Francisco: “Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad”

Para bien o para mal, los medios de comunicación son docentes de quienes quienes consumen información

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El Papa Francisco
El Papa Francisco

Jorge Bergoglio es un hombre fiel a las tradiciones familiares, por eso cuando viajó a Portacomaro, en el Piamonte, Italia, pueblo de sus ancestros para compartir la mesa con algunas de sus primas, estas le prepararon un brasato al vino rosso fatto in casa y después le sirvieron el postre favorito de los piamonteses, el delicioso “Bonet” (bunet), un budín con amaretti y base de cacao, al mejor estilo del que comían sus abuelos. Repasando la información de esta visita del Papa al Piamonte asocie el tema de la comida con la reciente obra titulada “Economía comestible” del brillante economista surcoreano Ha-Joon Chang, profesor de la Universidad de Cambridge y asesor de organismos internacionales, a quien nos hemos referido en anteriores notas por su primer obra conocida “Patear la escalera” (2002).

En la nueva obra cada uno de los capítulos lleva el nombre de un comestible. Así es que en el segundo capítulo de la Primera parte (Sobreponerse a los prejuicios) nos presenta la okra, vegetal de aspecto parecido a los pepinillos, de origen africano, sobre cuya base se preparan comidas toscas y muchas y deliciosas comidas según las combinaciones de las que como eximio gourmet, que también es, aporta los secretos de su preparación.

“La okra nos dice el Profesor Chang llegó a Estados Unidos y al resto de América de la mano de los africanos esclavizados, junto con otros productos como la sandía, los cacahuetes, el arroz, el sésamo, las judías negras y el plátano o banana.” Y “le sirve a este profesor de economía -como se señala en el comentario de contratapa -para desentrañar la enmarañada relación entre el capitalismo y la libertad”. Reproduciremos a continuación algunas de sus enseñanzas.

Entendemos que buena parte de nuestro cometido está cumplido con recomendar la lectura de esa y sus anteriores obras. Breves y claras explicaciones al respecto que merecieron el Premio internacional de economía instaurado por el Global Development And Environment Institute (GDAE) de la Universidad de Tufts (Massachusetts), en Estados Unidos, Wassily Leontief.

Recurrimos a la ayuda del original pensador y economista coreano porque los conceptos de “capitalismo” y de “libertad”, como el de “poder”, “albedrío” o “mercado” u otros son conceptos que en sí mismos carecen de un sentido unívoco. Términos hoy muy repetidos y aprovechados en las pancartas y discursos de la política criolla con el venerable propósito de atraer votos cuando en verdad, como ocurría con el oráculo de Delfos en ese contexto lo único claro es que oscurecen.

“La esclavitud de más de doce millones de africanos -dice Chang -fueron esclavizados en África y comerciados en América. Sin esos africanos esclavizados y sus descendientes los países capitalistas europeos no habrían podido acceder a los recursos económicos que nutrieron sus fábricas, bancos y trabajadores: oro, plata, algodón, azúcar, indigo, caucho…En concreto sin ellos Estados Unidos no habría podido convertirse en la superpotencia económica que es hoy. Y esto no es una afirmación retórica.” (Chang, op. cit. pag. 49) Y que no se trata de una afirmación retórica está demostrado con datos de la realidad que no podemos reproducir aquí por razones obvias pero que pueden ser degustadas por el lector en las páginas a las que remitimos.

Pero antes de sentarnos a la mesa de sus enseñanzas debemos aclarar que esta nota relaciona las verdades de la historia económica que analiza este profesor con la manera en que los medios difunden las verdades o engaños de los economistas que, a diario son profesores de la cátedra televisiva. Porque para bien o para mal son docentes de los televidentes, por lo cual haremos un breve paréntesis para referirnos a esa función pedagógica que a nuestro juicio no abona a la Nueva Democracia.

La Democracia y los mass media, ¿crítica o manipulación?

Sin lugar a dudas el sistema democrático es el mejor sistema político que el hombre occidental concibió. Tampoco hay dudas de que ni en la democracia griega dejaron de señalarse errores a los dirigentes políticos y a los gobernantes. Es connatural a la democracia. Es más, “la libertad de crítica sólo pudo nacer con la democracia -dice Indro Montanelli- y aún cuando no existían las empresas de medios “la sátira política de Epicarmo, Crátino y Eupolis que fueron sus pioneros se sirvieron del teatro como hoy se sirve del periodismo para atacar, morder y parodiar partidos, hombres e ideas” a tal punto que “el gran jefe político, Pericles, a quien debían su existencia, fue, precisamente, el blanco de ellas”.

