Marcos Peña: perfil bajo, el optimismo de siempre y dudas sobre Carrió y Tinelli

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Un funcionario que almorzó esta semana con Marcos Peña tomó nota de un dato: durante casi una hora y media, el jefe de Gabinete habló de economía, analizó escenarios electorales, minimizó la tensión con Elisa Carrió, y hasta se refirió a la relación con su suegra y su cuñado kirchneristas, pero no miró ni una sola vez su celular. Es más, el teléfono no estuvo a la vista durante toda la comida y Peña dedicó toda su atención a la conversación y, claro, a devorar los spaghettis caseros. Puede parecer un dato menor, pero el funcionario, acostumbrado a ver al jefe de Gabinete hiperactivo e hiperconectado, se fue convencido de que había sido testigo de un cambio más profundo.

Sucede que desde el fin de semana de principios de septiembre en el que Mauricio Macri modificó el gabinete para resguardar su figura, Peña eligió bajar su exposición. Casi no se mostró en público. Le escapa a las entrevistas y prefiere que sean los ministros los que salgan a explicar las acciones del Gobierno. En privado, se muestra sereno y con el optimismo de siempre. Aunque muchos lo critiquen también por eso.

A partir de distintos testimonios, Infobae reconstruyó el presente del funcionario en el que más confía Macri y más recelos cosecha entre los principales dirigentes de Cambiemos. ¿Qué piensa? ¿Cómo imagina el desafío electoral de 2019?

Peña, que acostumbra usar algunas metáforas futboleras, sostiene que entre un 35 y un 40 por ciento del electorado tiene puesta la camiseta de Cambiemos y no cambiará de equipo por más que esté pasando un mal momento. Cree, también, que hay un 30 por ciento dispuesto a votar a Cristina Kirchner, o a quien sea candidato por ese espacio, pase lo que pase. Esto es, aunque se acumulen las denuncias de corrupción en Tribunales. En este grupo incluye a su suegra y a su cuñado. "¿Y tu mujer?", le preguntaron hace unos días. "Mi mujer nos vota a nosotros", respondió. Y enseguida agregó un "todavía".

La atención del jefe de Gabinete, entonces, se centra en ese otro 30 y pico por ciento que, por ahora, no estaría pensando en votar ni a Macri ni a Cristina. Y allí aparece por primera vez su optimismo inquebrantable. Piensa, y dice, que el llamado peronismo racional (el que intentan liderar Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti) no representa por el momento una oferta clara para el electorado. "La gente los ve muy parecidos al kirchnerismo, no queda claro que sean algo distinto", repite.

Cuando le preguntan por los últimos exabruptos de Carrió, Peña despliega toda su paciencia. Dice que en Cambiemos son como un gran familia, y que pese a los cortocircuitos los dirigentes políticos, como los parientes, se quieren igual. No cree que Carrió vaya a ser candidata el año que viene, pero tampoco está seguro de que la líder de la Coalición Cívica sepa lo que quiere.

Y cuando intentan sacarle alguna frase picante sobre los roces con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, niega las internas y habla del equipo que viene trabajando junto desde hace más de 15 años. Frente al reclamo de la gobernadora bonaerense por la actualización del fondo del conurbano, se muestra tan comprensivo como inflexible.

Confía en que Macri logrará la reelección el año que viene y, por ahora, no imagina que el oficialismo pueda definir su fórmula presidencial en una interna.

Sobre su nuevo rol, explica que se multiplicó el trabajo hacia adentro y bajó su exposición para que tengan un rol más protagónico los ministros. Elogia el esquema actual del Gobierno. "Para un momento de más turbulencias necesitás un esquema más compacto", justifica. Confiesa que extraña a Mario Quintana, su ex jefe de Gabinete, y no descarta que en el futuro vuelva a sumarse al Gobierno.

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Habla una y otra vez de la oferta y la demanda. Pero no para explicar los altos índices de inflación, sino para analizar el tablero electoral. Este es su argumento: "No se registra una demanda mayoritaria de algo distinto al kirchnerismo y a Cambiemos. Ni tampoco una oferta que exprese algo distinto". Cree que no hay margen para la aparición de un Jair Bolsonaro versión argentina porque lo nuevo, lo distinto, es lo que expresa Cambiemos. Tampoco ve espacio para el surgimiento de una candidatura de alguien de afuera de la política. "¿(Marcelo) Tinelli? ¿Dónde se para? ¿Qué le ofrece a la sociedad en términos políticos?", se pregunta.

Y vuelve a desplegar todo su optimismo cuando aborda los temas económicos. Porque, dice, la gente que los votó los sigue apoyando y está contenta con el Gobierno a pesar de las dificultades. La metáfora futbolera aparece de nuevo: "Estamos convencidos del fútbol que jugamos y de la camiseta que defendemos". Y agrega: "No somos boludos, gobernamos. Ni en marzo estábamos para quedarnos 20 años ni ahora estamos muertos".

Dice, y los que lo escucharon aseguran que suena convencido, que la gente -o mucha gente- se da cuenta de que el Gobierno está resolviendo los problemas que le dejó el kirchnerismo. Y que a la gente -o a mucha gente- no le importa solamente la economía, o su economía. "Si no les importara la corrupción, CFK todavía estaría gobernando", le escucharon decir.

Es más, se burla de los dirigentes políticos que creen que los únicos temas que prenden en el electorado son los del bolsillo de la gente. Entonces, como le explicó el miércoles a uno los integrantes del gabinete, subraya que en la campaña electoral será clave la integralidad y no la puntualidad. Y detalla que en esa integralidad de la que habla la economía es una parte importante, claro, pero no es el todo. Y que el votante de Cambiemos también le presta especial atención a "lo institucional" y a lo que describe como avances en la lucha contra el narcotráfico, la inserción de la Argentina en el mundo o las innovaciones en tecnología.

"¿Te imaginás cuatro años más como jefe de Gabinete?", le preguntó hace poco un colaborador que sueña con un exilio dorado. "¡Sí! Me imagino cuatro años más de Mauricio y la idea es acompañarlo a él. Si Mauricio quisiera que fuera en otro rol… pero no me lo plantea", respondió Marcos Peña versión 2018.