El Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de Breña se convirtió en el escenario del renacer para Jeffrey, un menor de diez años procedente de Virú (La Libertad), quien logró superar un año de dolorosas complicaciones tras un accidente doméstico. El centro especializado logró extraerle un fragmento de madera alojado en el párpado inferior izquierdo, intervención que resultó vital para preservar su visión y evitar consecuencias más graves.
El drama del menor inició durante un juego cotidiano con su perro en la arena. Una caída accidental hizo que una astilla de una escoba rota penetrara su zona ocular. Al principio, la herida parecía menor y cicatrizó rápidamente, pero al poco tiempo comenzaron la hinchazón persistente y las infecciones recurrentes.
La madre del niño, Elizabeth Rodas Pérez, recuerda el temor que sintió al ver la lesión y cómo la situación se agravó: la inflamación no cedía y la zona afectada expulsaba secreción de manera continua.
A pesar de los tratamientos locales, que incluyeron la aplicación de cremas y controles periódicos, el verdadero origen del problema no fue detectado en los hospitales de Trujillo. El cuerpo extraño permaneció oculto, generando una deformidad progresiva en el párpado y complicaciones infecciosas.
Solo tras ser referido al INSN de Breña, se logró identificar la causa: un trozo de madera de dimensiones considerables alojado en la órbita inferior izquierda, la cavidad ósea que protege el ojo.
El diagnóstico, realizado por los especialistas en Oftalmología y Cirugía de Cabeza, Cuello y Maxilofacial, fue contundente. “Los cuerpos extraños orgánicos son los más peligrosos porque atraen diferentes microorganismos tanto bacterias y hongos. En este caso, el riesgo no solo era perder la visión, sino también la vida por una posible infección generalizada”, explicó la doctora Carolina Marchena, médico asistente del servicio de Oftalmología.
Durante la intervención, los cirujanos extrajeron un segmento de madera de 3x2 centímetros que había provocado un ectropión traumático, es decir, la retracción del párpado hacia fuera.
El doctor Luis Ticona, del área de Cirugía de Cabeza, Cuello y Maxilofacial, destacó que la evolución del paciente es favorable y que el pronóstico es positivo, aunque la recuperación total requerirá una segunda cirugía reconstructiva en coordinación con Cirugía Plástica, prevista para los primeros meses del próximo año.
La experiencia de Jeffrey evidencia la importancia del trabajo multidisciplinario en el hospital, que recibe casos complejos derivados de distintas regiones y brinda soluciones integrales a pacientes pediátricos. “La fortaleza del INSN es el trabajo en equipo multidisciplinario, lo que permite resolver casos que en otras regiones no pueden tratarse”, subrayó la doctora Marchena.
Tras la operación, la familia del niño respira aliviada y se prepara para unas fiestas distintas, marcadas por la gratitud y la esperanza. “Ahora me siento tranquila porque ya le sacaron la madera. Ya no viviremos con el miedo de que esa herida reviente cada cierto tiempo”, expresó su madre, quien ve en esta Navidad una oportunidad de comenzar de nuevo junto a su hijo, lejos del dolor y la incertidumbre que los acompañó durante más de un año.