En el Perú, la llegada de la Navidad ha estado tradicionalmente acompañada por el estallido de cohetes y fuegos artificiales a la medianoche del 24 de diciembre. Sin embargo, esta costumbre, arraigada desde hace años, suele venir acompañada de niveles peligrosos de contaminación ambiental, según reportes del Senamhi.
Días previos a la Navidad, diversas recomendaciones fueron difundidas para desalentar el uso de pirotécnicos, apelando a la solidaridad con personas enfermas, niños con trastorno del espectro autista, adultos mayores y animales como perros, gatos y aves, que suelen verse seriamente afectados por el ruido. Asimismo, se advirtió sobre los peligros que implica la manipulación de estos artefactos, especialmente en menores.
Pese a estos llamados, en varios distritos de Lima y en otras ciudades del país, la Navidad fue recibida con intensas detonaciones de pirotécnicos. En los distritos de Chorrillos, San Juan de Lurigancho, Los Olivos, y otros, numerosos vecinos hicieron estallar fuegos artificiales durante la celebración que se vio oscurecida para algunas familias por los incendios reportados en simultáneo.
El distrito de Lima que evitó los fuegos artificales
En contraste, en distritos como San Isidro, según los registros difundidos en redes sociales y testimonios vecinales, no se observó el uso de fuegos artificiales en diversos puntos durante la Nochebuena, lo que fue interpretado como una mayor sensibilización ciudadana frente a los efectos negativos de la pirotecnia.
Una situación similar se habría registrado en al menos una parte del distrito de San Borja, donde la presencia de estos artefactos fue mínima. Este escenario quedó evidenciado a través de un video difundido por una vecina en la plataforma TikTok, el cual se viralizó en pocos minutos.
En redes sociales, numerosos usuarios resaltaron este comportamiento como un acto de respeto hacia los animales, el medio ambiente y la tranquilidad del vecindario, marcando un contraste con lo ocurrido en otros sectores de Lima donde sí se registraron detonaciones de pirotécnicos.“Ojalá todos sigan el ejemplo” y “A eso lo llamo tener empatía”, son algunos comentarios que se leen.
Así suena la pirotecnia para un autista y una mascota en Navidad
Durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, el uso de pirotecnia representa un grave problema para las mascotas, cuyo oído es hasta cuatro veces más sensible que el de los humanos. Según explicó el médico veterinario de la Dirección de Salud de Lima Sur, Rodolfo Zurita Burmester, los ruidos de los fuegos artificiales pueden provocar dolor, desorientación, ataques de pánico y niveles de estrés cercanos a un episodio traumático en perros y gatos.
El especialista detalló que mientras los humanos perciben sonidos de hasta 20.000 hertz (Hz), los perros pueden captar entre 60.000 y 65.000 Hz y los gatos cerca de los 90.000 Hz, lo que reduce significativamente su tolerancia al ruido. Además, indicó que los perros sienten dolor desde los 95 decibeles (dB) y molestias desde los 80 dB, cuando algunos fuegos artificiales alcanzan entre 150 y 160 dB.
Zurita precisó que, a diferencia de las personas, los animales no pueden identificar el origen del ruido, lo que incrementa el miedo y puede desencadenar fobias.
En el caso de las personas autistas, quienes padecen de hipersensibilidad auditiva, el impacto es también grave. Milagros Huamán, fundadora de la asociación Soy Autista y Qué, advirtió que la pirotecnia puede generar crisis de ansiedad, convulsiones, pérdida del conocimiento y otras reacciones graves, al recibir el sonido de forma abrupta y extremadamente intensa.