Pero como explica el genial periodista del Corriere della Sera “…ni siquiera el más reaccionario de esos autores como Aristófanes perseguían otra cosa que el éxito” y aquí está la diferencia de aquellos con las empresas de diarios y canales de televisión argentinos. No sólo se trata de la diferencia en el plano de la excelencia y el arte. “El libelista Hermipo abusaba con fuerza de la sátira y con mayor solidez lo hacía el gran autor de Las Ranas o Las Nubes, pero ambos cuidaban la democracia.”

La dimensión doxológica del poder

Giorgio Agamben sitúa el tema en esta dimensión del poder y con él coincidimos en cuanto afirma que “si los media son tan importantes en las democracias modernas, no es sólo porque permiten el control y el gobierno de la opinión pública, sino también, y en especial, porque administran y dispensan la Gloria, el aspecto aclamativo y doxológico del poder…”, fijando el campo de las batallas electorales y del ejercicio de la democracia. Ensalzan las virtudes de unos y demonizan los presuntos defectos de otros.

Muchos de los nuestros abusan sin arte de ese manejo cometiendo actos de engaño y arrebato de la opinión pública mediante dos armas cortas que les son comunes: el espectáculo y la repetición.

¿Dónde está el futuro de los medios en la Nueva Democracia?

“Hemos descubierto, ya desde hace tiempo -dice el Papa Francisco- cómo las noticias y las imágenes son fáciles de manipular, por miles de motivos... Esta conciencia crítica empuja no a demonizar el instrumento, sino a una mayor capacidad de discernimiento y a un sentido de la responsabilidad más maduro, tanto cuando se difunden, como cuando se reciben los contenidos. Todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir. (del discurso del Papa Francisco en la Jornada para las comunicaciones sociales, San Juan de Letrán 23/1/2021).

¿Por qué las empresas periodísticas y los comunicadores sociales de ser transmisores y comentadores de la realidad se transformaron en parte y defensores de parte?

Porque los medios se confunden con los intereses de los empresarios ajenos al mundo mediático que, como es legítimo quieren vender más, o ganar concesiones del Estado, o son ellos mismos empresarios agropecuarios, industriales, comerciales o cobran de empresas mineras y en muchos casos mucho les interesa su ganancia y poco o nada les interesa la formación, la cultura y el bien común. Están atrás de las empresas de medios que a su vez ordenan la agenda y la “línea” de los comunicadores sociales. Entonces la “propaganda” se disfraza de “información” e incurre en el engaño. La libertad de prensa se confunde con la libertad de engañar.

En los anales del periodismo de nuestro país quedaron grabadas las figuras de Natalio Botana, Félix Laiño, Juan José de Soiza Reilly, Gainza Paz, cada uno con su perspectiva filosófica y política pero eran empresarios y/o profesionales que no confundían la propaganda con la información. La degradación de los medios merecen una profunda reflexión, los periodistas merecen un mayor reconocimiento profesional, recuperar la condición de maestros de la verdad y guías. Hoy vemos como periodistas muy talentosos se malogran obedeciendo las posiciones de los empresarios, ofreciendo panfletos en sus editoriales fundados en mitos que en medio del espectáculo se repiten hasta el cansancio y esto también sucede, desde luego, en el campo de la economía.

Una visión atrasada y engañosa de la economía

“El mejor ejemplo de mito en economía es toda esa historiografía distorsionada que asegura que Inglaterra y luego Estados Unidos se convirtieron en los líderes de la economía mundial gracias a sus políticas de libre comercio y libre mercado, cuando en realidad fueron los países que más agresivamente emplearon el proteccionismo para desarrollar sus industrias nacionales (véanse Chang, pags. 77 y ss y 107 y ss op. cit.).

Cuando la verdad histórica señala que esas dos grandes naciones pregonaron al mundo académico y político las premisas obligatorias del libre comercio y libre mercado fue cuando habían llegado a estar en el top ten de las naciones del planeta y necesitaban abrir el comercio internacional en su propio beneficio y para ello que las otras naciones no impusieran trabas arancelarias a la importación de sus productos. Entonces dieron vuelta la tortilla y sacralizaron el libre comercio y el libre mercado. Que por distintos mecanismos (convenios o presiones comerciales o militares) las hicieron premisas forzosas. Lo que impidió el desarrollo industrial de las naciones más débiles.

Como la libertad lógicamente es una “relación” no se puede proclamar o tornar obligatoria en general sin ser muy ignorante o mentiroso. Siempre hay que saber en relación con qué. Es filosofía analítica, es decir, lógica aplicada. Y por otro lado, la libertad es psicológica o (también) física o material y política. Referirse a la libertad política como la única clase de libertad es un error deliberado, un “gambito” retórico para desvincular la libertad de la igualdad y negar la justicia social.

Por su parte dice Chang: “Si se emplea la falsedad y la representación sesgada de la realidad en el análisis económico jamás se obtendrán buenos resultados, por muy adecuada que sea la teoría. Basura entra, basura sale, como suele decirse en Estados Unidos”.

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