Poemas por el Día de la Madre 2023: emotivos y llenos de amor

Se trata de una opción perfecta para regalar por este día especial. Conoce cuáles son los poemas que puedes dedicar a ese ser especial, entre los cuales se encuentran poesías de autores peruanos.

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Poemas para dedicar por el Día de la Madre
Poemas para dedicar por el Día de la Madre

El Día de la Madre es una de las fechas más esperadas en diferntes partes del mundo, debido al significado que tiene para varias familias celebrar este día lleno de emociones y que además, se recuerda el valor y trabajo fundamental que realiza la madre todos los días del año en caunto a la crianza de sus hijos. Aunque el movimiento económico es fuerte durante este día festivo, y los regalos se vuelven los protagonistas, existen otros obsequios con más significado y que pueden crear un buen recuerda en las mamás y son los poemas.

Si te preguntas ¿qué poema le puedo dedicar a mi mamá? o ¿qué decirle por el Día de la madre? Te mostraremos más de 10 opciones de poesías que prometen generar un ambiente emotivo en esa persona especial. Alguno de los poemas son Madre, Madre Mía, A Mi Madre, entre otros.

¿Cuál es el mejor poema para el Día de la madre?

Existen varios poemas que pueden ser dedicados a la madre y que son considerados los mejores. Sin embargo, lo mejor siempre será la originalidad debido a que el poema es escrito mientras recuerdas momentos gratos con el ser querido. Te mostramos una opción para inspirarte y dedicar unas palabras a tu mamá.

Mi amiga, mi mamá

Que seas mi MAMA y mi AMIGA es el más preciado tesoro, que agradeceré a DIOS eternamente. Gracias por llenar mi vida con tanta felicidad.

Arreglos flores por el Día de la madre (Freepik)
Arreglos flores por el Día de la madre (Freepik)

Poemas por el Día de la Madre

Te presentamos 10 poemas por el Día de la madre que puedes dedicar y relatar en ese día especial y así emocionar a las mamás.

1. “Madre” de Gabriela Mistral

“Madre, yo quisiera decirte cuánto admiro tu fuerza y cómo envidio tu coraje en las horas de la tristeza.”

2. “Mi madre” de Amado Nervo

“Madre: tu nombre es una sílaba que tiene el acento del amor; tu nombre es una melodía que evoca un mundo de ilusión.”

3. “A mi madre” de José Martí

“Madre: la canción de tus caricias nunca más ha de alejarse de mi corazón; y el perfume de tus cabellos nunca más ha de apartarse de mi ser.”

4. “Madre” de Juana de Ibarbourou

“Madre, el tiempo que ha pasado no ha borrado tu recuerdo, ni ha hecho olvidar el sabor de aquellos besos que daba tu boca como una flor.”

5. “A mi madre” de Francisco Villaespesa

“Madre, tu amor es como el sol que ilumina mi existir, tu voz es como una canción que me hace feliz vivir.”

6. “Madre ausente” de Rubén Darío

“Madre ausente, madre querida, tus palabras me son siempre, y tu mirada, que no he visto, es la que me guía en mi suerte”

7. “Madre” de Alfonsina Storni

“Madre, el corazón me late al pensar en tu dulzura; tus besos son como el agua que me da vida y frescura”

8. “Madre mía” de Rafael Alberti

“Madre mía, en ti se inspiran mis sueños y mi esperanza; tus manos son como el pan que sacia mi hambre y mi sed.”

9. “Madre amorosa” de Carmen Conde

“Madre amorosa, eres luz que ilumina mi camino, y en cada gesto y mirada se siente tu amor divino.”

10. “A mi madre” de Miguel Hernández

“Madre mía, eres mi estrella que alumbra mi oscuridad; eres la fuerza que me impulsa a luchar y a perseverar.”

Espero que estos extractos de poemas te hayan gustado y que te inspiren para celebrar a tu madre en su día especial.

Las flores y las rosas son los regalos favoritos en el Día de la Madre
Las flores y las rosas son los regalos favoritos en el Día de la Madre

Poemas peruanos por el Día de la madre

¿Qué poemas hay en el Perú? En realidad existen diversos poemas peruanos que pueden ser dedicados a las mamás por su día. A continuación, te mostraremos algunos que han sido reconocidos por el gran sentimiento que transmiten sus letras.

1. Poema LXV (de Trilce) de César Vallejo

Madre, me voy mañana a Santiago,a mojarme en tu bendición y en tu llanto.Acomodando estoy mis desengaños y el rosadode llaga de mis falsos trajines.

Me esperará tu arco de asombro,las tonsuradas columnas de tus ansiasque se acaban la vida. Me esperará el patio,el corredor de abajo con sus tondos y repulgosde fiesta. Me esperará mi sillón ayo,aquel buen quijarudo trasto de dinásticocuero, que para no más rezongando a las nalgastataranietas, de correa a correhuela.

Estoy cribando mis cariños más puros. Estoy ejeando ¿no oyes jadear la sonda? ¿no oyes tascar dianas?Estoy plasmando tu fórmula de amor para todos los huecos de este suelo. Oh si se dispusieran los tácitos volantes para todas las cintas más distantes, para todas las citas más distintas.

2. Madre de Carlos Oquendo de Amat

Tu nombre viene lento como las músicas humildes y de tus manos vuelan palomas blancas. Mi recuerdo te viste siempre de blanco como un recreo de niños que los hombres miran desde aquí distante. Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura.

A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso. Entre ti y el horizonte mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos porque ante ti callan las rosas y la canción.

3. Licencia postnatal de Becky Urbina

Y tuve que decidir, llegado el momento, entre quedarme para cambiarte los pañales o trabajar para poder comprarlos. Conoces bien el desenlace.

Escapo a puntillas de nuestra habitación, luego de despojarte dormido de mi pecho. Al traspasar la puerta, oigo de lejos tu llanto, me muerdo los labios / me pellizco las muñecas. Afuera siempre es invierno.

Arrastrando mis pasos me incorporo a la gran máquina económica activa. Soy una tuerca girando al ritmo del eco de sus zapatos taco cinco recién lustrados.

4. “Una madre habla de su muchacho” de Antonio Cisneros

Es mi hijo el menor. El que tenga ojos de ver no tenga duda. Las pestañas aburridas, la boca de pejerrey, la mismita pelambre del erizo.

No es bello, pero camina con suma dignidad y tiene catorce años. Nació en el desierto y ni puede soñar con las calandrias en los cañaverales. Su infancia fue una flota de fabricantes de harina de pescado atrás del horizonte. Nada conoce de la Hermandad del Niño. La memoria de los antiguos es un reino de locos y difuntos. Sirve en un restaurant de San Bartolo (80 libras al mes y dos platos calientes cada día).

Lo despido todas las mañanas después del desayuno. Cuando vuelve, corta camino entre las grúas y los tractores de la urbanizadora. Y teme a los mastines de medianoche. Aprieta una piedra en cada mano y silba una guaracha. (Ladran los perros.) Entonces le hago señas con el lamparín y recuerdo como puedo las antiguas oraciones.

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