Mujeres al volante: un rally entre cerros y desiertos

Salta fue sede de la sexta edición del Trophée Roses des Andes. Nos sumamos a este rally 100% femenino y nos sorprendimos con los paisajes, la dificultad de los desafíos y la camaradería entre las participantes.

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Ríos, desiertos, montañas y salares son algunos de los desafíos que deben superar las conductoras en cada edición de Trophée Roses des Andes, una carrera de orientación que ya va por su sexta edición en Argentina.

Para quienes ofician de copiloto, la tarea no es mucho más simple: tienen que ir siguiendo atentamente la ruta teniendo en cuenta las (pocas) referencias escritas en el Road Book que cada día les entrega la organización. El objetivo es unir los puntos señalados recorriendo la menor cantidad de metros posibles y sin saltearse ningún puesto de control.

Las chicas “tuneadas” con coloridos gorros salteños.
Las chicas “tuneadas” con coloridos gorros salteños.

No importa si en el auto hay científicas, mecánicas, bailarinas, ingenieras o fashionistas: durante los 5 días que dura la competencia comparten el sentimiento de amor-odio por la brújula. Algunas van vestidas iguales, otras eligen outfits combinados, unas más ponen el toque de color en sus cascos pero todas, sin excepción, llevan el compás como accesorio. Y no es casual: este es un rally de orientación y el libro de ruta dice cuántos grados y en qué dirección deben girar para encontrar el rumbo.

Pendientes de la brújula. Elemento crucial para orientarse.
Pendientes de la brújula. Elemento crucial para orientarse.
Marou Rivero y Lulú Biaus, listas para empezar su primer rally.
Marou Rivero y Lulú Biaus, listas para empezar su primer rally.

Motores en marcha. Este año participaron 30 equipos: la mayoría de ellas provenientes de Francia y Canadá. Sólo tres argentinas se sumaron al desafío: Carolina Vincenzoni, que está radicada en Francia y fue la ganadora de la competencia en 2018; y Lulú Biaus y Marou Rivero que plottearon el nombre de su equipo, #VainillaYChocolate, en la camioneta a la que se subieron el 24 de abril con algo de ansiedad y algunas provisiones para el camino.

El martes pasado, previo al comienzo de la competencia, pilotos y copilotos se encontraron en el Centro de Convenciones de la ciudad de Salta para registrar cada vehículo, hacer las certificaciones técnicas pertinentes y recibir las indicaciones para el día de la largada. El equipo técnico de Désertours -la compañía que organiza este certamen- estuvo toda la jornada a disposición para que las participantes pudieran disipar dudas y para advertir sobre dificultades del primer día.

"Me encanta venir a Salta", señaló Geraldine Rey, creadora de la firma y aventurera apasionada. Repetir el destino no es un problema para ella: desde 2001 organiza el Trophée Roses des Sables en Marruecos que tiene características en común con el que realiza en Sudamérica: ambos son exclusivos para mujeres, ponen a prueba la capacidad de orientación e invitan a las participantes a tomar riesgos y tienen rutas accesibles a cualquiera que sepa manejar (y tenga el valor de ponerse al volante de una cuatro por cuatro fuera del pavimento).

La brújula es el accesorio predilecto en la carrera, indispensable para saber por donde seguir.
La brújula es el accesorio predilecto en la carrera, indispensable para saber por donde seguir.

"Cada grupo es diferente, la energía de las participantes es distinta y siempre hay alguna variación en la pista", asegura antes de explicar que Salta es perfecta para el rally porque ofrece alternativas de ruta y paisajes. "Favorece el juego de aventura y orientación. Intentamos llevarlo a Mendoza, pero el recorrido debería ser más largo", señaló mientras controlaba que las corredoras estuvieran a gusto en el camping de Cafayate donde pasarían la primera noche.

La Cuesta del Obispo es uno de los paisajes más imponentes en la primera etapa, aunque también (y ya casi llegando a destino) las jugadoras se encuentran con las impactantes formaciones de la Quebrada de las Flechas. Y no saben lo que les espera: una degustación de vinos locales que resulta ser el remate perfecto para una jornada de caminos sinuosos.

Conducir sobre las nubes es otro de los pequeños placeres en ciertas etapas del rally.
Conducir sobre las nubes es otro de los pequeños placeres en ciertas etapas del rally.

Jornada solidaria. La mañana siguiente las corredoras se levantan temprano. Los organizadores les advierten que les espera un largo día: tendrán que subir hasta el Abra de Acay (a poco menos de 5 mil metros sobre el nivel del mar) para llegar a San Antonio de los Cobres. Ese día, la altura podría ser su peor enemigo y estar hidratadas es, por lo tanto, la mejor estrategia para seguir disfrutando la carrera.

No sólo importa ganar: el Trophée Roses des Andes tiene que ver con superarse a uno mismo y desafiar los propios límites.
No sólo importa ganar: el Trophée Roses des Andes tiene que ver con superarse a uno mismo y desafiar los propios límites.

La dupla local, #VainillaYChocolate, amaneció esa jornada con una linda sorpresa: aunque habían arrancado con pocas expectativas, estaban en el primer puesto (por haber hecho en el tramo anterior menos kilómetros que el resto de las competidoras). Tras varias horas de ruta y habiendo cruzado ríos secos, cerros e infinitos campos de cardones, las camionetas empezaron a llegar a la escuela de San Antonio de los Cobres. Toda la comunidad espera a las corredoras: alumnos, padres y docentes prepararon sorpresas para este día. Hay quienes recitan poesías en francés, otros que cantan melodías autóctonas, unos más que hicieron souvenirs para las participantes que disfrutan del espectáculo mientras toman mate cocido con tortilla.

