En diciembre se practican tradiciones que son muy propias del Perú. Entre ellas se encuentran la famosa cábalas de Año Nuevo, que consiste en un conjunto de acciones que se llevan a cabo para atraer prosperidad, amor, viajes, entre otros. Por ejemplo, comer las 12 uvas, dar la vuelta a la manzana con una maleta a la medianoche y usar prendas amarillas son algunas de las tradiciones. Pero también hay otras que requieren un poco más de preparación, como la muy extendida y famosa quema de muñecos en estas fiestas.
Estos solían estar hechos de trapos, ropa vieja o gastada, lleno de cohetecillos y tener forma humana. Hoy en día hay toda una industria que los fabrica y se venden como pan caliente en esta temporada.
Los hay de todo precio, color y personaje, especialmente aquellos alusivos a la política o figuras internacionales y famosas. Sin embargo, pese a su popularidad, es una práctica poco recomendada y puede llegar a ser perjudicial.
¿Por qué no debes quemar muñecos en Año Nuevo?
Una de las principales razones que explican por qué no es recomendable la quema de muñecos en Año Nuevo, es el accidente que esto puede provocar, como las quemaduras en los niños, quienes son especialmente afectados. Como es sabido, ellos no están capacitados para manipular fuego y mucho menos pirotecnia. Asimismo, los menores pueden sufrir quemaduras o lesiones más serias, ya que sus órganos y estructuras todavía no están completamente desarrollados; y también secuelas físicas que podrían obstruir el normal funcionamiento de sus músculos o movimiento.
Cabe destacar que una quemadura leve puede tardar hasta quince días en cicatrizar; sin embargo, las más profundas se extienden en el tiempo, e incluso requieren rehabilitación. Por otro lado, también es importante considerar las secuelas a nivel psicológico que en muchos casos son permanentes.
Otras implicancias negativas que puede tener la quema de muñecos gira en torno al medio ambiente. Esta actividad genera cantidades importantes de monóxido de carbono, entre otros gases tóxicos que al ser inhalados al momento de la combustión pueden agravar condiciones respiratorias o provocar malestares en el cuerpo de las personas.
Asimismo, degrada la calidad del aire y lo llena de toxinas y sustancias cancerígenas que son muy pequeñas y no pueden ser filtradas por el cuerpo humano. Es necesario destacar que las mascotas y las plantas también se ven afectadas.
No menos importante es el daño que se puede ocasionar al patrimonio, ya que las pistas y veredas donde se incendian los muñecos quedan dañadas, e incluso una sola chispa puede provocar un incendio de importancia, poniendo en riesgo más de una vida.
Desafortunadamente, muchas personas todavía persisten en esta práctica pese a que se ha tratado de erradicar mediante multas o sanciones. Ante ello, se recomienda realizar la quema de muñecos en espacios abiertos con todas las medidas de seguridad posibles, y evitar que los niños estén cerca.
Origen de la tradición
La quema de estos particulares objetos responde a la idea de que con ellos “se va todo lo malo que pudo haber ocurrido en el pasado”, dejando el paso libre para las nuevas cosas que han de venir en el nuevo año, esperando, por supuesto, que sean mucho mejores que el año anterior.
La costumbre tendría sus orígenes en la antigua Grecia, donde la tradición dictaba que un rey debía ‘morir’ al final de su mandato. Para simbolizar esta ‘muerte’, se construía un muñeco de madera que simbolizaba al dignatario, el cual era quemado para dar por finalizado su tiempo en el trono. Esta práctica se habría realizado durante mucho y extendido en Europa, hasta llegar a América de la mano de los conquistadores.
¿Cómo actuar frente a quemaduras?
A pesar de las multas impuestas para aquellos que queman muñecos en Año Nuevo, las personas continúan adquiriendo o fabricando estos objetos con trapos y ropas viejas. Al encenderlos, no solo afectan al medio ambiente, sino también a la salud de las personas.
Pero, ¿de qué manera puede afectar la práctica de esta costumbre a las personas? Los más vulnerables son, sin duda, los niños, quienes podrían quemarse cada vez que se acercan a un muñeco envuelto en llamas. Ahora bien, ante una situación de emergencia, es pertinente accionar adecuadamente. Es por eso que la Dra. Flor Cari, instructora de la Escuela de Emergencias de EsSalud, dio consejos valiosos para saber cómo actuar frente a una quemadura.
“Los daños más comunes son las quemaduras de primer grado, que se manifiestan con enrojecimiento de la piel, ardor e hinchazón. Con mayor frecuencia ocurren en manos y rostro, por la proximidad de estas zonas al encender los pirotécnicos. Lo primero que se debe hacer es retirar las prendas de vestir al herido y los objetos como anillos, relojes o pulseras. Inmediatamente, refrescar la zona con agua fría durante 15 minutos, no aplicar hielo; después colocar una compresa fría para aliviar el dolor”, sostuvo la doctora de EsSalud.
¿Qué otras tradiciones se pueden realizar por Año Nuevo?
Con el eco de las campanadas anunciando el nuevo ciclo, el mundo se convierte en un escenario donde la esperanza y las tradiciones se entrelazan en un baile de rituales por la fortuna y el bienestar. A lo largo y ancho del planeta, la diversidad cultural se hace palpable en las variopintas costumbres que buscan atraer un año venidero lleno de prosperidad. Desde la intimidad de los hogares hasta el bullicio de las calles, estas son algunas de las prácticas más arraigadas:
- Vistiendo ropa interior amarilla, símbolo de buena suerte, se recibe el Año Nuevo con alegría y positivismo.
- A cada campanada de medianoche, se degustan 12 uvas, una por cada mes del año, en busca de felicidad y éxito en cada uno de ellos.
- Las lentejas se convierten en protagonistas de la mesa no solo como deliciosos platillos sino también como augurios de abundancia.
- Los baños de florecimiento invocan la renovación, limpiando las energías y floreciendo los caminos para los nuevos desafíos.
- Con maletas en mano, muchos corren por las calles anhelando un año repleto de viajes y nuevas aventuras.
- El Ekeko, deidad de la abundancia andina, se adorna con billetes y bienes, esperando materializar la riqueza deseada.
- Por último, las velas de colores no solo iluminan, sino que cada tono se convierte en un deseo: amor, salud, dinero, tranquilidad.