Brazos amarrados y expresión de angustia: así son las más de 200 momias del museo de Leymebamba en Chachapoyas

El patrimonio arqueológico del Perú es un tesoro que se puede ir descubriendo en cada rincón y que da muestras de cómo habría sido la vida en los tiempos de nuestros antepasados

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Las momias de Leymebamba: Un vistazo a la antigua cultura Chachapoyas. Foto: viajaporperu.com

¿Te imaginas entrar a un museo donde se guardan gran cantidad de momias de hace más de 500 años? El Perú es bastante diverso y entre los restos arqueológicos que se han encontrado de los antiguos habitantes, las momias destacan porque siguen fascinando la mente de los visitantes. La buena noticia es que actualmente una importante colección de estas puede ser visitada en un museo ubicado en Chachapoyas, en la región Amazonas.

Las momias de Leymebamba

Se trata del museo de Leymebamba. En este recinto que guarda gran cantidad de historia el tiempo se ha detenido para dejar a los visitantes apreciar una serie de cuerpos momificados que datan de los tiempos en que la cultura Chachapoyas florecía suelo peruano. Sin embargo, lo que realmente llama la atención no es solo el hecho de que haya más de 200 de estas momias en el museo, sino que cada una de ellas tiene ciertas particularidades.

Algunas se encuentran cubiertas por telas y fardos casi en su totalidad, otras, en cambio, permiten ver la expresión en su rostro que se ha conservado a pesar del paso del tiempo.

Es bien sabido que los Chachapoyas eran conocidos por tener una particular forma de percibir la muerte, razón por la cual procuraron mantener en el mejor estado posible a sus fallecidos modificándolos, dando como resultado que hoy podamos observar estas muestras de sus tradiciones funerarias.
Rostros congelados en el tiempo: Las expresiones de las momias de Leymebamba. Foto: rumbosdelperu.com

Para el proceso de momificación de los cuerpos, la cultura en mención elegía hacerlo en una especie de posición fetal que permitiera reducir el tamaño y peso del cuerpo e introducirlo dentro de las chullpas, que solían ubicar en espacios altos, rocosos y recónditos para que los fallecidos no sean molestados. Por esta razón, las momias lucen como si estuvieran sentadas, pero con las piernas compactadas y los brazos recogidos sobre el cuello. Esto se lograba amarrando el cuerpo, dándole un aspecto bastante tétrico.

Como se mencionó, otro detalle que no pasa desapercibido de estos cuerpos momificados son sus rostros que dan la impresión de estar sufriendo una gran angustia que no tiene cuando acabar.

Con expresiones faciales dramáticas y de terror, rostros bastante conservados y posiciones que dan la impresión de estar abrazándose a sí mismas ante algún peligro inminente, estas momias resisten al paso del tiempo y son una muestra de la importancia de los ritos funerarios para los Chachapoyas.

El museo

Visitar el Museo de Leymebamba es todo un viaje cultural. Foto: Perú Travel

Cabe mencionar que estos importantes restos arqueológicos fueron encontrados cerca de la Laguna de los Cóndores, hoy conocida también como ‘La laguna de las momias’. Habrían permanecido en esta zona durante mucho tiempo sin protección, dejándolas a merced de los huaqueros que se llevaron todo lo que podría tener valor, asimismo, muchas personas llegaron a este punto de difícil acceso para fotografiarse, pero también llevarse algún recuerdo, maltratando el patrimonio.

Esto cambió en 1997 cuando se puso en valor a las momias de Leymebamba y fueron llevadas al museo del mismo nombre en el año 2000.

Este espacio cultural se construyó gracias al apoyo local e internacional y es desde entonces el lugar donde reposan los cuerpos momificados hoy en día y pueden ser visitados con total seguridad.

Aquí también se pueden apreciar cerámicas, tejidos, metales, quipus y otras muestras de la cultura Chachapoyas, pero también de la presencia inca en la región.

El ingreso para los adultos tiene un valor de S/ 5.00 soles. Para estudiantes universitarios y adultos mayores cuesta S/ 8.00, y los niños pueden ingresar pagando S/ 3.00 soles. El horario va de lunes a domingo de 10:00 a. m. hasta las 4:30 p. m., y es sin duda una experiencia fascinante que amplía el conocimiento sobre la forma de vida de nuestros antepasados.