Primera "radiografía" electoral de la Argentina: qué factores socioeconómicos pesaron en el voto de 2015 y su proyección al 2019

Un grupo de politólogos y profesores de universidades estadounidenses publicaron un trabajo que buscó, a través de una serie de encuestas, determinar las características del sistema político nacional, así como los factores socioeconómicos que influyeron en los votantes a la hora de elegir en 2015

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Las encuestas electorales son moneda de cambio en la conversación política. El ciclo de noticias está constantemente inundado de estudios de distintas consultoras que, con mayor o menor eficacia, buscan medir el pulso de la sociedad. Y la cantidad aumenta de manera exponencial a medida que se acercan las elecciones.

Hace unas semanas se publicó un nuevo trabajo que, si bien se vale de encuestas para llegar a sus conclusiones, es completamente distinto a las otras. Se trata de la primera encuesta de panel en un proceso electoral argentino: es un trabajo que buscó, a través de una serie de sondeos, determinar las características del sistema político nacional, así como los factores socioeconómicos que influyeron en los votantes a la hora de tomar una decisión en el cuarto oscuro.

El trabajo es sobre las elecciones presidenciales del 2015. Fue publicado este año por el tiempo que lleva compilar y analizar los datos. Y reveló, entre otras cosas, el valor trascendental que tuvo la campaña para Mauricio Macri, y el porcentaje del electorado que hizo uso del "voto estratégico" para inclinar la balanza para uno u otro lado.

En diálogo con Infobae, Noam Lupu, uno de los directores del proyecto, explicó cuáles fueron las principales conclusiones  y analizó las ventajas que tener este trabajo como precedente les puede dar para la próxima encuesta de panel, que será sobre las elecciones que se avecinan y para la cual ya consiguieron financiamiento.

Lupu comenzó por el principio: explicando cómo funciona y cuáles son los objetivos de una encuesta de panel. "Hubo dos entrevistas, una antes de las PASO y otra después de las elecciones. La ventaja del estudio es que nos permite ver los efectos de la campaña", dijo.

Lupu es profesor de la universidad de Vanderbilt, en el estado norteamericano de Tennessee, y director del Latin American Public Opinion Project, una institución académica que realiza encuestas de opinión pública a lo largo de todo el continente. Dos argentinos dirigieron el trabajo junto a él: Virginia Oliveros, profesora de ciencias políticas en la universidad de Tulane, en Virginia, y Luis Schiumerini, un politólogo que trabaja en la universidad de Notre Dame.

La tapa del trabajo, llamado “campañas y votantes en democracias en desarrollo”
La tapa del trabajo, llamado “campañas y votantes en democracias en desarrollo”

Las conclusiones del trabajo se pueden dividir en dos categorías: las que tienen que ver con la comparación entre el funcionamiento de la psiquis electoral en Argentina y otras democracias que son más ricas y no se han visto afectadas por golpes de Estado -Estados Unidos, Inglaterra- ; y aquellas sobre las características del proceso electoral argentino en 2015.

Respecto del primer ítem, Lupu dijo que no se encontraron diferencias significativas: "Hay razones para votar que son muy similares a Estados Unidos y otros lugares donde se ha estudiado la decisión de votar de cierta manera durante muchos años, pero también hay que entender el contexto".

Los autores explicaron que la elección última de los votantes en todo el mundo -o al menos en las democracias occidentales- está compuesta por una combinación de factores: afiliación partidaria; sus posiciones respecto de temas sensibles que puedan influir en la campaña, la percepción sobre cuán competente es el candidato -independientemente de su afiliación política- y el nivel de persuasión que los partidos puedan lograr durante sus campañas. También se ponderó la relación entre voto y clase social.

Sin embargo, el peso que los electores le asignan a cada uno de estos factores difiere según la complejidad de cada democracia.

El estudio analizó cómo influyó cada uno de estos factores en la campaña y, eventualmente, las elecciones.

Relación entre voto y clase social

El profesor concluyó que el voto no fue motivado por "un tema de identidad social". Para llegar a esa respuesta, consideró cinco posibles premisas.

  • ¿Más pobres que ricos prefieren políticas orientadas a la redistribución del ingreso?
  • ¿Las instituciones, por ejemplo los sindicatos, generan vínculos con una tendencia política?
  • ¿Cambia la intensidad del vínculo partidario dependiendo de las clases sociales?
  • ¿La afiliación partidaria de los padres es un factor relevante?
  • ¿La gente de menores recursos percibe más desigualdad en la sociedad y tiende a votar candidatos de izquierda en consecuencia?

La respuesta a todas ellas fue no.

