Residencial San Felipe y la estructura que fue plasmada en el escudo de la Municipalidad de Jesús María: la historia detrás de las imponentes torres

La influencia del expresidente Fernando Belaúnde Terry en el desarrollo de proyectos habitacionales es notable, destacando entre ellos el Conjunto Residencial San Felipe. Este proyecto, que tiene 58 años desde su construcción, sigue siendo un referente de excelente planificación urbana

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Este proyecto en Jesús María se destaca por su planificación urbana, integración comunitaria y accesibilidad, albergando actualmente a más de ocho mil habitantes. (Composición Infobae: Andina/Municipalidad de Jesús María)
Este proyecto en Jesús María se destaca por su planificación urbana, integración comunitaria y accesibilidad, albergando actualmente a más de ocho mil habitantes. (Composición Infobae: Andina/Municipalidad de Jesús María)

Desde los primeros años del siglo XX, nuestra ciudad experimentó un crecimiento significativo en el ámbito de la vivienda popular. La historia comienza en 1911, cuando la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima (SBPL) edifica las primeras “quintas” y “casas de obreros”. Este impulso inicial se consolida entre 1928 y 1930 con la construcción de las Casas de Obreros Número 1, 2 y 3, diseñadas por el arquitecto Rafael Marquina. Estas viviendas, revolucionarias en su época, incorporaron espacios comunes y servicios higiénicos individuales, mejorando la calidad de vida de los residentes.

El periodo entre 1936 y 1939 marcó otra etapa crucial, con la intervención del Ministerio de Fomento y Obras Públicas en la creación de “barrios fiscales”. Se estableció un programa que, mediante la adjudicación por alquiler-venta, buscaba proporcionar viviendas a la clase obrera. La Inspectoría de Barrios Obreros desempeñó un papel fundamental en la supervisión de la higiene y la seguridad, garantizando mejoras y evitando incrementos abusivos en los alquileres.

Durante el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, entre 1945 y 1948, se implementó una política habitacional a través de la Corporación Nacional de la Vivienda. Esta institución no solo sobrevivió al breve mandato del gobierno, sino que también trascendió su existencia por varios años. La labor de la Corporación fue significativa, destacándose especialmente la creación de la Unidad Vecinal Nº 3, reconocida como un logro notable en el ámbito de la vivienda social llevada a cabo por el Estado.

El consenso alcanzado para abordar la preocupación por la vivienda durante este gobierno se atribuye, en parte, a la influencia de Belaúnde Terry. Desde su revista ‘El arquitecto peruano’, difundió corrientes internacionales sobre planeamiento habitacional y propuestas de profesionales peruanos preocupados por las necesidades de vivienda de las clases trabajadoras.

En el mandato del general Manuel Odría, quien sucedió a Bustamante y Rivero, se estableció el Fondo de Salud y Bienestar. Bajo la dirección de la Corporación, se desarrollaron tres Unidades Vecinales adicionales: Matute, Mirones y El Rímac, junto con varios conjuntos habitacionales en la ciudad, cada uno con entre 90 y 140 viviendas en edificaciones de 3 y 4 pisos. Además, se llevó a cabo la construcción del Centro Vacacional Huampaní, contribuyendo significativamente al panorama de la vivienda social en esa época.

En 1963, durante el primer gobierno del arquitecto Fernando Belaúnde Terry, se consolidaron los esfuerzos para mejorar la vivienda popular. La Junta de la Vivienda concluyó las Unidades vecinales y las Unidades de Propósito Independiente (UPIS), además de desarrollar 18 conjuntos habitacionales en Lima y otras ciudades.

En este periodo destaca el Conjunto Residencial San Felipe, uno de los más modernos y con mejor planeamiento para su época, con 1 mil 600 departamentos, y Santa Cruz, con 490 unidades, ambos realizados por la Junta Nacional de la Vivienda. Además, no podemos pasar por alto el Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI), iniciativa promovida por las Naciones Unidas y respaldada por Belaúnde.

