En el sur del Perú, las festividades de fin de año adquieren una dimensión única gracias a la celebración de la Navidad Negra, una tradición profundamente arraigada en las regiones de Cañete, Chincha, Ica y Pisco.
Este festejo, que mezcla elementos de la cultura afroperuana y la herencia religiosa, se extiende desde el 24 de diciembre hasta el 6 de enero, abarcando el día de la Bajada de Reyes.
La Navidad Negra no solo es una muestra del sincretismo cultural del país, sino también una de las expresiones más vibrantes de la identidad afroperuana.
Patrimonio Cultural
En el corazón de esta festividad se encuentran las danzas del Hatajo de Negritos y las Pallas, ambas inscritas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2019.
La mezcla de ritmos africanos, versos de villancicos españoles y melodías de raíz andina se fusionan en un espectáculo que conmueve a quienes lo presencian.
Reservado para hombres
El Hatajo de Negritos es un baile de hombres, que se caracteriza por el zapateo y los cánticos acompañados de violines, armónicas y campanillas. Los danzantes, vestidos con trajes tradicionales que incluyen pantalones blancos y camisas de colores brillantes, marcan el ritmo con sus pies, mientras son acompañados por el sonido de cascabeles y sonajas.
A lo largo del desfile, la algarabía es palpable, con los espectadores que se unen al festejo mientras los participantes recorren las calles de los pueblos en un desfile lleno de emoción.
Ella baila sola
Por su parte, las Pallas son danzas protagonizadas principalmente por mujeres, quienes se visten con vestidos de colores suaves y velos, emulando la imagen de las pastoras.
Aunque las Pallas tienen sus raíces en la misma tradición, su estilo se distingue por su gracia y delicadeza, convirtiéndolas en una de las partes más esperadas de la Navidad Negra.
Defensor de la tradición
Nicomedes Santa Cruz, destacado decimista y embajador de la música afroperuana, fue uno de los principales promotores de la Navidad Negra en el ámbito nacional e internacional.
Santa Cruz, conocido por su capacidad para plasmar la esencia de la cultura afroperuana en sus composiciones, se convirtió en un referente de la música negra del país. Su influencia sigue vigente, pues no solo captó la atención con sus composiciones, sino también con sus investigaciones sobre la historia y la música de los afrodescendientes peruanos.
En Ica
La Navidad Negra en Ica también tiene una gran relevancia, pues la región ha sido una de las principales en mantener vivas estas costumbres. A lo largo de los años, la festividad se ha convertido en un símbolo de la resistencia y la celebración de la identidad afroperuana, que sigue vigente con el paso del tiempo.
En definitiva, la Navidad Negra es un testimonio de la diversidad cultural del Perú, que sigue cautivando tanto a locales como a turistas. Sus danzas, cantos y trajes siguen siendo un homenaje a las raíces afroperuanas y un recordatorio de la fusión de culturas que han dado forma a la identidad del país.