El nuevo esfuerzo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público está centrado en acercar la educación financiera a cada rincón de México.
A través de la Estrategia Nacional de Educación Financiera 2025–2030, en coordinación de Hacienda con el Comité de Educación Financiera, se proponen herramientas prácticas y contenidos accesibles para que todas las personas, sin excepción, aprendan a gestionar su dinero y planificar su estabilidad económica.
Alcances y compromisos de la campaña
El plan contempla mecanismos para que las familias puedan ahorrar, administrar el crédito, prever gastos imprevistos y sacar provecho de los servicios financieros digitales, pero también tengan criterios para evitar riesgos. Se coordinaron acciones con diversas instituciones, buscando coherencia con las políticas nacionales y acompañamiento constante en la ejecución.
La colaboración interinstitucional ha permitido definir una hoja de ruta con seis objetivos centrales, donde destacan la integración curricular, capacitación docente, fortalecimiento de recursos digitales y campañas de información. Además, se suma la perspectiva de género y el enfoque hacia grupos históricamente rezagados en el acceso a servicios financieros.
Integración curricular y formación docente
El primer objetivo es que estudiantes desde educación básica hasta superior tengan en sus planes y materiales contenidos de educación financiera. Las acciones incluyen:
- Valoración técnica y pedagógica de los materiales, adaptándolos a libros de texto y programas sintéticos.
- Inclusión de estos temas en la formación docente y cursos de capacitación continua, para que el personal educativo pueda guiar a estudiantes de distintas comunidades.
- Ampliación de materiales específicos, especialmente para los grados tres, seis y nueve, y en plataformas tanto escolarizadas como no escolarizadas.
Bajo este esquema, estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, junto con sus maestros, recibirán insumos contextualizados, considerando también a las comunidades indígenas y hablantes de lenguas originarias. Todo esto se complementa con alianzas federales y la generación de contenidos accesibles, promoviendo así el aprendizaje activo y la participación estudiantil.
Capacidades financieras para un entorno digital
La segunda línea de acción subraya la urgencia de que la población y las pequeñas empresas desarrollen competencias financieras en el mundo digital. Las metas están orientadas a:
- Difundir recursos digitales y materiales descargables mediante plataformas especializadas.
- Desarrollar objetos de aprendizaje sobre ahorro, presupuesto y prevención de fraudes.
- Impulsar el uso de herramientas y cursos para mejorar la toma de decisiones en temas como ahorro para el retiro o la obtención de créditos hipotecarios.
Aquí, el enfoque está en la población en general, pero hay materiales específicos para beneficiarios de programas sociales, trabajadoras del sistema de pensiones, personas emprendedoras y empresas pequeñas y medianas. Se incluyen capacitaciones para quienes brindan atención directa en instituciones financieras.
Información oportuna y protección para usuarios
Para que más personas reciban datos claros y comprendan cómo usar los servicios financieros de manera segura, la estrategia despliega campañas y materiales en distintos canales. Se promueve:
- Difusión de contenido audiovisual y gráfico en redes sociales.
- Participación estudiantil y de jóvenes en concursos, eventos nacionales y programas.
- Fortalecimiento de mecanismos para la protección del ahorro y prevención de fraudes financieros.
Estas campañas incluyen comunicación en lenguaje inclusivo y materiales en lenguas indígenas.
Comprensión y sostenibilidad: la nueva visión financiera
El conocimiento sobre los productos y servicios financieros se ampliará con talleres, talleres directos, material actualizado y asesoría para quienes buscan créditos hipotecarios o productos de inversión. Así, se busca que familias y empresas tomen decisiones informadas.
El plan integra capacitación en sostenibilidad, riesgos climáticos y financiamiento verde, relevando que la economía y el bienestar futuros dependen del manejo responsable y sustentable de los recursos.
Finalmente, la implementación será medida de forma continua, con evaluaciones y sondeos para garantizar que la educación financiera evolucione junto con las necesidades del país.