La pista obliga a las participantes a recorrer caminos escondidos de los Andes.
La pista obliga a las participantes a recorrer caminos escondidos de los Andes.

Desde la primera edición del Trophée Roses des Andes, los organizadores decidieron que dejarían huella en la comunidad. Y por eso cada año llevan donaciones al establecimiento al que asisten unos 600 niños de la zona (de los cuales, cerca de 70 viven ahí a lo largo del año escolar). Esa noche es emotiva: todos disfrutan del encuentro. Y, a pesar de la altura y de que la falta de oxígeno obliga a cambiar de ritmo, absolutamente todos comparten la ronda cuando los alumnos empiezan a bailar un carnavalito.

Camaradería y fortaleza son dos aspectos que sorprenden en cada tramo.
Camaradería y fortaleza son dos aspectos que sorprenden en cada tramo.

En busca de aventuras. Amanece el tercer día y el cansancio empieza a notarse en las caras de las participantes que, curiosamente, siguen teniendo buen humor, ganas de disfrutar del camino y energía para encarar la jornada que terminará en Susques. Algunas ya participaron de la competencia y saben que este es un día de desierto y salares. Con múltiples opciones para achicar distancias (y también, en el otro platillo de la balanza, un sinfín de oportunidades para perderse o equivocar atajos).

Ríos, desiertos y salares hacen de esta una aventura inolvidable.
Ríos, desiertos y salares hacen de esta una aventura inolvidable.

Entonces, las palabras de Geraldine Rey adquieren nuevo valor: "Estas actividades ayudan a empoderar a las mujeres porque aquí uno descubre que es capaz de hacer muchas cosas que requieren fuerza y habilidad. Muchas mujeres descubren acá que no son solamente una mamá, una chica a la que sólo le preocupa la ropa o alguien que sólo puede interesarse por el trabajo sino que también son personas independientes y capaces de salir a la aventura". A esta altura, ya se ve quiénes son las más audaces a la hora de cortar camino, quiénes las que dudan de todo y quiénes las que usan la competencia como excusa para compartir horas de charla apreciando paisajes escondidos en la cordillera.

Susques es un lugar pequeño. La fila de autos para la revisión mecánica es larga (claro, la mayoría de los equipos ya pasó por la experiencia de cambiar una rueda en el medio de la nada, de volver al camino después de un desvío inesperado o de un golpe fuerte que dejó huella en la carrocería). El ánimo, sin embargo, sigue intacto.

San Antonio de los Cobres
San Antonio de los Cobres

Amanecer en Susques es una experiencia peculiar. Quizás, lo malo de dormir en carpa se compensa con el regalo inigualable de ver cómo el sol va coloreando las montañas cuando asoma. Ese día -cuarta jornada al volante- las valientes Rosas de los Andes, hacen ruta desde Susques hasta San Antonio de los Cobres.

Rumbo a lo desconocido. El último tramo se llama maratón: la participantes reciben su hoja de ruta (para esta altura están habituadas a los símbolos y las escasas direcciones que sirven como referencia para definir el camino). La novedad de la jornada es que no tienen alojamiento previsto sino que van a dormir donde las encuentre la noche. Quizás esta sea la etapa que más ansiedad les genera a las competidoras. "Muchas chicas tienen miedo a perderse", dice Rey y agrega: "Pero suelen estar todas muy bien preparadas para este tipo de aventura". Sin dudas, este es el broche de oro para una semana intensa de aventuras y autoconocimiento, de pruebas mecánicas pero, más aún, tests que obligan a mirarse a uno mismo con otros ojos. ¿Por qué es bueno vivir una experiencia semejante? "Sirve para salir de la rutina, cuando regresás te sentís más fuerte y con más confianza en vos misma. Incluso te cuestionás por qué hiciste las cosas siempre de la misma manera", exclama Gerladine convencida de que una aventura de este tipo siempre cala hondo en las personas.

Para muchas pilotos, es la primera experiencia de manejo en una 4×4.
Para muchas pilotos, es la primera experiencia de manejo en una 4×4.

Pero todavía hay más. De vuelta en la ciudad de Salta pilotos y copilotos se preparan para la gala final. Vivieron cosas intensas en los últimos días. Algunas superaron sus expectativas, otras tuvieron que renunciar a su deseo de ganar o de romper tal o cual marca. Lo que no saben es que la acción solidaria que corona la carrera les va a tocar profundamente el corazón. Desde su creación, Desertours se propuso ayudar a niños con necesidades y por eso, cuando llegaron a Salta los organizadores buscaron una fundación con la cuál pudieran colaborar. La elegida fue Fundación del Azul que se especializa en equinoterapia para niños con diferentes discapacidades. Interactuar con pacientes y profesionales es la gota que colma el vaso: sin dudas, todas volverán a su casa con el corazón repleto de emociones. Sabiendo que es clave confiar en las propias decisiones y que siempre es bueno saber donde está el norte.

El equipo argentino, #VainillaYChocolate, celebró haber llegado a la meta.
El equipo argentino, #VainillaYChocolate, celebró haber llegado a la meta.

Texto: Florencia Rodríguez Petersen.

Fotos: Gentileza Flash Sport.

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