Los videos de Pablito Castillo son muy populares en redes, cada uno tiene millones de visualizaciones. Todo empezó como un juego hace casi diez años cuando grabó a su mamá enojada y lo compartió en Facebook. Cada vez con más repercusión, el juego se fue convirtiendo en una tarea permanente. Hoy es uno de los comediantes con más seguidores: tiene más de 6 millones en Instagram, casi 4 millones en Facebook y casi 9 millones en TikTok. Jugadores de fútbol de la selección, conductores de televisión, actores, todos lo buscan para estar en sus videos.
– Me siento un poquito comediante. Estoy estudiando actuación, quiero en un futuro poder actuar. En redes sociales soy influencer también, soy un poquito de todo.
– Sos el creador de los videos que hacés, el que los escribe y los dirige nada menos.
– Sí, me quedo a la noche anotando, viendo ideas. Siento que la mayoría está inventado, pero tomo muchas referencias también de otros humoristas y las hago propias, me gusta también agregarle mi toque. Estoy todo el tiempo renovando contenido, distintas vestimentas, distintos personajes.
Los piensa, los imagina, los escribe, los produce, los dirige. Sus personajes son muy famosos: la mamá, La Pelo, la abuela.
– Uno de los primeros pasos, el más simbólico imagino, fue cuando decidiste ponerte peluca y ropa de mujer.
– Estamos hablando de 2016, cuando empecé a hacer contenido con mi mamá, que fue la persona que me ayudó desde el comienzo y que siempre estuvo a mi lado con todo este tema de redes.
– El primer video viral fue con tu mamá.
– Fue mi mamá. Yo la grabé detrás de escena, sin que se diera cuenta. Después los vecinos le dijeron: “te vi en las redes sociales, ¡cómo gritabas Patricia!” “¿Cómo? ¿A dónde grité?” Abrió Facebook, y se encontró con su video gritándome.
– Ella te estaba gritando muy enojada.
– Claro, la busqué para que me grite. Yo había ido a bailar y me quejaba de dolor de panza y se atacó: saliste a bailar y querés que te atiendan. Yo dejé el teléfono en un costadito.
– ¿El show de Patricia?
– Sí, mi mamá siendo mamá, es la realidad. Siento que muchos se sintieron identificados. El hijo, la mamá, lo que pasa en las casas.
– La queja de tu mamá.
– Sí, cansada de decir “levantate, andá, aguantate la pelusa”.
– Se enojó tu mamá porque lo publicaste sin su aprobación pero después se convirtieron en una dupla.
– Sí, al principio se enojó. ¿Cómo me vas a dejar así delante de la gente? Los vecinos, ¿qué van a decir de mí? ¿Qué va a decir la familia? Después lo entendió y me ayudó en el proceso. Mi personaje es mi mamá, Patricia. Los gestos, la manera de expresarse, ese enojo constante… Mi mamá se quejaba a veces porque quería.
“FUE MI MAMÁ Y MI PAPÁ A LA VEZ. TODO LO HAGO PARA QUE SE SIENTA ORGULLOSA DE MÍ”
– Las mamás nos quejamos de los adolescentes.
– Sí, pero es un amor. La persona más linda y hermosa del mundo que conozco.
– ¿Es como tu amiga?
– Sí, compañera de vida, amiga, pasé mucho tiempo con ella de chico. Fue mi mamá y mi papá a la vez. Fue la persona que estuvo conmigo cuando nadie creía en mí diciéndome: hacé lo que te gusta. Y eso no lo olvido nunca, cada vez que llego a algún lugar, pienso en ella. Fue mi motor y va a ser siempre, lo que hago lo hago para ella, para que se sienta orgullosa de mí.
Pablito se emociona mucho cuando habla de su mamá, se entrecorta su voz.
– Perdón.
“FUE PIQUETERA MI MAMÁ”
– ¿Ella fue la jefa del hogar? ¿Trabajó mucho?
– Siempre. Trabajó muchas horas. Le costó mucho también porque pasó por mucho. Ella no tuvo la oportunidad de estudiar, se tuvo que hacer cargo de sus hermanos. De grande le costaba conseguir trabajo, no tenía un currículum, algo que la respalde. Hizo de todo. Trabajó cama adentro, en limpieza, en una tienda de ropa, todo para que nosotros podamos vivir felices, vivir bien. Hasta fue piquetera mi mamá también.
