Macri y Pichetto, la fórmula menos pensada que competirá por la presidencia

Mauricio Macri firmó el miércoles la planilla donde selló su candidatura a Presidente de la Nación

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Miguel Ángel Pichetto y Mauricio Macri
Miguel Ángel Pichetto y Mauricio Macri

Mauricio Macri firmó el miércoles la planilla donde selló su candidatura a Presidente de la Nación. Fue un trámite sin pompa que se cumplimentó en la Casa Rosada, ante la presencia del apoderado de la coalición de Gobierno, José Torello. Hubo una foto, pero no fue difundida por las redes sociales ni tampoco se distribuyó a los medios de comunicación. "No es necesario, habrá presentación en el juzgado electoral y con eso alcanza", dijeron sus voceros.

Así, el Presidente dio por cerrado un paso que tenía previsto en el mismo momento en que se lanzó a la carrera presidencial. Porque, hay que decirlo, Macri nunca dudó de que buscaría la reelección, una decisión que siempre consideró natural para quien se propone gobernar la Argentina, donde los mandatos son de cuatro años con elecciones legislativas de medio término que hacen que los electores -y sus candidatos- vivan en campaña permanente.

Los que dudaron de sus intenciones de reelegir eran otros, gente que no lo conoce o que lo conoce mal, con dificultades para leer la personalidad de un Presidente distinto a los tradicionales, pero también transparente si lo observa sin prejuicios: Macri nunca dejó nada a medio hacer y ese sería su sentimiento si no puede acceder a un segundo mandato.

El éxito electoral de Macri se explica, entre otras razones, por la incomprensión que siempre sufrió entre los círculos tradicionales del poder y los expertos de la política, ese ninguneo que le permitió crecer sin llamar demasiado la atención, sin que fuera considerado peligroso. Un día quedó en la primera fila de los candidatos opositores al kirchnerismo y superó a Sergio Massa y su Frente Renovador con la naturalidad del que está listo para esa tarea hace mucho tiempo.

Macri y Pichetto durante un encuentro en el despacho presidencial
Macri y Pichetto durante un encuentro en el despacho presidencial

Pero la gestión le trajo sinsabores para los que no estaba preparado. Le costó más de lo que creía quedar solo en la escena nacional, sin contrincante para diferenciarse. Con todas las miradas sobre él, agobiado por la centralidad que tomó su figura, se encerró en su mundo planificado y perfecto, hasta que la realidad lo obligó a tomar decisiones impensadas.

Así, el ajuste que jamás hubiera querido encarar le fue impuesto el día que tomó la decisión de acudir al FMI, una mochila pesadísima de cargar pero que lo mostró valiente y decidido para evitar un cambio en el rumbo de normalización de la economía.

De igual modo, cuando las encuestas le decían que en ese camino no podía reelegir, y de todas las provincias le llegaba información de que Cambiemos implosionaba y había dejado de ser la marca exitosa que ganaba elecciones, que una foto con él traccionaba, pero para abajo, que los candidatos preferían fotografiarse con su discípula, María Eugenia Vidal, volvió a tomar una decisión audaz.

No es que jamás haya pensado en la posibilidad de hacerse acompañar por un peronista. Infobae ya contó que a fines de diciembre del año pasado le había dicho a varios, entre ellos a Margarita Barrientos, que le gustaría ser acompañado por Juan Manuel Urtubey. Pero el gobernador salteño no aceptó. Al poco tiempo, los radicales pidieron en voz cada vez más alta que se amplíe la coalición, aunque nadie aceptaba.

Después, lo que se sabe. Alternativa Federal se hizo añicos, Ernesto Sánz y Rogelio Frigerio hablaron con Miguel Ángel Pichetto, y el camino estaba allanado para una nueva pareja política, la más sorprendente para un electorado que no esperaba audacias políticas de parte de Macri. El senador peronista, un político profesional experto en la construcción de consensos aún en los momentos más críticos del país, un hombre de Estado que está a favor del capitalismo y que conoce cada uno de los intersticios del poder, dio el sí.

'Mike', como le dicen ahora en el primer piso de la Casa Rosada, firmó el mismo miércoles ante Torello la aceptación de su candidatura a vicepresidente. Ya se lo vio en alguna foto sin corbata y con una campera como las que usan en el PRO, lo que fue motivo de bromas y memes en las redes sociales. También haciendo, junto a Cristian Ritondo, el trabajo sucio de la vieja política que tal vez no habría sido necesario si las cosas se hubieran manejado con otra apertura desde el Gobierno.

Muguel Ángel Pichetto, entre los asistentes al almuerzo de bienvenida a al presidente Jair Bolsonaro.(Adrián Escandar)
Muguel Ángel Pichetto, entre los asistentes al almuerzo de bienvenida a al presidente Jair Bolsonaro.(Adrián Escandar)

Macri y Pichetto no solo comparten fórmula. Además coinciden en que jamás imaginaron que podrían formar parte de una misma coalición. Los unen los sueños que tienen, pero también el espanto ante la sola posibilidad de que vuelva el kirchnerismo. Ganadores natos a lo largo de carreras en las que no tuvieron ocasión de conocerse, desde hoy están ligados -y para siempre- en el anhelo de que todos los argentinos entren lo más rápido posible al siglo XXI de la mano de Juntos por el Cambio, la coalición que nadie creyó posible pocos días atrás.

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