La construcción de la residencial San Felipe

Este proyecto en Jesús María, diseñado por Enrique Ciriani y Oswaldo Núñez, se destaca por su planificación urbana, integración comunitaria y accesibilidad, albergando actualmente a más de ocho mil habitantes. (Andina)
Este proyecto en Jesús María, diseñado por Enrique Ciriani y Oswaldo Núñez, se destaca por su planificación urbana, integración comunitaria y accesibilidad, albergando actualmente a más de ocho mil habitantes. (Andina)

Ubicado en el distrito de Jesús María, un emblemático edificio multifamiliar se construye como testigo del tiempo: este año celebra 58 años desde su construcción. Este proyecto, pionero en su tipo en el país, se convirtió en un símbolo de la clase media, reflejando su aspiración y éxito urbano en la ciudad. Caracterizado por su diseño de edificios separados por amplios jardines, este complejo representa un modelo de desarrollo urbano centrado en la integración de servicios y espacios verdes

En 1963, Fernando Belaúnde Terry asume la presidencia del país y con él, un marcado interés en el urbanismo. Según el arquitecto Sharif Kahatt para el programa Sucedió en el Perú, el mandatario de ese momento no solo dirigía desde la presidencia, sino que también se sumergía en los detalles, visitando el taller de la Junta Nacional, donde se gestaban proyectos como el de San Felipe.

El conjunto residencial San Felipe se compone de 33 edificios, cada uno con su respectiva junta vecinal ( 9A, 9B y 9C). Su diseño integral, en línea con el concepto de “Ciudad Satélite”, abarca 25 mil metros cuadrados de áreas verdes, plazas, centros educativos, comercios e incluso una iglesia.

En el diseño de este edificio, la atención se centró en la funcionalidad y la comodidad para los residentes. Balcones estratégicamente ubicados ofrecen vistas panorámicas tanto a las calles como a las fachadas internas de las torres. Pero la visión va más allá de lo estético, se trata de crear un espacio habitable que se integre con la vida urbana.

El lugar donde se sitúa el residencial tenía antecedentes como hipódromo y desarrolló una relación especial con la cultura japonesa, reflejada en la cesión de tierra para la colonia japonesa. (Archdaily)
El lugar donde se sitúa el residencial tenía antecedentes como hipódromo y desarrolló una relación especial con la cultura japonesa, reflejada en la cesión de tierra para la colonia japonesa. (Archdaily)

Los estacionamientos fueron ubicados en un amplio sótano. Para facilitar el traslado de los residentes, se instalaron recibidores con ascensores modernos y eficientes. Con el tiempo, se percibió la necesidad de hacer el edificio más accesible e inclusivo. Se implementaron rampas pensadas específicamente para sillas de ruedas

Esta obra se destaca por su envergadura y contribución bien distribuida. Su planeamiento fluido y juego de formas crea un vínculo único entre sus habitantes y la ciudad, generando intervenciones que provocan un sentido de bienestar. Los arquitectos responsables del inicio de este proyecto fueron Enrique Ciriani y Oswaldo Núñez, quienes, junto con Belaúnde, decidieron dar vida a esta visión.

Con cuatro departamentos por piso, cada uno con tres habitaciones, los edificios aprovechan al máximo el espacio. Inicialmente, albergaba a más de 2 mil habitantes con sus 1 mil 599 viviendas, pero hoy en día se estima que más de ocho mil personas llaman a este lugar su hogar.

Aunque en sus inicios muchos dudaron de su viabilidad, el proyecto demostró a lo largo de los años que no es un ‘elefante blanco’. Su permanencia en el tiempo es testimonio de la importancia y éxito de este proyecto en la historia urbana de nuestro país.

Sin duda, el conjunto residencial San Felipe se distingue por su excepcional enfoque en la planificación urbanística social y la alta calidad en el diseño de sus edificios. A pesar de su relevancia, lamentablemente, no se ha replicado un proyecto urbano de características similares en el país.