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El factor económico

No obstante, sí hubo un factor relacionado al nivel de ingreso de la población. Pero su relación causa-efecto fue mucho más directa: "Mucha gente de menos recursos que fue beneficiada por el gobierno de Cristina Kirchner votó por Scioli. Pero no se identificaban por ser de un cierto sector social, sino que al existir una política que los ayudaba, decidieron votar por el candidato con el que la asociaban", agregó.

"Al tener menores niveles de afiliación partidaria, como sucede en Argentina, los votantes de democracias en desarrollo son más propensos a ser influenciados por fuerzas de corto plazo". Varios estudios demuestran que los argentinos prestan especial atención a la situación económica al emitir su voto, aunque sus consideraciones sobre el o la presidente, los niveles de corrupción y clientelismo también influyen", indica un párrafo del estudio.

En otras palabras, el estado de la economía y los niveles de aprobación del presidente tienen gran influencia a la hora de decidir el voto. Sin embargo, el trabajo aclara que al hablar de la economía, la percepción sobre el estado general del país prevalece por sobre finanzas personales.

En contraste, el papel que tuvieron los discursos sobre políticas públicas fue mucho menor. Y en parte, esto fue así porque "al electorado le costó distinguir las posturas de los distintos candidatos y partidos" respecto de los distintos temas de conversación política. Este aspecto es analizado en profundidad en otra sección del estudio.

Poca identificación partidaria

De acuerdo con las cifras de la encuesta, 39% de sus participantes mostraron un  "alto grado de identificación partidaria". No obstante, aclara que el número podría ser en realidad más bajo debido a que un porcentaje de la población puede no tener un sentimiento real de afiliación, pero sí mostrarlo durante un proceso electoral.

Para fundamentar el concepto, cita una encuesta realizada en 2014 por el Barómetro de las Américas, donde el número fue 26%. No obstante, cualquiera de los dos números es mucho más bajo que, por ejemplo, el de Estados Unidos, donde el nivel de identificación partidaria llega a 61%.

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El estudio indica que un factor que podría influir en esta cifra es el hecho que "la noción de identificación partidaria se ha vuelto compleja" en Argentina.

Al respecto, indica que "el nombre de un partido puede ganar o perder valor dependiendo de la elección" y cita como ejemplo las ocasiones en que el kirchnerismo eligió rebautizar su espacio político para desmarcarse del resto del peronismo. El retorno hacia el sello justicialista -con la visita de Cristina Kirchner a la sede del partido como corolario- se agrega a la larga lista de los vaivenes que el libro describe.

No obstante, y si bien el número total de votantes con alto grado de identificación partidaria fue menor, la mayor parte de ellos se identificaron como peronistas o kirchneristas.

La competencia como factor decisivo

En el otro extremo del espectro están aquellos cuyo nivel de identificación partidaria es bajo o inexistente. El estudio utiliza el término "Valence" para definir a estos votantes, cuyo criterio está despojados de ideología partidaria. Eligen, en contraste, al candidato que consideran más competente.

"Estos candidatos tienen preferencias sobre políticas públicas particulares, y eligen al candidato cuya plataforma se aproxima más a esas preferencias", describe.

El estudio aclara que el criterio para determinar la competencia puede variar significativamente dependiendo del votante, pero indica que la mayoría de los argentinos usaron este criterio.

"Los votantes argentinos se basaron en la competencia. Considerando el deterioro de la situación económica y los altos niveles de inflación, los votantes evaluaron al oficialismo y decidieron sacarlo del gobierno. La victoria de Macri fue la derrota del Frente Para la Victoria, sin descartar la influencia de las internas peronistas".

"La gente no lo voto porque quería una política de centro derecha o pro mercado, sino porque estaban cansados del gobierno de cristina y el kirchnerismo", indicó Lupu.

(Télam)
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Por eso, el efecto de la campaña fue determinante. "Bajos niveles de lealtad hacia los partidos permitió el traspaso de apoyos a lo largo de la campaña y facilitó niveles modestos de voto estratégico. En definitiva, las lealtades son menos firmes, por lo que son más susceptibles de ser modificadas por factores relacionados a las campañas", explica el libro.

Análisis de la campaña

Prácticamente no se habló de políticas públicas durante la campaña. El estudio ilustra esto con un análisis de las palabras usadas en Twitter a lo largo de ella. El algoritmo compiló alrededor de 33 millones de tuits: mostró que la gran mayoría del discurso gira alrededor de las palabras como el cambio, las aptitudes de los candidatos y conceptos superficiales como la necesidad de trabajar en equipo para mejorar el futuro. Muy pocas palabras, que además son muy chicas, hacen referencias a políticas tangibles tales como la lucha contra el narcotráfico, infraestructura, o educación.