– ¿Le pagaban?
– Claro, estábamos tocando fondo, no me olvido más. La acompañaba a las marchas yo, era muy chico. Mi mamá hacía todo lo posible para que tengamos todo. Me acuerdo que un día hubo represión, estuvo feísimo, tiraron balas de goma, ella me abrazó fuerte y me llevó para un costado. Fue la única persona que estuvo siempre conmigo.
“EN ESE ENTONCES COMÍAMOS EN UN COMEDOR. IBA CON UN TUPPER, BUSCABA LA COMIDA Y ME IBA AL COLEGIO.”
– ¿Ustedes dependían de lo que tu mamá ganara?
– Sí, no había otra. Mucho más adelante se pudo acomodar, pudo tener su trabajito en blanco y podíamos comer lo que queríamos. Porque en ese entonces comíamos en un comedor. Yo iba al colegio en Florencio Varela y pasaba todos los mediodías por un comedor de la misma organización de piqueteros, pasábamos a buscar la comida. Iba con un platito, con un tupper, buscaba la comida del mediodía y me iba al colegio.
– Lo que ganaba tu mamá no alcanzaba para comprar la comida.
– No, pero siempre hizo todo para que no falte y para acompañarme en lo que yo quería hacer. Uno cuando es adolescente no sabe para dónde disparar.
– En algún momento saliste a trabajar, era difícil 8 años atrás pensar que las redes podían ser un trabajo.
– Lo que a mí me llama mucho la atención hasta el día de hoy es cómo mi mamá lo pudo ver posible. Yo estaba estudiando para ser chef, trabajaba en el mismo lugar y hacía paralelamente los videos. Yo quería divertir a la gente pero no nos alcanzaba y con la platita que ganaba, yo era bachero, ayudaba a mamá para que nos pueda ir mejor. Ella me decía que entendía mis sueños, pero que esperara un poquito. Adolescente caprichoso, dejé todo y me fui de lleno a hacer mi contenido. Y ella me apoyó diciéndome: va a estar todo bien, se va a poder. En ese entonces no había publicidades, no había canje, no había nada de eso.
– Para tu mamá las redes eran tu hobby.
– Lo hacía de corazón. Por eso mismo le decía, mami, ¿cómo lo viste vos del otro lado? “Yo solamente te acompañaba, sabía que lo ibas a lograr”.
– Vos siempre armaste los videos desde cero.
– La escenografía de casa, una casa común de Florencio Varela, la casa hermosa que tenemos. Armaba todos los espacios, metí hasta una pileta dentro de casa para hacer un video, una locura.
– Sé que tu primera inversión fue comprar un buen teléfono.
– En ese tiempo tenía un teléfono que andaba muy mal, tratábamos de grabar y se cortaba, nos quedábamos sin memoria. Hasta que pude comprar el primer teléfono para poder seguir creando contenido.
– ¿Después qué empezaste a comprar?
– Compré pelucas, ropa, cositas para la pared, para que se viera de otra manera. En ese entonces, hacía mi contenido en el comedor y le agregaba unas que otras cositas para que pareciera diferente.
– ¿Cuándo fue que empezó a dejar algo de plata?
– En 2017 o 18, si no me equivoco, cuando empezó a generar en YouTube. En 2016 empecé a subir contenidos en YouTube y no cobraba, dejaba ahí la plata, no sabía cómo sacarla, no me informaba.
– Todo lo que entraba quedaba ahí.
– Ahí. Y yo subía, subía videos. Pasaron dos o tres años con la plata ahí adentro. No la había tocado, no sabía, no me informaba.
– ¿De qué vivías mientras tanto?
– Me ayudaba mamá. Era delivery de pizza, con la bici andaba en el barrio, en Florencio Varela. Tenía para los gastos diarios, ir a jugar a la pelota, juntarme a comer con los chicos,
“CON LA PLATA QUE GANÉ EN YOUTUBE PUDE COMPRARLE LA CASA A MI MAMÁ”
– En algún momento te diste cuenta que habías juntado plata en YouTube.
