Fiebre tifoidea: cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento

Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

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Muchos padecimientos no presentan signos o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)
Muchos padecimientos no presentan signos o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)

La bacteria Salmonella typhi causa la fiebre tifoidea. La fiebre tifoidea es poco común en los países desarrollados. Sigue siendo una grave amenaza contra la salud en los países en vías de desarrollo, especialmente para los niños.

Los alimentos y el agua contaminados o el contacto estrecho con una persona infectada causan fiebre tifoidea. Algunos de los signos y síntomas generalmente comprenden los siguientes:

Fiebre alta Dolor de cabeza Dolor estomacal Estreñimiento o diarrea

La mayoría de las personas que tienen fiebre tifoidea se sienten mejor unos días después de comenzar el tratamiento con antibióticos, pero una pequeña cantidad puede morir por complicaciones. La eficacia de las vacunas contra la fiebre tifoidea solo es parcial. Las vacunas generalmente se reservan para quienes pueden estar expuestos a la enfermedad o viajan a zonas donde la fiebre tifoidea es común.

Síntomas

Los signos y síntomas probablemente se manifiesten gradualmente; por lo general, aparecen de una a tres semanas después de la exposición a la enfermedad.

Enfermedad temprana

Los signos y síntomas incluyen los siguientes:

Fiebre que comienza baja, va aumentando a diario y puede llegar a los 104,9 °F (40,5 °C) Dolor de cabeza Debilidad y fatiga Dolores musculares Sudoración Tos seca Pérdida de apetito y pérdida de peso Dolor estomacal Diarrea o estreñimiento Erupción Hinchazón pronunciada de estómago

Enfermedad posterior

Sin tratamiento, es posible que te ocurra lo siguiente:

Que delires Que quedes inmóvil y exhausto, con los ojos entreabiertos en lo que se conoce como estado tifoideo

En este momento, suelen desarrollarse complicaciones que ponen en riesgo la vida.

En algunas personas, los signos y síntomas pueden volver a aparecer hasta dos semanas después de que haya disminuido la fiebre.

Cuándo debes consultar con un médico

Consulta con un médico de inmediato si piensas que podrías tener fiebre tifoidea. Si vives en los Estados Unidos y te enfermas mientras estás de viaje en otro país, llama al Consulado de los EE. UU. para obtener una lista de médicos.

Si tienes signos y síntomas después de haber regresado, considera la opción de consultar a un médico que se especialice en medicina de viajes internacionales o enfermedades infecciosas. Es posible que un médico especializado en estas áreas pueda reconocer y tratar la enfermedad más rápido.

 Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (iStock)
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (iStock)

Factores de riesgo

La fiebre tifoidea es una amenaza mundial grave, que afecta aproximadamente a 27 millones de personas o más cada año. La enfermedad está establecida en la India, el Sudeste Asiático, África, Sudamérica y muchas otras regiones.

En todo el mundo, los niños tienen el mayor riesgo de contraer la enfermedad, aunque generalmente tienen síntomas más leves que los adultos.

Si vives en un país donde la fiebre tifoidea es poco frecuente, tienes un riesgo mayor si:

Trabajas o viajas a zonas donde la fiebre tifoidea está establecida Trabajas como microbiólogo clínico y manipulas bacterias Salmonella typhi Estás en contacto cercano con una persona infectada o que tuvo recientemente fiebre tifoidea Bebes agua contaminada por aguas residuales que contienen Salmonella typhi

Diagnóstico

Historia clínica y antecedentes de viajes

Es posible que el médico sospeche de la presencia de fiebre tifoidea según tus síntomas, o tu historia clínica o antecedentes de viajes. El diagnóstico generalmente se confirma identificando a la Salmonella typhi en un cultivo de sangre u otro líquido o tejido corporal.

Cultivo de tejidos o fluidos corporales

Para el cultivo, se coloca una pequeña muestra de sangre, heces, orina o médula ósea en un medio especial que estimula el crecimiento de bacterias. El cultivo se analiza bajo un microscopio para detectar la presencia de bacterias tifoideas. Un cultivo de médula ósea suele ser la prueba más sensible para detectar la Salmonella typhi.

Aunque realizar una prueba de cultivo es la forma más común de diagnóstico, en algunos casos, se pueden usar otras pruebas para confirmar una presunta infección por fiebre tifoidea, como una prueba para detectar anticuerpos contra las bacterias tifoideas en la sangre o una prueba que verifique si hay ADN tifoideo en la sangre.

 Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (UNAM)
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (UNAM)

Tratamiento

La terapia con antibióticos es el único tratamiento efectivo para la fiebre tifoidea.

Los antibióticos que se recetan comúnmente incluyen los siguientes:

Los antibióticos que se recetan comúnmente incluyen los siguientes:

Ciprofloxacina (Cipro)

En Estados Unidos, los médicos a menudo recetan esto para los adultos, tanto hombres como mujeres que no estén embarazadas. También se puede utilizar otro medicamento similar llamado ofloxacina. Desafortunadamente, muchas de las bacterias Salmonella typhi ya no son susceptibles a los antibióticos de este tipo, especialmente las cepas adquiridas en el Sudeste Asiático.

Azitromicina (Zitromax)

Este medicamento se puede utilizar si una persona no puede tomar ciprofloxacina o si la bacteria es resistente a este medicamento.

Ceftriaxona

Este antibiótico inyectable es una alternativa para infecciones más complicadas o graves y para las personas que no pueden tomar ciprofloxacina, como los niños.

Estos medicamentos pueden causar efectos secundarios y su uso prolongado puede llevar al desarrollo de cepas de bacterias resistentes a los antibióticos.

Otros tratamientos

Entre los otros tratamientos, se incluye lo siguiente:

Beber líquidos.

Esto ayuda a prevenir la deshidratación producida por la fiebre prolongada y la diarrea. Si estás muy deshidratado, es posible que debas recibir líquidos a través de una vena (por vía intravenosa).

Cirugía.

Si los intestinos se desgarran, necesitarás una cirugía para reparar la perforación.