REVIEW | Unicorn Overlord: otro gran acierto de Vanillaware

Vanillaware logra nuevamente romper las bases de lo que esperamos de un género, esta vez con un JRPG táctico

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Unicorn Overlord, de Vanillaware.
Unicorn Overlord, de Vanillaware.

Hay gamers de todo tipo, así como también infinidad de géneros, estilos de arte y formas de contar una historia. Muchas obras en este medio suelen recurrir a los estilos visuales, narrativos y musicales que ya funcionan en sus géneros para construir un nuevo exponente, como una forma tácita de ir a lo seguro. Juegos de disparos que representan situaciones realistas como una guerra, con el estilo de arte marcado que eso conlleva, o quizás un ambiente sci-fi, también con su estilo correspondiente, atándose a otros tropos e ideas que tienen su propia idiosincrasia. El estudio Vanillaware siempre rompe con esa idea, sale de las normas impuestas. Ya lo hizo a la perfección con 13 Sentinels: Aegis Rim y ahora lo vuelve a hacer con Unicorn Overlord.

A primera vista, Unicorn Overlord parece ser un juego táctico más, un “clon más de Fire Emblem”, y en cierta forma, lo es. La historia es típica de cualquier juego de este estilo, siguiendo los mismos patrones e incluso recae en varios clichés, como el príncipe que crece para retomar todo de las garras del tirano con armadura negra y ojos rojos. Muchos de sus personajes también son lo que parte de la narrativa clásica de estos títulos: la heredera de una casa adinerada que es perfecta en todo y comenzó a aprender el arte de la espada; la amiga de la infancia que se convierte en una sacerdotisa; el amigo de la infancia que termina siendo un soldado débil; el mentor que nos ayuda tanto en lo narrativo como en el combate, siendo uno de nuestros mejores aliados desde el principio. Pero la realidad es que Unicorn Overlord es mucho más que solo clichés.

Unicorn Overlord, de Vanillaware.
Unicorn Overlord, de Vanillaware.

No viene al caso hablar mucho sobre 13 Sentinels: Aegis Rim (aunque es un juego recomendado), pero sí este título tiene algo en común con Unicorn Overlord y es cómo ambos rompen con las expectativas tanto en lo que como jugadores asumimos que va a darnos el producto como en lo que se espera del género. En 13 Sentinels: Aegis Rim lo que comienza como una historia más de mechas y viajes en el tiempo termina siendo una de las mejores formas de contar una experiencia narrativa a través de la jugabilidad, utilizando recursos de novelas visuales que otros juegos usan como algo extra sin saber como incluirlo en el guión principal. En este título, esa es una de las mecánicas principales: un sistema que permite pasar de narrativa a combate y en cada uno desbloquear elementos que no solo nos dan contexto en la historia, sino que también nos recompensan en ambos modos, empujando así ambas a la vez y al mismo tiempo estableciendo tramas narrativas en el “presente” y en el “futuro” dejando que el jugador arme el rompecabezas por sí solo.

Unicorn Overlord cuenta con esto mismo, pero en distinta forma. Vanillaware nuevamente logra tomar las bases de un género, como si fuese una receta, y le agrega ingredientes nuevos para que en su totalidad sea una experiencia que no tiene comparación.

Unicorn Overlord, de Vanillaware.
Unicorn Overlord, de Vanillaware.

En primer lugar, si bien la narrativa podríamos decir que peca de genérica, cómo eso se traduce a la jugabilidad es especial. En muchos juegos de este tipo la historia se enfoca en cómo nuestro protagonista libera distintos países, continentes, o partes del mundo de las garras del villano de turno, pero Unicorn Overlord presenta una gran diferencia. En cualquier otro juego, este punto narrativo es, justamente, algo puramente narrativo y se resume en un puñado de capítulos que suceden en un primer continente, otro puñado en un segundo continente, y así hasta finalmente llegar al castillo del gran villano o enemigo principal para derrotarlo.

En Unicorn Overlord el concepto de liberar los distintos lugares se traduce en la exploración y el diseño del mundo en general. En lugar de seleccionar nuestra siguiente misión, nos moveremos por el mundo del juego encontrando distintas ciudades, pueblos, puertos y acertijos para resolver. Casi todas las ciudades están tomadas por el enemigo y funcionan como una misión más para completar, pero al hacerlo el territorio liberado se traduce a, generalmente, desbloquear una unidad nueva, tener una nueva ciudad para comprar cosas y una parte del mundo libre para explorar sin que el imperio enemigo nos moleste. Esto se repite durante todo el juego, ya que a medida que vamos avanzando iremos liberando el continente entero y, una vez completo, pasaremos al siguiente. La estructura en papeles es la misma, pero la ejecución logra llevar la narrativa simple o cliché a algo tangible en nuestra jugabilidad.

Además, con cada lugar que liberemos nuestro ejército se irá haciendo cada vez más grande. Al principio tendremos cinco unidades, pero para el final podemos llegar a tener un ejército de 50 unidades en combate al mismo tiempo. Y esto es posible gracias a otro de los grandes aciertos de Unicorn Overlord: el sistema de combate.

Unicorn Overlord, de Vanillaware.
Unicorn Overlord, de Vanillaware.

En Unicorn Overlord no tenemos unidades individuales en los combates, sino que contamos con escuadrones. Cada uno de ellos está compuesto por, a medida que vamos avanzando en el juego, hasta cinco unidades. Mientras más lejos lleguemos en el título, podremos llegar a tener un total de 10 escuadrones al mismo tiempo. Cada escuadrón tiene una parte delantera y una parte trasera, donde la delantera recibiendo el daño y la trasera se mantiene a salvo.

La gracia es que en Unicorn Overlord contamos con alrededor de 30 clases, además de sus clases promocionadas. Las opciones que tenemos son infinitas y el juego nos da muchísimas herramientas para hacer, sin exagerar, lo que se nos ocurra, aunque todo tiene sus ventajas y desventajas. Además, en lugar de recaer en que los objetos simplemente suban nuestros atributos, la mayoría de los objetos de equipamiento tienen distintas habilidades tanto pasivas como activas, que nos dan incluso más libertad al momento de armar nuestras estrategias. No es exageración que pasé treinta de mis ochenta horas de juego en distintos tipos de menús creando distintos escuadrones y probándolos.

Unicorn Overlord, de Vanillaware.
Unicorn Overlord, de Vanillaware.

Otro punto a favor es que Unicorn Overlord tiene muchísimos personajes para armar nuestros escuadrones, cada uno con una clase predeterminada. Pero además, si queremos utilizar estrategias que necesitan clases u opciones que no tenemos, el juego cuenta con un sistema de mercenarios que nos soluciona esa potencial limitación.

La dificultad es uno de los puntos más flojos, ya que el juego en general es bastante fácil, lo cual en un título así pierde un poco el propósito. Dicho eso, la cantidad absurda de opciones que presenta, la forma en la que piensa cómo utilizar una historia cliché dentro de la jugabilidad y la suma de sus distintas partes hacen que Unicorn Overlord sea una de mis experiencias favoritas en los juegos tácticos desde XCOM 2, la cual no es una afirmación menor.

8
Otro gran acierto de VanillawareUnicorn Overlord logra reinventarse incluso dentro de los típicos clichés del genero. Se anima a jugar por fuera de los combates con sistemas complejos pero que funcionan. Se merece tu tiempo incluso si no sos fanático de esta clase de propuestas.
Revisado en PlayStation 5
Plataformas:
PlayStation 4PlayStation 5Xbox Series SXbox Series XNintendo Switch
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