Quién ganará en 2019: la audacia del peronismo o la ingenuidad de Cambiemos

La arremetida del peronismo unido frente a un Cambiemos distraído, que hizo ganar al primero una batalla política en el Consejo de la Magistratura, podría trasladarse a una cancha mayor: el escenario donde se juega la final de octubre 2019

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Mauricio Macri, Marcos Peña, Alfredo Cornejo, Cristina Kirchner, Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa
Mauricio Macri, Marcos Peña, Alfredo Cornejo, Cristina Kirchner, Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa

Al arrebatarle a Cambiemos un miembro del Consejo de la Magistratura, el peronismo ganó una gran batalla política. Lo que habría que dilucidar ahora es si le ayudará a ganar la próxima elección. O si, al contrario, la movida será leída como otra de las picardías que alejan a la oposición del voto popular.

Ayer Jorge Asís, embajador artículo quinto y el exmenemista portador sano, intentaba desdoblarse entre el peronista que es y el analista que pretende ser. Con la voz afectada de siempre citó ante el periodista Luis Novaresio una frase de un dirigente peronista que no identificó, aunque se parecía más a lo que él mismo piensa sobre lo que acaba de suceder. Parece que el dirigente minimizaba el costo del acuerdo entre el cristinismo y el massismo. "Nos dirán kirchneristas durante una semana, pero lo cierto es que ahora vamos a poder manejar como queremos el Consejo de la Magistratura".

Si es cierta la cita de Asís, eso sí que es peronismo a la enésima potencia. La traducción correcta sería: no importa cómo acumular más poder, lo importante es lograrlo.

La astucia del peronismo es directamente proporcional a la ingenuidad y la desidia de Cambiemos. Repito: no solo del gobierno, del presidente del bloque de Diputados Emilio Monzó o el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. También de los radicales Mario Negri, Alfredo Cornejo y Luis Naidenoff, quienes le achacan a Mauricio Macri y sus hombres haberse dejado arrebatar los dos tercios en el Consejo de la Magistratura.

Sin duda el efecto práctico de la derrota será tangible. Para empezar, los dos o tres jueces federales que temían un futuro juicio político para el año que viene respirarán más aliviados. Para seguir, las causas de corrupción podrían sufrir, una vez más, una brusca desaceleración, a la espera del resultado de las presidenciales. Y para terminar, la nueva entente de kirchneristas y peronistas autodenominados racionales se transformará en una enorme cabina de peaje por donde deberán pasar todos los candidatos a jueces que proponga el Poder Ejecutivo.

La bajada de bandera de la campaña electoral está enrareciendo el clima más de la cuenta: los radicales desconfían de sus socios de PRO; Lilita Carrió está a punto de producir un golpe de efecto, aunque todavía nadie sabe en qué dirección y con qué consecuencias; las nuevas funciones del ministro Dante Sica, que incluyen las relaciones con los sindicatos, provocan desconcierto dentro del Gobierno y también en los gremios.

¿Continuará el ministro con la política de mano abierta de Jorge Triaca, distribuyendo los fondos de la Superintendencia de Seguros de Salud a las obras sociales, a pesar de las flagrantes irregularidades que se detectan todos los días?

¿Volverá el presidente Macri a comer milanesas con Hugo Moyano, después de admitir en público y en privado, que se trata de un dirigente tóxico y que se mueve al borde de la legalidad?

Pero la arremetida del peronismo unido frente a un Cambiemos distraído podría trasladarse a una cancha mayor. El escenario donde se juega la final de octubre 2019. Al Presidente y al jefe de gabinete los desvela saber si Cristina Fernández, al final, va "a jugar o no va a jugar".

Su historia personal, su lógica política y la intención de voto que todavía mantiene hacen pensar que lo hará.

¿Pero qué pasaría si, así como consumaron un acuerdo para arrebatarles un lugar en el Consejo de la Magistratura, pergeñan otro para desbancar a Macri del Poder Ejecutivo?

Habrá más informaciones para este boletín.