Estados Unidos anunció este martes que intensificará al máximo las sanciones contra el régimen de Venezuela y mantendrá la confiscación de petroleros sancionados en el mar Caribe, al acusar al dictador Nicolás Maduro de utilizar el comercio ilegal de crudo para financiar redes de narcotráfico.
El mensaje fue expuesto por el embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, Mike Waltz, durante una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad solicitada por la propia delegación venezolana.
“Estados Unidos aplicará sanciones al máximo para privar a Maduro de los recursos que utiliza para financiar el Cartel de los Soles”, afirmó Waltz ante los quince miembros del Consejo.
El diplomático sostuvo que esas estructuras criminales fueron designadas por Washington como organización terrorista y operan con respaldo de altos líderes del chavismo en Venezuela.
El debate se produjo en medio de la tensión bilateral, luego de que la administración del presidente Donald Trump ordenara bloquear el tránsito de buques petroleros sancionados que transportan crudo venezolano y autorizara su interceptación en aguas internacionales.
Para Washington, estas embarcaciones constituyen “el principal salvavidas económico” del régimen chavista y una fuente directa de financiamiento de actividades ilícitas.
Waltz reiteró que Trump ha sido “muy claro” en su decisión de emplear “todo el poder y la fuerza de Estados Unidos” para enfrentar al narcotráfico regional.
“No vamos a permitir que estos carteles, que han operado con impunidad durante demasiado tiempo, sigan destruyendo comunidades en nuestro hemisferio”, señaló.
En su intervención, el embajador estadounidense fue más allá del plano económico y cuestionó la legitimidad política del poder en Caracas.
“Los Estados Unidos no reconocemos a Nicolás Maduro ni a sus secuaces como gobierno legítimo de Venezuela. Maduro es un fugitivo de la justicia estadounidense y es el jefe del Cartel de los Soles”, declaró. También afirmó que existen pruebas internacionales de que las elecciones fueron manipuladas por el chavismo.
Según Waltz, la amenaza que representa Venezuela no se limita a su territorio. “La mayor amenaza para la estabilidad y la paz del hemisferio occidental se encuentra en nuestro propio vecindario”, dijo, al vincular al régimen con redes de delincuencia transnacional que operan hacia América del Norte y Europa.
Citó datos del Informe Mundial sobre las Drogas 2025 y de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, que identifican a Venezuela como una de las principales rutas del tráfico de estupefacientes.
Las declaraciones coincidieron con una serie de operativos navales en el Caribe. El sábado, fuerzas estadounidenses interceptaron el petrolero Centuries, de bandera panameña, que transportaba crudo venezolano con destino a refinerías chinas.
Una semana antes, Washington había incautado el buque Skipper y confiscado su carga. Además, el domingo se inició una operación para localizar e interceptar un tercer tanquero, el Bella 1, según confirmó un funcionario estadounidense.
La Casa Blanca sostiene que estas acciones se enmarcan en una ofensiva más amplia contra el narcotráfico y que la designación del Cartel de los Soles como organización terrorista habilita a Estados Unidos a actuar en defensa propia.
Desde septiembre, esa estrategia incluyó ataques contra lanchas cargadas con droga en el Caribe y el Pacífico, operaciones que, según reportes oficiales, dejaron más de un centenar de muertos.
La dictadura de Nicolás Maduro rechaza las acusaciones y sostiene que Washington busca un cambio de régimen y el control de los recursos energéticos venezolanos.
Sin embargo, en el Consejo de Seguridad, Estados Unidos defendió la legalidad de sus medidas y subrayó que el objetivo es cortar los flujos financieros que sostienen al aparato político y militar del chavismo.
“Si no hacemos cumplir las sanciones, se convierten en palabras vacías”, afirmó Waltz. Con esa frase, Washington dejó en claro que mantendrá la presión diplomática, económica y militar sobre el régimen de Venezuela, mientras el conflicto se traslada cada vez más al escenario internacional y al control de las rutas marítimas del Caribe.
(Con información de EFE y Reuters)