China reclama la coexistencia pacífica

El Presidente Xi Jinping realizó una defensa del multilateralismo y dejó una advertencia a los intentos de emprender una nueva Guerra Fría

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Xi Jinping (REUTERS/Ruben Sprich)
Xi Jinping (REUTERS/Ruben Sprich)

El Presidente Xi Jinping aprovechó su disertación en el Foro Económico de Davos para hacer una efusiva defensa del multilateralismo y cooperación y al mismo tiempo formular una advertencia a los intentos de emprender una nueva Guerra Fría. El mensaje instó a abandonar los prejuicios ideológicos y aceptar la coexistencia pacífica para que todos ganen. Las palabras de Xi podrían interpretarse también como una exhortación a la Administración Biden ante las declaraciones del Secretario de Estado, Anthony Blinken.

Los Estados Unidos continúan caracterizando a China como la principal amenaza a la seguridad pero también estarían dispuestos a entablar un diálogo para la cooperación en áreas de interés común. La línea de separación entre confrontación y cooperación pareciera demasiado delgada para el diseño de una política que contribuya a distender los innumerables conflictos que están presentes en la relación entre los dos países.

La presentación de Xi Jinping plantea que China está a la expectativa y que la responsabilidad recae sobre los Estados Unidos. En realidad, la posibilidad de establecer una relación de cooperación como la que existiera hasta 2012 depende más de la potencia asiática que de los Estados Unidos. El rápido crecimiento de China tuvo su origen en la decisión de abrir la economía, iniciar una política de cooperación política y militar para contener a la Unión Soviética y favorecer el ingreso de inversiones extranjeras. En retorno, los Estados Unidos otorgaron estatus permanente de NMF para las importaciones chinas y apoyaron el ingreso a la OMC. China recibió también el trato especial y diferenciado para países en desarrollo.

China emprendió un cambio en su política exterior a partir del 2013. Comenzó con la afirmación de su soberanía en el Mar de la China basándose en el dibujo de nueve guiones realizado por el Gobierno de Chiang Kai-shek en 1946, demandó el reconocimiento sobre islas y arrecifes, reclamó la modificación de los límites de las aguas territoriales con Vietnam, Malasia, Brunei, Filipinas e Indonesia, y fortificó las Islas con armamento moderno. El avance sobre Hong-Kong, el constante hostigamiento a Taiwán y las bases militares en Gwadar y Djibouti forman parte de su política de desafiar la hegemonía de los Estados Unidos.

El Presidente Xi Jinping promovió la iniciativa de “Un cinturón - una ruta” con el propósito de financiar proyectos para las empresas chinas en los países en desarrollo. Las contrataciones son directas sin admitir la participación de firmas de terceros países. Este procedimiento rivaliza con el financiamiento del Banco Mundial y otros organismos regionales donde las empresas de todos los orígenes pueden competir en las licitaciones en igualdad de condiciones. Xi abandonó el socialismo de mercado para reafirmar la conducción del Partido Comunista y de las empresas públicas como característica de la nueva etapa.

China también se convirtió en el principal sostén de Cuba, Corea del Norte, Venezuela, Irán y ahora Myanmar para socavar los esfuerzos de los Estados Unidos de impulsar un cambio democrático.

La Canciller Angela Markel se refirió al tema de multilateralismo en su discurso en Davos y las posibilidades de coexistencia de países con diferentes formas de gobierno. Expresó que el multilateralismo requiere confianza y transparencia. El uso del vocablo o la participación en organismos multilaterales puede ser una señal positiva pero se requiere también una voluntad abierta y constructiva de las partes para garantizar un funcionamiento. Si alguno de los miembros no se atiene a las normas es muy difícil alcanzar compromisos que eviten los conflictos.

El slogan de coexistencia pacífica fue utilizado por la Unión Soviética para aparecer como abanderada de la paz cautivando a la intelectualidad de Occidente contra la “carrera armamentista” de los Estados Unidos. La coexistencia sirvió como escaparate mientras se perpetuaba la represión y se imponía regímenes dictatoriales en Europa del Este. Estos antecedentes obligan a repensar el significado en el actual contexto internacional de avance de los autoritarismos.

La mejoría de las relaciones entre los Estados Unidos y China constituye una necesidad después de los estragos de la pandemia pero no depende de las decisiones o voluntad del Presidente Biden. La mayor responsabilidad recae sobre China y su llamada política de “afirmación nacional para evitar las humillaciones del pasado”. El diálogo requerirá, repitiendo las palabras de Merkel, confianza y transparencia para garantizar el respeto a la convivencia.

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