Apenas 496 palabras bastaron para que el congresista Carlos Anderson, quizá el más férreo opositor del ministro Alex Contreras, vitupere en contra de su gestión a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y le exigiese la renuncia inmediata a su cargo. Sin engañarse, la particular relación entre ambos funcionarios ha desencadenado ya en un amplio historial de dimes y diretes; mas la reciente columna de opinión publicada por el legislador, lejos de reflejar una antipatía ciega y sesgada contra el ministro, recurre a lo único que un funcionario no puede rehuir: los números.
Toxicidad política
Si hay un peruano que desconoce la relación entre Contreras y Anderson es porque directamente ignora quiénes son. Las recriminaciones entre ambos funcionarios, tan ciertas como personales, adornan el paso de ambos por el Estado y esclarecen que, más allá de cualquier voluntad laboral de los colegas, apenas se toleran. Así, se recuerda a Anderson acusar a Contreras de “vivir en el mundo de Barbie”; de criticar que “es bueno para hablar y malo para cocinar” (en referencia a la vez en que Contreras recomendó a las cevicherías vender platos sin limón ante el alza del precio del insumo); y de haber hecho mal su trabajo.
Por su parte, el representante de la cartera ministerial también ha mostrado sus desacuerdos con el legislador de forma directa, como la vez que lo llamó populista en la Comisión de Economía del Congreso de la República o aquella vez que, tras ser retado a un debate por Anderson, respondió que aceptaba la solicitud “solo si debatían con datos y no con memes”.
Proyecciones contraproducentes
En su columna, Anderson se mostró decepcionado de las proyecciones realizadas por los estadistas nacionales e internacionales. Sin embargo, dejó en claro que entre los errores de un trabajador privado y uno público media un abismo de distancia. En ese sentido, mientras los errores de los economistas privados repercuten en sus empresas; los errores de Contreras debilitan la credibilidad en la política económica y la confianza del pueblo peruano en el MEF.
Asimismo, recriminó que sus acciones espantan a la inversión privada, afectan a los salarios reales y condicionan la creación de empleos. Según Anderson, esto es producto de la incapacidad ministerial, y no de las condiciones por las que atravesó el país en el año. “De ser durante casi dos décadas el alumno estrella de América Latina, este año el Perú tendrá una de las más bajas tasas de crecimiento de la región”, anotó.
Exige renuncia de Contreras
Asimismo, Anderson recordó que la proyección de crecimiento para el cierre del 2023 era, según Contreras, de 3,5%, cuyo sustento iba a ser el plan Con Punche Perú. Sin embargo, resaltó que la incapacidad del titular del MEF hizo que la cifra final se redujese paulatinamente hasta llegar al 1,1% actual, que es virtualmente imposible por lo acaecido en los primeros nueve meses del año.
“Su gestión es un fracaso”
Más tarde, en el Parlamento, Anderson siguió con sus duros comentarios: “Debe renunciar, porque aquí no lo van a renunciar. Si tuviera un poquitito de amor propio, se daría cuenta de que su gestión es un fracaso”.
Agregó que Contreras puede ser muy bueno para vender historias, pero en algún momento la realidad te alcanza. “Al único que le falta reconocer que el Perú está en un marasmo económico realmente duro es al ministerio de Economía. Que vea lo que ha pasado con la recaudación fiscal. Cae dos dígitos desde el mes de marzo, mes a mes. Para que su pronóstico de 1.1 % se genere, este último trimestre la economía tendría que crecer a 6 o 7%”.
Finalmente, expresó que hace rato el titular del MEF ha debido dimitir. “La primera forma de solucionar un problema es reconocer que este existe. Hay un tema de urgencia”, apuntó.