Una nueva ley de California hará que precios de los menús se disparen, advirtieron los dueños de restaurantes

La reciente legislación firmada por el gobernador Gavin Newsom promete erradicar las tarifas ocultas, pero plantea nuevos desafíos económicos para los empresarios culinarios

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La industria restaurantera californiana se prepara para una revolución en la estructura de precios, además de salarios más altos para sus trabajadores (Imagen Ilustrativa Infobae)
La industria restaurantera californiana se prepara para una revolución en la estructura de precios, además de salarios más altos para sus trabajadores (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los propietarios de restaurantes en California (Estados Unidos) enfrentan un futuro incierto con el aumento de los costos operativos, exacerbado por recientes legislaciones estatales. La nueva ley firmada por el gobernador Gavin Newsom en octubre, conocida como “prohibición de tarifas basura”, está diseñada para combatir los cargos ocultos en diversos sectores, incluida la industria restaurantera, una medida, que entrará en vigor el 1 de julio, prohibiendo la publicidad con ofertas engañosas y los cargos obligatorios no revelados, afectando directamente cómo los restaurantes presentan sus precios.

Los dueños de restaurantes, que ya aplicaban recargos para ofrecer beneficios como la atención médica a sus empleados, aseguran que se ven ahora obligados a aumentar los precios de sus menús para cumplir con la ley. Caroline Styne, una prestigiosa restaurantera, comentó a Los Angeles Times que un plato que antes costaba USD 39 ahora será vendido por USD 49.

El ejemplo de aumento subrayó la presión adicional para los restaurantes que ya enfrentan desafíos por el costo del trabajo, regulaciones estrictas, impuestos altos y márgenes de ganancia reducidos.

Por otro lado, la industria de comida rápida en California también está experimentando turbulencias debido al aumento del salario mínimo para los empleados de comida rápida a USD 20 por hora, según una nueva ley estatal.

Marcus Walberg, propietario de varias franquicias de Fatburger, anticipa aumentos en los precios del menú y cambios operativos como reducción de horas laborales y eliminación de vacaciones pagadas. Ejecutivos de cadenas como McDonald’s y Chipotle han indicado igualmente incrementos en los precios de los menús.

La adaptación a estos cambios representa un desafío no sólo en términos de estructura de precios, sino también en la gestión de la fuerza laboral y la experiencia del consumidor. Justin Rush, un planificador financiero, sugiere que, aunque el aumento del salario mínimo puede tener efectos positivos en el poder adquisitivo y, por ende, en el crecimiento económico, también podría incentivar a las empresas a invertir en automatización, reduciendo así su dependencia de mano de obra.

La preocupación de que estas medidas puedan conducir al cierre de más restaurantes es palpable en el sector. Laurie Thomas, de la Golden Gate Restaurant Association, señaló que las empresas se ven obligadas a aumentar los precios, lo que podría no solo alienar a los consumidores, sino también comprometer la viabilidad de muchos establecimientos.

Los propietarios de restaurantes enfrentan el dilema de aumentar los precios de los menús en respuesta a la última ley estatal, afectando la competitividad en el sector (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los propietarios de restaurantes enfrentan el dilema de aumentar los precios de los menús en respuesta a la última ley estatal, afectando la competitividad en el sector (Imagen Ilustrativa Infobae)

Fox Business señaló que es crucial que los propietarios de restaurantes y cadenas de comida rápida evalúen cuidadosamente sus estrategias operativas y de precios. La dinámica entre cumplir con las regulaciones, administrar costos operativos, y mantener satisfechos a los consumidores se convierte en un equilibrio cada vez más delicado.

A medida que se implementan estas leyes, la industria de la hospitalidad en California se enfrenta a un período de ajuste y transformación, con la esperanza de encontrar un terreno común que beneficie tanto a los trabajadores como a los consumidores sin comprometer la calidad y accesibilidad de la experiencia culinaria.