Las autoridades de Estados Unidos realizaron la confiscación de un buque petrolero frente a las costas de Venezuela, en una operación conjunta de la Guardia Costera, el FBI, Homeland Security Investigations (HSI) y el apoyo del Departamento de Defensa, según indicó la Fiscal General Pamela Bondi en declaraciones difundidas a través de su cuenta oficial de X.
La incautación se produjo tras la ejecución de una orden de embargo para un buque usado en el transporte de petróleo sancionado proveniente de Venezuela e Irán, procedimiento enmarcado dentro de las medidas norteamericanas para bloquear redes internacionales de financiamiento a organizaciones terroristas.
De acuerdo con Pamela Bondi, el buque llevaba años bajo sanciones estadounidenses por su vinculación con una red ilícita de transporte de crudo destinada a la financiación de grupos calificados como terroristas por Washington.
Las fuerzas estadounidenses culminaron la operación en aguas internacionales, “de manera segura” y bajo la continuidad de la investigación dirigida junto al Departamento de Seguridad Nacional para impedir el tráfico de hidrocarburos sujetos a sanciones.
La incautación fue adelantada este miércoles por el presidente Donald Trump, quien informó a la prensa sobre la toma de una embarcación catalogada como “el petrolero más grande jamás incautado” por EEUU cercano a las costas venezolanas, en el marco del despliegue militar estadounidense ordenado por la Casa Blanca en el mar Caribe, enfocado en combatir el narcotráfico y el contrabando internacional de crudo. Trump añadió que el operativo formaba parte de una estrategia más amplia y que otros acontecimientos similares estarían por ocurrir, según reportó Bloomberg citando a fuentes del operativo.
La Casa Blanca ha incrementado la presión diplomática, económica y militar sobre el régimen de Nicolás Maduro bajo la premisa de combatir las redes de narcotráfico y aislar financiera y petroleramente a la dictadura venezolana. Las acciones de embargo y decomiso de navíos se ejecutaron al amparo de la legislación estadounidense y sin especificar detalles sobre los responsables directos de la tripulación del buque ni el destino final de la carga incautada.
Según funcionarios estadounidenses citados por Bloomberg, la acción corresponde a la profundización de la campaña para detener el flujo de recursos hacia estructuras y organizaciones acusadas de terrorismo, donde el crudo sancionado de Venezuela suele movilizarse mediante una red de intermediarios, empresas de fachada y “petroleros fantasma”. Estas embarcaciones cambian nombres o alteran sus sistemas de rastreo para eludir la detección y transferir el crudo en alta mar.
El embargo estadounidense ha golpeado con dureza la exportación de petróleo venezolano, limitando las ventas directas de PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.) a un reducido grupo de clientes, principalmente refinerías chinas y algunos intermediarios internacionales que asumen el riesgo de enfrentarse a sanciones y decomisos. Mientras tanto, la producción diaria de crudo ronda el millón de barriles, pero la mayor parte se comercializa a precios rebajados debido a las restricciones impuestas por Washington.
En declaraciones al medio Politico, Donald Trump aseguró que los “días de Maduro están contados” y sugirió que la opción de una intervención militar directa “pronto” podría activarse, lo que refuerza la percepción de una escalada de tensiones entre ambos países. Bloomberg contextualizó estas acciones en el contexto del mayor despliegue militar estadounidense en el Caribe en décadas, con operaciones que ya han destruido más de veinte embarcaciones relacionadas con el tráfico de drogas y han provocado la muerte de al menos 87 tripulantes, según cifras proporcionadas al citado medio.
Las autoridades estadounidenses consideran que la confiscación del petrolero refuerza las advertencias a operadores marítimos internacionales sobre los riesgos de transportar crudo venezolano enfrentando la posibilidad real de decomisos y acciones judiciales, en un entorno de sanciones que no solo afecta la economía venezolana, sino que incrementa la presión sobre los mecanismos de evasión diseñados para burlar el embargo.
(Con información de AFP y AP)