La inseguridad alcanzó incluso a los templos. En el distrito de Tamshiyacu, provincia de Maynas, región Loreto, un grupo de delincuentes armados asaltó al sacerdote español Juan Febrero Fernández dentro de su propia iglesia, luego de una misa, y lo despojó de sus pertenencias personales y del dinero de las ofrendas. La denuncia fue confirmada por el religioso y reportada por el corresponsal de RPP en la zona.
Según el informe policial, los asaltantes aprovecharon el momento en que los fieles abandonaban el templo para ingresar al recinto y encañonar al sacerdote. Lo amenazaron con un arma de fuego y lo obligaron a entregar todo lo de valor que llevaba consigo. El propio misionero relató que los delincuentes actuaron con total sangre fría y sin mostrar respeto alguno por el lugar sagrado.
El religioso contó que los delincuentes, lo encañonaron, lo obligaron a entregar sus objetos de valor, tarjetas bancarias y hasta las ofrendas que habían dejado los feligreses.
Los ladrones se llevaron relojes, tarjetas y dinero de la iglesia
Los delincuentes escaparon tras sustraer varios objetos personales del sacerdote, entre ellos un reloj de alto valor, además de tarjetas bancarias y dinero en efectivo, producto de las colectas realizadas durante la ceremonia. El atraco ha causado indignación entre los vecinos de Tamshiyacu, quienes afirman que los hechos delictivos se han vuelto cada vez más frecuentes en la localidad.
Agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) acudieron a la iglesia minutos después del asalto para iniciar las investigaciones correspondientes. Según trascendió, los efectivos revisaron el interior del templo y recopilaron testimonios de testigos que se encontraban cerca del lugar. Las autoridades han señalado que se viene realizando un operativo en el distrito y zonas aledañas con el fin de identificar a los responsables.
Vecinos denuncian aumento de la delincuencia en Tamshiyacu
El hecho ha generado conmoción entre los pobladores, que aseguran vivir en constante temor por el aumento de robos y asaltos en la zona. Varios vecinos expresaron su malestar ante la falta de seguridad y pidieron mayor presencia policial.
“Ya no respetan nada, ni a la Iglesia. Aquí cada semana hay robos, y nadie hace nada”, comentó una vecina del distrito.
De acuerdo con testimonios recogidos en la zona, Tamshiyacu enfrenta una ola de inseguridad impulsada por la presencia de consumidores y microcomercializadores de drogas, quienes han extendido su actividad en diferentes barrios del distrito. Los pobladores aseguran que esta situación mantiene a la comunidad “en zozobra” y que los hechos delictivos se han vuelto parte del día a día.
El distrito de Tamshiyacu se encuentra a unas tres horas por vía fluvial desde Iquitos, en plena selva loretana. Es una localidad tradicionalmente tranquila y conocida por su actividad misionera, pero en los últimos años la falta de control policial ha permitido el avance de la delincuencia común.
Tras el asalto, la Diócesis de Tamshiyacu no ha emitido un comunicado oficial, aunque se espera que en los próximos días se refuercen las medidas de seguridad en los templos de la región.