– Me encuentro con que tenía plata en YouTube y fui a retirarla. No lo podía creer, había juntado bastante plata y se lo mostré a mamá, estábamos emocionadísimos.
– ¿La llevaste al banco?
– Con esa plata pudimos pagar las escrituras de la casa de mi mamá.
– Con la plata de YouTube que habías guardado tres años compraste la casa.
– Fuimos a hablar con la Municipalidad de Florencio Varela, pedí hablar con el intendente y le comenté la situación. Que era creador de contenido de Florencio Varela y que quería comprar las escrituras de la casa de mi mamá en cuotas. Pude regalarle la casa a mi mamá.
– ¿Tu mamá supo que estabas pagando la casa?
– Me dijo que nunca supo, pero yo creo que sí. Fue muy emocionante cuando le entregué las escrituras.
– Hay un video donde le regalás las escrituras.
– No lo podía creer, yo pensaba que no lo sabía, pero creo que sospechó un poquito.
– Ya no tenía que pagar alquiler.
– Además estábamos atrasados un poco con la luz en ese tiempo, era un montón. Ahora también, pero en ese entonces nos costaba mucho más. Dejé un puchito aparte para poder pagar la luz y que ese mes no tuviera nada que pagar. Mi mamá estaba en un sueño.
– ¿Después aprendiste a sacar de YouTube la plata que ganabas?
– Ya está (se ríe). Después pude abrir la cuenta de banco. Tres años tuve la plata guardada, no lo podía creer.
– ¿Lo que ganás es principalmente a través de YouTube?
– La mayor parte, también de redes, también trabajo mucho con las marcas.
– Hay otra mujer en tu vida.
– Sí, Anto. La conocí hace cinco años, es para mí, es el amor de mi vida. Es una persona maravillosa. Anto me hace ser mejor persona, me conoce un montón, me mira y ya sabe lo que me pasa. Nunca me pasó en la vida, creo que fue mi primer amor. Primero el de mamá. Después el de ella.
– Te emociona hablar de Anto también.
– También me emociona porque son personas que me cambiaron mi mamá o Anto. No me imaginé nunca que el amor pudiera hacer tanto bien, llegó a cambiarme de verdad, a mostrarme de otra manera, a tomarme las cosas con seriedad. Anto hace lo suyo y se toma su tiempo en ayudarme en mis cosas y eso lo valoro un montón. Es una persona especial, la amo mucho, de verdad.
– Te hace los contratos.
– Sí, está en todo, me cuida el maquillaje. “¿Qué te vas a poner para ir hoy? ¿Vas para lo de María? Porfi, ponete esto”. Y esto.
– Dos mujeres que te cuidan.
– Yo estoy chocho, estoy rodeado de dos mujeres.
– ¿Cómo es trabajar con tu mamá?
– Es increíble, porque mi mamá nunca estudió. Es natural que ella tome un tema y hacerlo gracioso, darte el pie, acompañarte en un sketch.
– ¿No ensayan?
– Es “mami, vamos a hacer esto” Y ella me dice: me encanta, déjamelo otro a mí. Yo me mato estudiando teatro y ella no se equivoca. No es común, siempre se lo digo. “Es que yo soy mamá y me salen las cosas así”.
– Lo único malo es la imagen de las madres como renegonas…
– Siento que la gente se siente identificada con esa mamá, yo fui ese adolescente, mamá renegó un montón. Hoy en día gracias a Dios ya no.
– ¿La Pelo existe? ¿Hay una vecina de Florencio Varela encarnada en el personaje?
– La Pelo es un personaje muy popular, es esa chica de barrio que quiere salir adelante, que ella se hace sus uñitas, el pelo, sus pestañas, siempre quiere estar a la moda. Pero es cuestionada por ser de barrio.
– ¿Por el origen?
– Por el origen, por ser de barrio, porque ella quiere ser un poco más. A mí me encanta porque La Pelo hace lo que siente y sale al frente a chocar con todo. Es un personaje que me representa mucho a mí, sin importar lo que me decían salí adelante.
“EN VARELA ERA CHOCANTE VERME VESTIDO DE MUJER. ME QUISIERON PEGAR Y ME SACARON DE UN EQUIPO”
– ¿Qué te decían?
