El comercio crece, pero la logística se encarece y tensiona las cadenas de suministro

Un informe de la UNCTAD advierte que el aumento de los costos de transporte y las brechas de conectividad limitan la eficiencia logística, incluso en un contexto de recuperación del comercio global

Aunque el comercio marítimo mantiene una tendencia de largo plazo positiva, el menor dinamismo reciente refleja ajustes en la demanda, cambios en inventarios y una mayor cautela operativa (Foto: Shutterstock)

El comercio internacional muestra señales de recuperación en términos de valor, pero la logística que lo sostiene atraviesa una etapa de mayores costos, desaceleración operativa y fuertes asimetrías entre regiones. Así lo refleja el Handbook of Statistics 2025 de la UNCTAD, que aporta datos clave sobre transporte, conectividad marítima y estructura de los flujos comerciales globales.

Uno de los ejes centrales del informe es la evolución de los costos de transporte internacional, que vienen en aumento desde 2018. Según las estimaciones del organismo, el costo logístico de mover mercaderías entre países alcanzó el 8,1 % del valor del comercio, con una carga significativamente mayor para las economías en desarrollo.

En estos países, el transporte puede costar hasta un tercio más por dólar comerciado que en las economías desarrolladas, una brecha que impacta directamente en la competitividad y en la resiliencia de las cadenas de suministro.

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La situación es aún más compleja para los países menos adelantados y los territorios sin salida al mar o insulares, donde los costos logísticos de importación llegan a duplicar los de las economías avanzadas. Esta desigualdad estructural condiciona el acceso a insumos, encarece la producción local y limita la capacidad de integración a los flujos globales de comercio.

Transporte marítimo: menos crecimiento, más concentración

El informe también señala una desaceleración del comercio marítimo, especialmente en el tráfico portuario de contenedores. Durante 2022 y 2023, el volumen global creció apenas un 0,5 % anual, el ritmo más bajo en más de una década, excluyendo el impacto de la pandemia. Aunque el comercio marítimo mantiene una tendencia de largo plazo positiva, el menor dinamismo reciente refleja ajustes en la demanda, cambios en inventarios y una mayor cautela operativa.

En este contexto, Asia refuerza su rol como núcleo logístico global. Los puertos asiáticos concentran más del 60 % del tráfico mundial de contenedores y lideran los rankings de conectividad marítima. Esta centralidad convierte a la región en un nodo clave para la coordinación de las cadenas de suministro, pero también profundiza la dependencia de otras economías respecto de un número limitado de hubs logísticos.

Al mismo tiempo, el comercio marítimo muestra un cambio en su composición. Si bien el volumen total transportado se mantiene relativamente estable, crece el peso de la carga seca y contenedorizada, mientras que disminuye la participación del petróleo. Esta transformación exige nuevas capacidades portuarias, mayor eficiencia intermodal y sistemas logísticos más flexibles.

En un escenario de cadenas de suministro más sensibles a interrupciones, la conectividad se consolida como un factor estratégico, tanto para atraer flujos comerciales como para sostener la continuidad operativa (Imagen: Shutterstock)

Conectividad portuaria y brechas regionales

Otro de los indicadores relevantes es el de conectividad marítima, que mide cuán integrados están los países y puertos a las redes globales de transporte. El informe evidencia fuertes diferencias entre regiones: mientras Asia, Europa y América del Norte cuentan con redes densas y diversificadas, muchas economías de América Latina, África y pequeños Estados insulares presentan niveles de conectividad significativamente más bajos.

Esta brecha no solo afecta la frecuencia de servicios o el tamaño de los buques que operan en cada puerto, sino también los costos, los tiempos de tránsito y la confiabilidad de las entregas. En un escenario de cadenas de suministro más sensibles a interrupciones, la conectividad se consolida como un factor estratégico, tanto para atraer flujos comerciales como para sostener la continuidad operativa.

Perfil exportador y desafíos logísticos

El informe también relaciona la logística con la estructura productiva y exportadora de cada región. América Latina y África continúan mostrando una alta dependencia de exportaciones primarias, lo que implica cadenas logísticas de larga distancia, menor valor agregado y mayor exposición a variaciones de costos y cuellos de botella.

En paralelo, el crecimiento del comercio Sur–Sur redefine rutas y flujos, impulsando nuevas demandas de infraestructura, coordinación y servicios logísticos en regiones que históricamente no fueron el centro del comercio global. Sin embargo, sin inversiones sostenidas en transporte, puertos y conectividad, estas oportunidades corren el riesgo de profundizar las desigualdades existentes.

Un sistema bajo presión

En conjunto, los datos de la UNCTAD muestran que la logística global enfrenta un escenario de mayor presión estructural: costos en alza, crecimiento más lento y una concentración operativa que convive con brechas persistentes. En este contexto, la eficiencia logística deja de ser un factor operativo para convertirse en un elemento central de la competitividad, la integración comercial y la estabilidad de las cadenas de suministro.

El desafío hacia adelante no pasa solo por mover más volumen, sino por reducir asimetrías, mejorar la conectividad y contener los costos, en un sistema que sostiene buena parte del comercio y la producción global.

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