Sangre segura para todos

Maureen Birmingham

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(Getty Images)
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En estos tiempos de urgencias, de cambios constantes y de comunicaciones instantáneas, les propongo un momento de agradecimiento y de reflexión. En primer lugar, para dar las gracias a los donantes voluntarios de sangre por un regalo que, cada año, permite salvar millones de vidas alrededor del mundo. Pero también para que tomemos conciencia de que las donaciones de sangre regulares son fundamentales para quienes deben recibir transfusiones para recuperar su salud y mejorar su calidad de vida. Cada pocos segundos alguien, en algún lugar, necesita sangre.

El acceso oportuno a sangre y productos sanguíneos seguros y de calidad es una pieza clave de la estrategia de la salud universal, que implica que todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a servicios integrales de salud adecuados, oportunos y de calidad.

El 14 de junio, Día Mundial del Donante de Sangre, es una excelente oportunidad para destacar que, a través de un acto sencillo, gratuito y sin riesgos para la salud, cada uno de nosotros puede salvar la vida de al menos tres personas. Este año, lo celebramos bajo el lema "Sangre segura para todos", que hace hincapié en la importancia de la donación y el acceso a las transfusiones en condiciones de seguridad como elemento para lograr la cobertura sanitaria universal.

Tanto la salud de los donantes de sangre como la calidad de la atención a quienes, con generosidad, "dan vida" son fundamentales, ya que garantizar su seguridad y bienestar aumenta el compromiso con las donaciones regulares. Para donar sangre solo es necesario pesar al menos 50 kilos, tener entre 18 y 65 años, y llevar una vida sana.

¿Y por qué es tan importante que las donaciones sean regulares? Porque la sangre y los hemoderivados son esenciales tanto para la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas como para la atención de pacientes de todas las edades con trastornos de la sangre y la médula ósea o víctimas de desastres y accidentes, por poner solo algunos ejemplos.

A nivel mundial, cerca de la mitad de los 112,5 millones de unidades de sangre que se extraen se donan en los países de altos ingresos, donde vive apenas el 19% de la población del planeta. La tasa de donación de sangre por cada mil personas es de 32 en los países de ingresos altos, 15 en los de ingresos medios altos, 8 en los de ingresos medios bajos y 5 en los de ingresos bajos. Tenemos que seguir impulsando la donación voluntaria para cambiar esta realidad.

En Argentina, la donación voluntaria de sangre viene creciendo en forma sostenida gracias al esfuerzo y la solidaridad de sus habitantes y de las autoridades, tanto a nivel nacional y provincial como municipal, junto a quienes la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) trabaja en forma sostenida. Según estimaciones oficiales, en el país se necesitan unas cinco mil donaciones diarias y durante el año 2016 alrededor de 300 mil personas donaron sangre en forma voluntaria.

La extracción de sangre es un procedimiento sencillo, que demanda aproximadamente 15 minutos. Nuestro compromiso es contribuir a que cada vez más personas, tanto en Argentina como en el resto del mundo, puedan convertirse en donantes regulares y voluntarios, y no esperar a que alguien allegado lo requiera para realizar la donación.

La autora es representante de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud en Argentina.