En un mundo regido por la inmediatez parecería que la ortografía ha dejado de tener importancia, sin embargo, el escribir textos con coherencia y sin erratas siempre traerá beneficios en todos los ámbitos.
En lo laboral, el escribir de forma correcta deja ver a los demás las habilidades y conocimientos que se poseen; además, ayuda a construir una imagen óptima a través de la cual puedes parecer una persona seria y confiable. El tener errores de ortografía y sintaxis pueden dar una imagen negativa que te haría parecer descuidado o con preparación.
Por otro lado, el tener la capacidad de hacer un texto bien redactado habla también de la personalidad, al mostrar interés por siempre construir un buen puente de comunicación con los interlocutores.
Aunque escribir bien no es una tarea sencilla, requiere de mucha práctica y de conocer las estructuras de la lengua, por lo que leer puede ser un gran apoyo para la riqueza de nuestro léxico.
En este sentido, la Real Academia Española (RAE) se ha convertido en la institución más relevante para la regularización lingüística, mediante la promulgación de normas para fomentar la unidad idiomática del mundo hispanohablante.
La Fundación del Español Urgente (Fundéu), en fusión con la RAE, emite a través de su página web y de manera constante diversas recomendaciones con el objetivo de velar por el buen uso del idioma español.
Sinfín y sin fin, ¿cuál es la diferencia?
Sinfín es un sustantivo que significa ‘infinidad’ y sin fin es ‘que no tiene fin’, por lo que conviene no usarlos indistintamente.
Sin embargo, no es raro encontrar en los medios frases como «Las marcas deben realizar ciertas estrategias que les permitan sobresalir sobre el sin fin de productos similares que hay en el mercado», «No solo te atrapará la trama, sino que también te reirás con el sin fin de ocurrencias de los personajes» o «Una prueba de ello es el sin fin de productos que han salido a la venta relacionados con el Juego del calamar».
Tal y como señala el Diccionario panhispánico de dudas, sinfín —escrito en una sola palabra y con tilde en la segunda i— es ‘infinidad’, ‘sinnúmero’ (de cosas o personas), mientras que la locución adjetiva sin fin significa ‘infinito’, ‘ilimitado’ o ‘inacabable’: «Cuando uno visita Estambul percibe que es una ciudad sin fin», «Será una noche sin fin —auguró Jaime—». También se aplica sin fin a algo que gira continuamente (una correa, una cadena o una cinta).
Por tanto, en los ejemplos anteriores, lo adecuado habría sido escribir «Las marcas deben realizar ciertas estrategias que les permitan sobresalir sobre el sinfín de productos similares que hay en el mercado», «No solo te atrapará la trama, sino que también te reirás con el sinfín de ocurrencias de los personajes» y «Una prueba de ello es el sinfín de productos que han salido a la venta relacionados con el Juego del calamar».
Cuál es la función de la RAE
Fundada en Madrid en 1713 por iniciativa del octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, la RAE es la institución que busca preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.
Sus más recientes estatutos (actualizados en 1993), establecen que la función principal de la Real Academia es “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.
Este compromiso se ha plasmado en la denominada política lingüística panhispánica, compartida con las otras 22 corporaciones que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), creada en México en 1951.
Actualmente, la institución está constituida por 46 académicos, entre ellos el director y los demás cargos de la Junta de Gobierno, elegidos para mandatos temporales.
Una de las críticas que se le han hecho a la RAE es su negativa a reconocer palabras o expresiones que han surgido entre las generaciones más jóvenes, sobre todo a raíz de la aparición de las redes sociales. Una de las polémicas más recientes es el reconocimiento del lenguaje inclusivo.
Sin embargo, en el 2020 optó por lanzar el Observatorio de Palabras, un repositorio digital que ofrece información sobre palabras o acepciones de palabras y expresiones que no aparecen en el Diccionario de la Lengua Española (DLE), pero que han generado dudas en cuanto a su uso, tales como neologismos, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, entre otros.
La información contenida en el Observatorio es provisional al no estar contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada y cambiar con el paso del tiempo, pero ello no implica que se acepte su uso.