El pasado 25 de enero Alabama llevó a cabo la primera ejecución en Estados Unidos utilizando gas nitrógeno, un método que generó opiniones encontradas entre los pocos testigos que presenciaron el evento. Kenneth Smith, condenado por el asesinato de Elizabeth Sennett en 1988, fue el primer individuo sometido a este tipo de ejecución, tras sobrevivir a un intento fallido de ejecución en noviembre de 2022.
Los presentes en la ejecución describieron variaciones en lo que observaron durante los aproximadamente 22 minutos en que les fue permitido ver. Aunque los abogados estatales habían defendido que la inhalación de gas nitrógeno provocaría la pérdida de conciencia en cuestión de segundos, culminando rápidamente con la vida de Smith, testigos entrevistados por The New York Times, afirmaron que permaneció consciente varios minutos después de su inicio.
La intención detrás del uso de gas nitrógeno, según se había argumentado, era ofrecer una alternativa más humana a la inyección letal, especialmente después del primer intento fallido de la ejecución de la pena de muerte de Smith, cuando los encargados del procedimiento no lograron acceder a una vena adecuada para administrar los fármacos letales.
El ingreso a la cámara de ejecución
El Tribunal Supremo de Estados Unidos autorizó la ejecución de Kenneth Smith poco antes de las 19:00 hora local, momento tras el cual fue conducido a la cámara de ejecución. La jornada comenzó con una situación poco común: un oficial de correccionales reportó que Smith estaba resistiendo. “Me dijeron, ‘está resistiendo’”, contó el Reverendo Jeff Hood quien acompañó a Smith durante gran parte de la ejecución y desde varios meses antes de la misma.
Una vez en la camilla, Smith intentó consolar a los presentes, asegurando repetidamente “lo tengo, lo tengo”. La figura de Smith resonó en la sala cuando, refiriéndose a su ejecución como su “fecha de liberación”, proclamó sentirse finalmente libre. “Hoy es mi fecha de liberación, estoy fuera de aquí”, afirmó Smith, según contó el reverendo Hood, quien compartió estos momentos con él.
Hood, al intervenir durante los preparativos finales, aplicó aceite en la cabeza de Smith en un gesto de ungimiento. El reverendo recordó cómo, al recitar pasajes bíblicos, Smith respondía con una energía notable. “Yo decía, ‘El Señor es mi pastor’, y él respondía, ‘¡Demonios que sí!’”, relató Hood.
A medida que se acercaba el momento de la ejecución, Smith continuó manifestando su desafío. “Cuando estaba en la cámara, antes de que abrieran las cortinas, movía su cabeza alrededor, como si estuviera escuchando música”, compartió Hood.
La ejecución
Kenneth Eugene Smith nunca apartó la vista de sus seres queridos ni de los miembros de su familia durante su ejecución, revisando sus rostros uno a uno, sonriendo y haciendo varias veces un gesto con los dedos que significaba “te amo”.
Cinco periodistas de medios de comunicación como The Montgomery Advertiser y The Associated Press, junto a familiares de Smith, presenciaron el desenlace de una larga espera que terminó a las 19:53 horas. Los reporteros dividieron de manera meticulosa las tareas para documentar el histórico evento, como relató Roney a The Times.
En el espacio angosto del cuarto de testigos, de aproximadamente 2.44 por 3.66 metros, el ambiente estaba impregnado de un fuerte olor a desinfectante, marcando un sombrío contraste con los gestos de amor y despedida de Smith. Al mismo tiempo, en una sala de testigos contigua, los hijos de la víctima del asesinato y otros familiares presenciaron, con emociones contrarias el evento.
El detalle vívido del uniforme color caqui de Smith, cubierto por una sábana blanca y una máscara respiratoria de borde azul, formó una imagen que permanecerá en la memoria de aquellos presentes. Ralph Chapoco de The Alabama Reflector aportó cómo Smith intentó tranquilizar a sus parientes con gestos significativos:
“Desde el momento en que se abrió el telón y durante todo el tiempo que el personal penitenciario leyó la sentencia de muerte, Kenneth Eugene Smith no apartó los ojos de sus partidarios ni de los miembros de su familia. ... Recorrió sus rostros uno a uno, sonrió a cada uno de ellos y varias veces hizo con los dedos un signo que significaba “te quiero”. Miraba a los ojos de una persona, sonreía, luego pasaba a la siguiente, sonreía y luego pasaba a la siguiente” contó.
La liberación del gas nitrógeno
Smith parecía luchar por respirar durante aproximadamente cuatro minutos, un tiempo durante el cual también intentó, en vano, liberarse de las bandas de seguridad que lo sujetaban a la camilla, según contó Marty Roney, reportero durante muchos años de The Montgomery Advertiser.
“Durante cuatro minutos, estuvo jadeando. Parecía consciente. Convulsionaba, se retorcía, la camilla se sacudía notablemente” contó Roney quien intentó contar los segundos que transcurrían para el respiro final de Smith. “No nos permiten relojes. No hay segundero en el reloj. Es un reloj digital que está en hora militar. Estoy sentado allí, “un Mississippi, dos Mississippi,” entre sus respiraciones” narró al New York Times.
El comisionado John Hamm del sistema penitenciario de Alabama, intentó explicar el comportamiento del condenado sugiriendo que este había intentado contener la respiración una vez que el nitrógeno comenzó a fluir, lo cual podría haber prolongado su agonía. “Aparentemente, Smith intentaba contener la respiración tanto como le fuera posible”, señaló Hamm, añadiendo que se movió involuntariamente y que su lucha y respiración agónica estaban dentro de los efectos secundarios esperados por la hipoxia por nitrógeno.
Por su parte, Mike Sennett, hijo de la fallecida a manos de Smith, Elizabeth Sennett y presente en la sala destinada a la familia de la víctima durante la ejecución, compartió sus impresiones en una rueda de prensa, declarando su incapacidad para olvidar los violentos últimos momentos de Kennet Smith.
Según Sennett, hubo un silencio casi total mientras observaban las convulsiones del condenado. “Nos habían dicho que tomaría dos o tres respiraciones y luego se iría. Eso no fue lo que sucedió”, expresó Sennett, quien también mencionó que Smith trató de levantarse, algo que él consideró como un posible instinto de supervivencia.
El fin del caso
Tras más de 35 años de espera, finalmente se había llevado a cabo la ejecución de Kenneth Smith y con esto, el caso quedó cerrado. La ejecución terminó a las 20:15 hora local, momento en que se cerraron las cortinas de la sala de testigos destinada a los medios de comunicación.
Mike Sennett, visiblemente afectado y sin sus gafas, intentó leer unas notas preparadas para la ocasión, expresando que la familia no celebraba, sino que se sentía aliviada de que la agonía hubiese acabado. “No estamos celebrando, simplemente estamos aliviados de que finalmente haya sucedido”.
Por otro lado, en una conferencia de prensa improvisada en el hotel donde se alojaban, Deanna Smith, esposa de Kenneth quien se casó con él estando en prisión en 2021, compartió su desgarradora experiencia. Vestida con una camiseta que rezaba “Nunca Solo”, Deanna describió cómo su esposo “sufrió convulsiones y luchó por respirar durante al menos 10 minutos”. “Mi pregunta para ustedes es, ¿dónde está la humanidad? ¿Dónde está la compasión?”, cuestionó, criticando la presencia de la prensa durante esos desgarradores momentos.