Neumonía: causas, síntomas y tratamiento

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de un padecimiento

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También conoce la forma en la que se diagnostica este padecimiento, cómo evitarla y cuáles son los factores de riesgo (Infobae/Jovani Pérez)
También conoce la forma en la que se diagnostica este padecimiento, cómo evitarla y cuáles son los factores de riesgo (Infobae/Jovani Pérez)


La neumonía es una infección que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Los sacos aéreos se pueden llenar de líquido o pus (material purulento), lo que provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Diversos microrganismos, como bacterias, virus y hongos, pueden provocar neumonía.

La neumonía puede variar en gravedad desde suave a potencialmente mortal. Es más grave en bebés y niños pequeños, personas mayores a 65 años y personas con problemas de salud o sistemas inmunitarios debilitados.

Síntomas


Los signos y síntomas de la neumonía varían de moderados a graves y dependen de varios factores, como el tipo de germen que causó la infección, tu edad y tu salud en general. Los signos y síntomas moderados suelen ser similares a los de un resfrío o una gripe, pero duran más tiempo.

Los signos y síntomas de la neumonía pueden incluir lo siguiente:

Dolor en el pecho al respirar o toser

Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más)

Tos que puede producir flema

Fatiga

Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor

Temperatura corporal más baja de lo normal (en adultos mayores de 65 años y personas con un sistema inmunitario débil)

Náuseas, vómitos o diarrea

Dificultad para respirar

Puede que los recién nacidos y bebés no muestren signos de estar sufriendo la infección. O bien, pueden vomitar, tener fiebre y tos, parecer inquietos o cansados y sin energía, o presentar dificultad para respirar y comer.

Consulta con tu médico si tienes dificultad para respirar, dolor en el pecho, fiebre persistente de 102 ºF (39 ºC) o superior, o tos persistente, sobre todo si tienes tos con pus.

Es muy importante que las personas que pertenecen a los siguientes grupos de riesgo consulten al médico:

Adultos mayores de 65 años

Niños menores de 2 años con signos y síntomas

Personas con alguna afección de salud no diagnosticada o con el sistema inmunitario debilitado

Personas que reciben quimioterapia o toman medicamentos que inhiben el sistema inmunitario

Para algunos adultos mayores y personas con insuficiencia cardíaca o problemas pulmonares crónicos, la neumonía puede convertirse rápidamente en una afección potencialmente mortal.

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Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Shutterstock)

Factores de riesgo


La neumonía puede afectar a cualquiera. Pero los dos grupos de edades que presentan el mayor riesgo de padecerla son los siguientes:

Niños de 2 años de edad o menores

Personas de 65 años de edad o mayores

Otros factores de riesgo incluyen los siguientes:

Estar hospitalizado. Tienes un mayor riesgo de contraer neumonía si te encuentras en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, especialmente, si estás conectado a una máquina que te ayuda a respirar (ventilador).

Enfermedad crónica. Eres más propenso a contraer neumonía si tienes asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o una enfermedad cardíaca.

Fumar. El fumar daña las defensas naturales que tu cuerpo presenta contra las bacterias y los virus que causan neumonía.

Sistema inmunitario debilitado o suprimido. Las personas que tienen VIH/SIDA, que se han sometido a un trasplante de órganos o que reciben quimioterapia o esteroides a largo plazo están en riesgo.

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Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (FERNANDO CARRANZA GARCIA/CUARTOSCURO)

Diagnóstico


Primero, el médico te hará preguntas sobre tu historia clínica y, luego, te realizará una exploración física en la que, entre otras cosas, te escuchará los pulmones con un estetoscopio para detectar cualquier sonido anormal de burbujeo o crepitación que sugiera la presencia de neumonía.

Si existe una sospecha de neumonía, el médico puede recomendarte los siguientes exámenes:

Análisis de sangre. Los análisis de sangre se usan para confirmar una infección e intentar identificar el tipo de organismo que está causando la infección Sin embargo, la identificación precisa no siempre es posible

Radiografía torácica. Esta ayuda al médico a diagnosticar la neumonía y a determinar la extensión y la ubicación de la infección No obstante, tu médico no puede saber por medio de una radiografía qué tipo de germen está causando la neumonía

Pulsioximetría. En esta prueba, se mide el nivel de oxígeno de la sangre La neumonía puede hacer que los pulmones no sean capaces de pasar una suficiente cantidad de oxígeno al torrente sanguíneo

Prueba de esputo. Se toma una muestra de líquido de los pulmones (esputo) que se obtiene haciendo toser profundamente al paciente; luego, se analiza la muestra para ayudar a identificar la causa de la infección

Es posible que el médico solicite otros exámenes si tienes más de 65 años, estás en el hospital o tienes síntomas graves u otras enfermedades. Estos pueden incluir los siguientes:

TC. Si la neumonía no mejora en el tiempo esperado, es posible que el médico te recomiende hacerte una TC de tórax para obtener imágenes más detalladas de los pulmones

Cultivo de líquido pleural. Con una aguja que se inserta entre las costillas, se toma una muestra de líquido de la zona pleural y se la analiza para determinar el tipo de la infección

Tratamiento


El tratamiento para la neumonía implica la cura de la infección y la prevención de complicaciones. Las personas que presentan neumonía adquirida en la comunidad normalmente pueden recibir tratamiento en sus hogares con medicamentos. A pesar de que la mayoría de los síntomas se alivian en unos pocos días o semanas, la sensación de cansancio puede perdurar durante un mes o más.

Los tratamientos específicos dependen del tipo y la gravedad de la neumonía, tu edad y tu estado de salud general. Las opciones incluyen las siguientes:

Antibióticos. Estos medicamentos se usan para el tratamiento de la neumonía bacteriana Puede llevar un tiempo identificar el tipo de bacterias que causan la neumonía y elegir el mejor antibiótico para tratarla Si los síntomas no mejoran, el médico puede recomendarte un antibiótico diferente

Medicamentos para la tos. Estos medicamentos pueden usarse para calmar la tos a fin de que puedas descansar Debido a que el toser ayuda a aflojar y mover los fluidos de los pulmones, es bueno no eliminar la tos completamente Además, debes saber que en muy pocos estudios se ha examinado si los medicamentos para la tos de venta libre disminuyen la tos causada por la neumonía Si quieres probar un supresor de la tos, usa la dosis más baja que te ayude a descansar

Antifebriles/analgésicos. Posiblemente tomes estos según lo necesites para aliviar la fiebre y el malestar Estos incluyen medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el paracetamol (Tylenol, otros)


Hospitalización


Quizás tengan que internarte si:

Eres mayor de 65 años.

Te confundes con la hora, la gente, o los lugares.

La función de tus riñones se ha reducido.

Tu presión sistólica está por debajo de 90 milímetros de mercurio (mm Hg) o tu presión diastólica es de 60 mm Hg o menor.

Tu respiración es rápida (30 inhalaciones o más por minuto).

Necesitas asistencia para respirar.

Tu temperatura es más baja de lo normal.

Tu frecuencia cardíaca está por debajo de 50 o por encima de 100.

Quizás te internen en la unidad de cuidado intensivo si necesitas un respirador artificial o si tus síntomas son graves.

Tal vez se deba internar a los niños si:

Son menores de 2 meses.

Están letárgicos o tienen mucho sueño.

Tienen problemas para respirar.

Tienen bajos niveles de oxígeno en la sangre.

Parecen estar deshidratados.

Con información de Mayo Clinic

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