Por esa razón, a los votantes les costo distinguir entre las políticas públicas que cada candidato propuso, más allá de la retórica proselitista. Tal es así que, al realizar un cuestionario sobre la percepción de los distintos partidos respecto de políticas individuales, los resultados dieron al FpV como el tercer partido más a la derecha.  5.28. De hecho, estuvo más a la derecha que la UCR 5.00, el Frente Renovador 4.92 y el Frente Progresista 4.32 . A la derecha del FpV quedaron el Pro 5.69 y el partido Justicialista 5.72.

(Nicolas Stulberg)
(Nicolas Stulberg)

Efecto de la campaña y voto estratégico

El trabajo contrastó el cambio entre las intenciones electorales de los ciudadanos antes del comienzo de la campaña y su decisión final para determinar si el proceso tuvo una influencia tangible en el resultado.

¿La conclusión? La campaña importó. Y mucho. "Sin su impacto, Scioli hubiera recibido un 4,5% más de votos, por lo que si no hubiera sido por la campaña, hubiera ganado", asegura el estudio.

Los candidatos apuntaron a las preferencias de los votantes, cuyas posturas cambiaron a medida que adquirieron mayor conocimiento sobre los candidatos y sus campañas.

Las cifras fueron las siguientes: la amplia mayoría de los votantes, el 73,4%, votaron por el candidato por el que el estudio predijo. De esta cifra, el 39,2% tenía su decisión tomada desde el inicio de la campaña y no dudó en ningún momento. Un 32,1% estaba indeciso, pero a lo largo de los meses se decantó por su "candidato natural".

(NA)
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Mientras tanto, un 2% coqueteo con la idea de apoyar al candidato opuesto, pero finalmente terminó eligiendo al candidato que se esperaba.

No obstante, un porcentaje no menor, el 26,6% restante, terminó eligiendo un candidato distinto al que prefería antes del inicio de la campaña. 15% de ellos fueron votantes indecisos, o aquellos que en la primaria votaron por alguno de los 13 candidatos en la primaria. Y 4,4% pasaron de preferir a su "candidato natural" al opuesto después de estar expuestos a los mensajes de campaña. Y la mayor parte de ellos pasaron de inclinarse por Scioli a Macri.

Voto estratégico

El estudio concluyó que el porcentaje de votantes que se eligió a un candidato para evitar que otro gane osciló entre el 6% y el 10% del voto, una cifra similar a la de democracias tales como las de Canadá y el Reino Unido. Y el 70% de quienes emitieron un voto estratégico se lo dieron a Macri.

Elecciones 2019

Lupu y su equipo planean realizar una nueva encuesta de panel en el proceso electoral que se avecina. Ahora que tienen un precedente, usarán la información de 2015 para evaluar los cambios entre una elección y la otra. Pero aún antes de comenzar a recabarla, Lupu anticipó que la economía va a ser un factor más importante en 2019 que en 2015.

(Presidencia)
(Presidencia)

Con respecto a los mensajes de campaña, esta vez será Alberto Fernández quien cuente con la ventaja de no ser oficialista en tiempos de descontento: "Durante la campaña, (Macri) fue muy ambiguo en cuanto a lo que dijo que haría en su presidencia. Ahora hay hechos. Es un gobierno de centro derecha y hay hechos que están demostrados, decisiones que tomó, que no va a poder desmentir", dijo Lupu.

Y continuó: "Alberto Fernández va a poder hacer lo que hizo Macri en 2015. Va a poder decir 'esto no esta funcionando y que hay que hacer algo nuevo', y ser muy ambiguo con lo que sería su presidencia".

El factor determinante, no obstante, yace en el rol de la ex presidente, sobre todo respecto del electorado no cautivo: "Me parece que lo inteligente seria que el hiciera ese esfuerzo con esos votantes. ahí me parece tiene la ventaja de la posibilidad de ser ambiguo y  enfatizar en que va a ser su gobierno, no el de Cristina. La pregunta es cuan creíble va a ser", analizó.

En tanto, consideró que la decisión del oficialismo de incorporar a Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula refuerza la premisa del estudio en cuanto a la debilidad de los partidos y sus "marcas".

"Al igual que con el binomio Fernández Fernández, la intención es darle ambiguedad al mensaje de la boleta. En ambos casos, esto hace menos claras las posturas de los candidatos", analizó.

Lupu consideró que, al igual que en 2015, el voto útil tendrá un rol clave en el proceso electoral. "El sistema argentino genera incentivos para que haya dos o tres candidatos viables. La pregunta es quiénes van a ser. En un sistema donde no hay partidos, tienen que ser personalidades conocidas. En un sistema así es improbable que alguien surja de la nada".

Y concluyó: "Creo que va a ser alguno de los conocidos. Se sabe que ninguno de los dos candidatos, ni la fórmula de Cambiemos ni el binomio Fernández-Fernández van a sacar el 45 % en primera vuelta. Ahí la pelea es llegar a la segunda vuelta".

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