– Me cuestionaban mucho cuando arranqué. Era difícil ponerme una peluca. En Varela, para mis compañeros de colegio, para los del trabajo, era raro verme con una peluca y vestido de mujer. Me tomaban raro, era chocante para los demás. Hasta me quisieron pegar por simplemente ponerme una peluca. Me sacaron de un equipo que jugábamos a la pelota. “No, que no venga más, que este pibe no venga más si se anda disfrazando de mujer”. Me dolió un montón porque el contenido era para reír, para divertirse y se lo tomaban mal. Fue muy feo para mí en ese momento, la pasé muy mal. Quería que me aceptaran.
– Parece increíble que pasara algo así, no hace tanto tiempo.
– Fue en 2017, 16. Era chocante y yo decía, esto ya existe, no es que lo estoy inventando yo. En las redes sociales también me han chocado mucho con eso los primeros tiempos, a la gente le parecía raro verme actuar, decían que yo estaba menospreciando a las mujeres.
No, nunca se trató de eso, era ponerme en otro lugar del humor y hacerlo más divertido. Hasta que lo entendieron y se dieron cuenta que Pablito era un personaje, La pelu otro y la mamá otro y que refleja a muchos.
– ¿Qué otro personaje te gusta hacer?
– La abuela, me representa. Se me viene a la cabeza a mi abuela, que fue una persona que también me acompañó mucho. Los gestos de abuela, el querer siempre cuidarme cuando mamá venía a retarme, “a él no lo toques”. Mi abuela me abrazaba y yo me sentía protegido, que no me iban a hacer nada. O me daba platita escondida, “ni se te ocurra contarle a tu mamá, poné la manito”. Me daba mi abuela y me cerraba la mano. A mi abuela la amaba.
– ¿Tomaste todo de tu vida para ponerlo en las redes?
– Todos los personajes prácticamente son de la familia. Mi abuela, mi mamá, y La Pelo creo que soy un poco yo (risas).
– El chico conurbano que quería llegar a Capital a triunfar.
– Sí, la pelota va a llegar en algún momento.
– ¿Seguís viviendo con tu vieja en Florencio Varela?
– No, mamá se quedó en Varela. No se quiere alejar de los suyos. Están todos bien cerquita, mi abuela, mis tíos, todos bien pegaditos a dos o tres cuadras de cada uno. Yo estoy viviendo en Escobar. Tenemos un trechito largo.
– Vivís con tu novia, que te armó el outfit de hoy.
– Sí, me ayuda mucho. Yo soy malísimo con el tema de los colores, no sé combinar. Viste que quiero estar a la moda, pero no sé y me pongo zapatillas rojas, pantalón verde y buzo negro.
– Pablito, hablás con diminutivos todo el tiempo.
– Siempre, todo chiquitito, chiquitito
– ¿Cómo lograste grabar videos con los campeones del mundo? El primero que llamaste fue Enzo Fernández.
– Fue increíble. Enzo es una persona fenomenal, me empezó a seguir en redes sociales. Me daba cosa de hablarle. ¿Cómo llego? ¿Cómo le hablo? ¿Qué le digo? Hasta que de repente me respondió una historia con caritas de risa, yo no lo podía creer, estaba feliz, saltaba en una pata.
– El tipo te seguía.
– Claro. Él me empezó a seguir y me reaccionó a una historia que subí de humor con unas caritas sonriendo. Empezamos a respondernos historias y en un momento le dije: quiero grabar con vos, ¿qué posibilidad hay? No estaba en el país en ese momento, “cuando vuelva al país vamos a grabar algo juntos”. Yo contaba los días. Llegó a Argentina y como todo hombre de palabra, me mandó un mensajito. Me invitó, comimos un asado, nos sacamos una foto muy linda y después hicimos un videito juntos. Es una persona humilde, un amor, generoso.
–No fue el único campeón.
– No fue el único. También Paredes. Muchos jugadores de la Selección me siguen también. También le mandé a Paredes y no estaba en el país. “Cuando vuelva a Argentina vamos a grabar juntos”. Dicho y hecho.
– Ninguna vergüenza en escribirle a todo el mundo.
– No, yo creo que debo tener mensajes de todos. A vos también te envié.
– A mí también me escribiste.
– Yo no tengo problema, soy una persona agradecida de la vida. Todo lo que pueda hacer para sumar me atrevo, soy La Pelo.