Las actividades dentro de la Residencial

Homenaje al aquitecto Adolfo Córdova Valdivia (cortesía)
Homenaje al aquitecto Adolfo Córdova Valdivia (cortesía)

Dentro de la Residencial San Felipe, existen varios colectivos vecinales como el Comité Gestor Residencial San Felipe, San Felipe Verde, Ciclistas San Felipe, María Compost, Ciclistas Residencial San Felipe - CRSF y Patitas Resi, entre otros. Estos grupos son fundamentales en impulsar iniciativas que fortalecen la comunidad y mejoran el entorno para los vecinos.

El viernes 3 de noviembre, a las 19:30 horas, se conmemoró el primer aniversario del fallecimiento del arquitecto Adolfo Córdova Valdivia. En una ceremonia emotiva, se descubrió una placa en la mesa que él frecuentaba a diario. Este lugar, Aguaymanto, ubicado frente a la plazuela que él mismo remodeló, era su punto de encuentro habitual con amigos, estudiantes, vecinos, donde disfrutaba de un café sudamericano, como le solía llamar.

Placa conmemorativa al arquitecto Adolfo Córdova Valdivia (cortesía)
Placa conmemorativa al arquitecto Adolfo Córdova Valdivia (cortesía)

El Comité Gestor Residencial San Felipe y San Felipe Verde rindieron homenaje a la memoria del señor Córdova Valdivia con una placa conmemorativa. Esta placa honra su legado como arquitecto, docente, editor y promotor de proyectos comunitarios. Resalta su costumbre de compartir en esa mesa, soñando y trabajando por mejoras para la comunidad hasta los últimos días de su vida, logrando materializar muchos de esos sueños en realidades tangibles.

Fue un hipódromo y su relación con la cultura japonesa

Belaúnde impulsa la construcción de unidades vecinales, UPIS y 18 conjuntos habitacionales, incluyendo el destacado Conjunto Residencial San Felipe y el Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI). (Hablemos de Hípica)
Belaúnde impulsa la construcción de unidades vecinales, UPIS y 18 conjuntos habitacionales, incluyendo el destacado Conjunto Residencial San Felipe y el Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI). (Hablemos de Hípica)

La famosa residencial San Felipe tiene su nombre gracias que en los antiguos terrenos del Hipódromo de San Felipe. En una época en la que el Instituto de la Vivienda vio una oportunidad de urbanizar este espacio para destinarlo a la clase alta.

Este proyecto fue inspirado en el modernismo de Bauhaus, el diseño de San Felipe se destacó por su funcionalidad, creatividad y enfoque avanzado para la arquitectura de la época.

Dentro de la residencial San Felipe, una hectárea de tierra fue cedida a la colonia japonesa como compensación por los perjuicios sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. La activa comunidad aprovechó esta oportunidad para construir un centro cultural, un policlínico y un teatro, convirtiendo el condominio en un lugar con todos los servicios esenciales para vivir en Lima.

Se encuentra en el escudo de Jesús María

Desde las primeras "quintas" y "casas de obreros" en 1911, hasta los proyectos residenciales modernos, exploramos el desarrollo de la vivienda popular en la capital peruana y por qué se encuentra en el escudo de Jesús María. (TikTok: Municipalidad de Jesús María)

En el escudo de Jesús María, se encuentra cuatro fragmentos que reflejan la historia de este distrito. En la esquina superior izquierda, destaca un verde limón junto a la flor de Sakura, símbolo del lugar. Mientras tanto, en la esquina superior derecha, tres imponentes edificios representan a la residencial San Felipe. Un fondo amarillo ilumina este espacio, recordándonos la vitalidad que esta área aporta a nuestra comunidad.

En la parte inferior izquierda, donde el azul del parque de Los Próceres y Precursores de la Independencia nos envuelve. Este sitio turístico no solo guarda mucho de nuestra historia, sino que también contó con la presencia de personalidades destacadas, tanto nacionales como internacionales.

Finalmente, en la esquina inferior derecha, se alza la Parroquia San José sobre un fondo marrón claro. Aquí, la influencia del catolicismo del distrito se manifiesta, siendo una parte importante de su identidad.