A contrarreloj, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Martín Menem, manifestó su deseo de emitir dictamen esta semana y llevar debatir la ley ómnibus el sábado en el recinto. Sin embargo, la realidad índica otra cosa y el margen de tiempo es escaso.
“Si fuera por mí el dictamen lo firmaba ayer”, expresó graficando el apuro de La Libertad Avanza en sacar la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. “Apenas tengamos dictamen, al otro día se trataría en el recinto”, agregó en declaraciones a Todo Noticias (TN).
El titular del cuerpo legislativo asume que “es difícil” porque la magnitud de la ley, sin embargo, destacó que en lo que va del mes “tuvimos más de 40 horas de debate, cuatro ministros y 13 secretarios exponiendo, la participación de sectores que tenían que sentían que tenían que participar en el debate para enriquecer el proyecto”.
“Quiero ir al recinto este sábado. El deseo es que se apruebe en enero, lo antes posible”, enfatizó Menem a menos de dos semanas que culmine el período de sesiones extraordinarias.
Una de las reuniones que mantuvo Menem este miércoles contó con la participación de Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó, Juan Manuel López y Carlos Gutiérrez, del bloque Hacemos Coalición Federal, y Carlos Fernández y Agustín Domingo de Innovación Federal.
La oposición dialoguista discutió con el presidente de la Cámara estrictamente sobre el procedimiento parlamentario para que la sesión de la mega ley no termine sumida en el caos. En concreto, pidieron que el oficialismo no se apure a sesionar este sábado y confeccione un dictamen bien trabajado porque eso permitirá ordenar la sesión (que promete ser maratónica). Creen que lo más lógico sería posponer el dictamen para el martes de la semana que viene y apuntar a sesionar entre jueves y viernes.
Más allá de su deseo, Menem señaló que de no sesionar esta semana “respetaremos los tiempos”.
El diputado riojano fundamentó la urgencia del tratamiento sosteniendo el discurso oficial de que “Argentina vive una de las crisis más importantes de los últimos 100 años”. “Proponemos cambios verdaderamente estructurales, tenemos que terminar con el déficit que tuvo 113 de los últimos 122 años. Hay que terminar con la inercia de la clase política que ha gastado lo que no tenía”, continuó.
Pese a la presión del Gobierno, Menem señaló que desde el oficialismo “estamos dispuestos a mejorar” la ley: “No pensamos en La Libertad Avanza, pensamos en la Argentina y queremos llegar al mejor proyecto”. “Argentina no tiene plata ni tampoco tiene tiempo, por eso el apuro de ir rápidamente a un dictamen favorable y el posterior tratamiento en el recinto”, insistió.
Sobre las negociaciones con otros espacios, declaró que “los gobernadores se han ido acercando para manifestarnos lo que podían aportar al proyecto; escuchamos y seguiremos escuchando”. “Hay cosas que creemos que colaboran y otras que no vamos a resignar porque tenemos la convicción que tenemos que llevarla al recinto”, agregó.
Al respecto de los aspectos que desde el oficialismo no pretenden ceder, Menem se limitó a decir un eslogan: “No vamos a resignar la libertad de los argentinos”. Y ratificó que van a “desregular todo lo que sea posible” para “sacar al Estado del medio” donde interfiera.
“Tenemos que hacer cosas que no se hicieron en 100 años. Es una crisis estructural en todos los niveles del Estado, hay que hacer algo distinto”, continuó.
Consultado por el paro de la Confederación General del Trabajo previsto para el próximo 24 de enero, el titular de la Cámara Baja señaló que “es innecesario”, que “perjudica al trabajador” y que lo que propone el Gobierno “le va a mejorar la vida a los trabajadores”. “Va a haber más trabajo”, aseguró.
Por otra parte, adelantó que “se está trabajando en una nueva fórmula” para los jubilados “que les impida seguir perdiendo poder adquisitivo. La fórmula anterior lo destruyó, hay que frenar esa caída”.
Por último, Menem opinó sobre la decisión de su provincia -La Rioja- de aprobar la emisión de cuasimonedas que se denominarán Bocade (Bonos de cancelación de deuda) y estarán destinados en un 30% al pago de los salarios de los empleados públicos provinciales. “La Rioja es una provincia subadministrada, fue la provincia que más recursos recibió, gobierna en emergencia económica, financiera, judicial… se saltean todos los procesos de contratación, no hay ningún tipo de control, le sobra dinero por todos lados pero lo ha aplicado mal. La Rioja gasta cualquier disparate y no se ocupa de nada”, cargó contra la administración de Ricardo Quintela.