Balance y desafíos para reposicionar la Argentina con impulso industrial

La industria bonaerense tiene el potencial productivo para dinamizar la economía del país y contribuir a la generación de empleo genuino y a robustecer las reservas del Banco Central de la República Argentina

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"Debemos enfocarnos en el desarrollo y crecimiento de industria tradicional", asegura el autor del texto (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)
"Debemos enfocarnos en el desarrollo y crecimiento de industria tradicional", asegura el autor del texto (EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo)

Desde la Unión de Industriales de la Provincia de Buenos Aires trabajamos para que Argentina promueva una política de desarrollo federal productiva de cara a 2023. Con esta agenda, resulta urgente retomar la senda de recuperación económica, considerando los desafíos que actualmente afrontamos, como la falta de dólares, la suba de tasas y la inflación. En este sentido, es importante afianzar el abastecimiento de insumos y materias primas para garantizar la producción, dándole prioridad al desarrollo de los diferentes sectores productivos y a la competitividad.

Sobre esta máxima, trabajamos día a día, con el objetivo de propulsar la industria a partir de ejes estratégicos. En primer lugar, proponemos una convivencia democrática entre Estado, trabajadores y empresarios. Porque, ante todo, es requisito avanzar en la construcción de consensos, para resolver conflictos mediante el diálogo y en cumplimiento de la ley.

Resulta urgente retomar la senda de recuperación económica, considerando los desafíos que afrontamos, como la falta de dólares, la suba de tasas y la inflación

En segundo lugar, a partir del año 2020 la geopolítica se vio atravesada no solo por la pandemia provocada por el virus COVID-19, sino que también la invasión de Rusia a Ucrania generó un nuevo panorama mundial. A través de una visión federal y un esfuerzo mancomunado, se podrá capitalizar el contexto actual, transformándolo en oportunidades para potenciar y reposicionar a la Argentina.

A modo de ejemplo, el papel que pueda tomar el sector energético resultará preponderante, sobre todo, si a través del desarrollo de infraestructuras, logramos agregar valor a las materias primas de origen nacional. Asimismo, hay que respaldar la minería, desde los sectores metalíferos hasta el litio, para que nuestras pymes logren operar como partícipes en su cadena de valor. A la par, es fundamental que acompañemos la actividad agroindustrial ante la gran demanda de alimentos producto de la coyuntura global.

Como otro eje estratégico, se destaca el rol esencial de la industria del conocimiento, perfilándose como una apertura definitiva a la hora de incorporar jóvenes al mercado laboral. La constante evolución de ese sector exige una revolución educativa para que el día de mañana los jóvenes puedan insertarse en el mundo laboral, siendo esto un factor fundamental para que se mejore la calidad de vida de las futuras generaciones.

Es importante afianzar el abastecimiento de insumos y materias primas para garantizar la producción

Para finalizar, pero no menos importante, debemos enfocarnos en el desarrollo y crecimiento de industria tradicional. Según proyecciones, sectores como acero, aluminio, textil, calzado, plástico y materiales de construcción pueden llegar a duplicar su producción en diez años. Sin embargo, será condición establecer previamente un modelo macroeconómico ordenado y básico, que garantice previsibilidad. De este modo, se podrá desplegar un plan estratégico que permita profundizar fortalezas y potencialidades. En tanto, se deberán contemplar mejoras en el sistema impositivo para promover la inversión, en el laboral para potenciar a los trabajadores mientras se incentiva el empleo, en el educativo para formar de cara al futuro laboral y en el financiero, para orientarlo al desarrollo.

En este escenario, entendemos que es momento de empezar a hablar de dos economías: la de aquellos que compiten internamente y la de los industriales compitiendo en el exterior. Es así que tenemos que repasar las reglas, incluyendo las laborales, legislativas y tributarias, ya que competimos contra un mundo que subsidia exportaciones, mientras que nosotros exportamos impuestos.

Las pymes provocan un impacto positivo en las comunidades en que llevan adelante su actividad, no sólo a través de la generación de empleo, sino al promover la economía en la región. Este efecto multiplicador es de vital importancia para el desarrollo económico de la Argentina.

Sectores como acero, aluminio, textil, calzado, plástico y materiales de construcción pueden llegar a duplicar su producción en diez años

Sin lugar a dudas el 2023 será un año lleno de desafíos, pero la industria bonaerense tiene el potencial productivo para dinamizar la economía del país y contribuir a la generación de empleo genuino y a robustecer las reservas del Banco Central de la República Argentina mediante la exportación de productos tanto primarios como terminados y con valor agregado. Desde la UIPBA, nos comprometemos a acompañar este impulso mientras seguimos presentando proyectos y trasladando las necesidades de nuestros socios a través de la representatividad. Es el camino para pasar de una gremial empresaria reactiva a una proactiva, con la industria como protagonista del desarrollo de nuestro país.

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