El acuerdo social como eje de la reactivación

Si bien es comprensible que el Gobierno haya priorizado en un principio la situación sanitaria por sobre la economía, a cien días de iniciada la cuarentena debería ya enfocarse en la economía

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Alberto Fernández, junto a Larreta y Kicillof, en el anuncio del viernes pasado
Alberto Fernández, junto a Larreta y Kicillof, en el anuncio del viernes pasado

A las puertas de la nueva extensión y endurecimiento de la cuarentena, no caben dudas que el deterioro de la economía nacional continuará profundizándose.

Día a día vamos conociendo nuevos datos preocupantes. Habíamos proyectado una pérdida muy importante del PBI para este año en el orden del 10% y actualmente el propio FMI tiene una apreciación similar.

Si bien es comprensible que el Gobierno haya priorizado en un principio la situación sanitaria por sobre la economía, a cien días de iniciada la cuarentena debería ya enfocarse en la economía.

El Gobierno debería llamar en forma inmediata a un consenso, un acuerdo social para la reactivación que debería apuntar a las medidas más urgentes que se requieren y despejar las expectativas

Las medidas que se podrían adoptar para dar respuestas a varios de los requerimientos de la economía son muchas, en especial para garantizar la viabilidad de la ya imposible situación de las empresas con un horizonte de cierres masivos. Hasta ahora, se ha trabajado sobre los efectos y no sobre las causas, los tiempos se van acortando y sería bueno que pudiera existir un cambio en esa actitud.

El Gobierno debería llamar en forma inmediata a un consenso, un acuerdo social para la reactivación que debería apuntar a las medidas más urgentes que se requieren y despejar las expectativas, poniendo un horizonte a esa reactivación y un control inflacionario hacia el futuro.

Cuando hablamos de acuerdo social, no se trata de llamar a constituir el Consejo Económico Social, que tiene su repercusión a mediano y largo plazo. Se trata, más bien, de fijar objetivos bien concretos, a la concertación entre los distintos sectores productivos para que se acuerden compromisos y políticas que ataquen directamente la coyuntura y eliminen los efectos más perjudiciales de la misma, para instaurar un camino de reactivación con estabilidad de precios.

Las medidas que se podrían adoptar para dar respuestas a varios de los requerimientos de la economía son muchas, en especial para garantizar la viabilidad de la ya imposible situación de las empresas con un horizonte de cierres masivos

El Gobierno debe reunirse con empresarios y trabajadores, y poner sobre la mesa de negociación los salarios, los precios, las tarifas, los impuestos y el tipo de cambio. Así mismo, es necesario establecer que existan las divisas necesarias para financiar esa reactivación y, para ello, decretar una emergencia del sector externo y constituir una comisión público-privada que administre esas divisas para financiar a la producción para reactivar el mercado.

En las actuales circunstancias, un acuerdo es más factible que tenga éxito porque la profundidad de la crisis ha hecho madurar tanto a los sectores empresarios como de los trabajadores, y esa maduración será la garantía de unidad para emerger desde los elementos más negativos de la crisis.

Es necesario establecer que existan las divisas necesarias para financiar esa reactivación y, para ello, decretar una emergencia del sector externo y constituir una comisión público-privada que administre esas divisas para financiar a la producción para reactivar el mercado

Al mismo tiempo, el Banco Central cuenta con los elementos suficientes para incentivar al sistema bancario a ofrecer, a las empresas y comercios, abundante crédito de capital de trabajo, a mediano plazo, con período de gracia y tasa de interés similar a 0, para que sea factible la normalización necesaria y posterior reactivación de la economía.

Desde la Comisión de Economía del Movimiento Nacional Peronista presentamos un plan económico integral, con iniciativas para ayudar a salir de la crisis, que buscan normalizar y poner en marcha la economía, controlar los factores inflacionarios y despejar las expectativas.

Obviamente, las aquí señaladas, no implican un plan integral, pero si el Gobierno no está dispuesto a presentar uno, por lo menos estas medidas podrían encausar las expectativas, y abrir un panorama más positivo corto plazo.

El autor es economista y presidente del Consejo de Empresarios Nacionales