– Y te contestamos todos.
– Si, obvio. El “no” ya lo tengo.
– ¿Te pasó?
– Pasó. Sé que no fue la ocasión, que no fue el momento, siento que más adelante se puede dar.
– Ahora sucede al revés.
– Sí, me escriben a mí. Yo estoy chocho.
– ¿Les decís que sí a todos?
– Sí, a creadores de contenido que me escriben, jugadores de fútbol. Estoy abierto a poder hacer colaboraciones, a poder hacer cosas lindas.
– ¿Cuántos videos hacés por semana?
–– Trato de tener tres videítos claves por semana fijos, de ahí para arriba. Tengo que acomodarlo con los trabajitos que hago para las empresas que me pagan contenido. Tengo que ir variando, no puedo subir todo trabajo, la gente se aburre.
– ¿Cuánto tiempo te lleva cada video?
– Depende, si tengo que ir a una locación lleva más tiempo. Si lo grabo en casa es más rápido, tengo las cositas ahí. Voy a buscar yo los disfraces, voy a las tiendas, todas las semanas busco algo diferente.
– Tu popularidad hoy te abre muchas puertas, teatro, streaming. ¿Cuál es tu sueño? ¿Qué puerta te gustaría abrir en primer lugar?
– Lo que sueño es hacer una película, una serie.
– Vas a empezar el streaming.
– Ahora se viene el streaming con Telefe. Ah, no se podía decir eso.
– Y teatro también.
– Se viene muy pronto. Estamos armando el proyecto para que estén todos los personajes en una obra de teatro. Va a ser difícil entrar, salir, ayuda de pantallas,
– ¿Vas a hacer todos los personajes?
– Sería el ideal. Estamos viendo cómo nos da el tiempo, porque sale uno, entra el otro y acompañado de otros también.
– ¿Va a actuar tu mamá?
– Deseo que vaya mi mamá, pero mi mamá creo que ya está cansada. “¿Y cuántas horas serían, hijo?” Todos los días, mamá. “Ay, no, no sé”. Puede ser que para alguna función específica pueda llegar a estar. Ojalá que pueda estar en todas.
– ¿Es tu sueño hacer este unipersonal?
– Sí, pero mi sueño es poder hacer una serie y estoy estudiando para eso, para participar como actor, como comediante. Me atrevo. Me animo. Quiero crear. Siento que voy paso por paso. Creo que una cosita va a llevar a la otra.
– Acabás de ganar el Martín Fierro digital. Éste es un gran momento.
– Sí, después de tantos años, se está dando todo lo que siempre soñé. Cuento con algo muy especial que son los seguidores, cuento con un bonus desde hace años. Seguidores fieles que están ahí viendo cada cosa que hago.
– ¿Ahora para qué ahorras?
– Para mi casa, mía y mi pareja, va a ser nuestro futuro, nuestra casita. Ahora es mucho más difícil, estamos mucho mejor económicamente, pero cuesta, hay otras prioridades y se va ahorrando de a poquito.
– Tenés solo 28 años, ¿hay tiempo para estudiar, para nutrirse?
– Ahora estoy haciendo improvisación y teatro. Es fundamental que los chicos estudien, que hagan lo que sientan, no miren para atrás y que apunten para adelante, que los sueños que tengan los proyecten. A mí me costó un montón hacerlo y hoy en día estoy acá. Sé que muchos están con los mismos sueños o con las mismas ganas, sé que lo van a poder lograr.
– Vos partiste de algo que querías mostrar, no de la búsqueda de fama sino de mostrar tu contenido.
– Sabía que podía llegar a algo, que podía hacer reír a las personas. Hay un montón de creadores de contenido, un montón de humoristas, lo que siempre me puse en mente es hacer un contenido sano para que lo pueda ver el chico y el grande, todas las edades. Es un contenido familiar, que lo puedas poner en la tele y te puedas reír con tu mamá, con tu hijo y tu abuelo al lado. Entre la gente, las que más me saludan son las mamás, los adolescentes también, pero el público mayor es el que más me acompaña. Se me acercó la otra vez una señora en el supermercado, me abrazó. ‘Te quiero como un hijo’. Yo sentí que me estaba abrazando mi abuela.