándolos hacer cosas que no les salen naturalmente. Hay un montón de cosas que sí se pueden entrenar: hacer coaching para hablar mejor; mejorar el discurso; mejorar las respuestas; responder lo que ellos quieren y no lo que los periodistas inclusive les preguntan, que es también un arte, y sin embargo a veces los consultores fuerzan a mostrarse más cerca de determinadas emociones que naturalmente no salen; no sé, por ejemplo, políticos besando bebés…
-También hace un fuerte enfoque en la diferencia entre la estrategia y la táctica dentro de la campaña de un político. Un claro ejemplo es la famosa campaña "Pobreza Cero", que estratégicamente suena bien, pero es una promesa muy difícil de cumplir…
-Sí. Eso que decís es muy interesante, porque es justo uno de los temas que le achacan al actual presidente Macri, porque en la construcción de un relato comunicacional durante la campaña, se reforzó un concepto y dijo "pobreza cero". Aún sabiendo que en Argentina para alcanzar la pobreza cero probablemente tengamos que tener una política sostenida en los próximos 50 años, porque hay un tercio de pobres y no es un tema que se va a resolver para un día para otro. ¿A qué apunta un consultor que le sugiere a un candidato que diga pobreza cero? A reforzar esta idea comunicacional de que él es un candidato que va a tomar como propio el tema de la pobreza y resolverlo. Siente que va a generar más empatía, una acción mucho más tangible en el corazón de los electores de bajo recursos, que sienten que es un candidato que le preocupa primordialmente la inmediatez de la pobreza que sufre ese tercio de los argentinos.
-Si lo llamara Macri mañana y le ofrece trabajar con el, ¿qué errores le marcaría y qué cosas apuntaría a mejorar?
-A priori, me da la sensación que el equipo de comunicación es muy bueno. Yo creo que todavía le falta el training de dar discursos, de dar conferencias en vivo o apelando a cierta espontaneidad que cada vez en la política se usa menos. La espontaneidad de los dirigentes o de los gobernadores o de los presidentes en una conferencia de prensa generan dolores de cabeza, como por ejemplo el dicho de, "caer en la escuela pública". Yo me imagino que Macri no lo dijo a propósito, probablemente sea algo que espontáneamente le surge y los consultores se hayan querido agarrar la cabeza pero a todas luces, para una estrategia de comunicación, decir de la escuela pública que el que llega ahí es porque "cayó" y no por elección, hace que una enorme cantidad de argentinos que se educan en la escuela pública o los que fuimos a la escuela pública, que nos educamos ahí, lo veamos de mal gusto porque la escuela pública es algo importante.
–Recién decía que la comunicación de Macri es muy buena. ¿Qué cosas rescata o resalta?
-Yo creo que han sabido con mucho éxito acortar la distancia entre la política y el ciudadano común. Ellos ven con mucha claridad que finalmente hay un día, que es el cuarto oscuro, donde un hombre vale un voto y le intentan hablar a ese hombre o a esa mujer. Han acortado esa distancia enorme, no solamente haciéndolo sino pareciéndolo. Y han dedicado muchísimo tiempo a las redes sociales para hablarle a cada uno de los electores; lo han hecho en acciones más tradicionales como son los timbreos. Han sabido acercar a Macri, al que muchos años atrás, en otros contextos electorales, la gente lo veía lejano, ya sea por su condición económica, entre otras razones. Hoy lo han acercado, han humanizado mucho a Macri. Creo que Antonia ha ayudado mucho, Juliana ha ayudado mucho. Esta idea de familia que ellos representan, inclusive con una foto mirando un partido de Argentina todos con la remera de la Selección, ha generado empatía con la sociedad.
–En tu libro también habla del arte de persuadir, esto de seducir con las ideas. ¿Cuáles son las claves que deberían tener todos los políticos para poder convencer de que los voten?
-Transmitir credibilidad. El desafío de todo es transmitir credibilidad.