Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, ha concedido una entrevista en la que, por primera vez, se sincera sobre los aspectos más personales de su vida. La expolítica ha hablado abiertamente de la relación con su marido, el terrible accidente de moto que sufrió o su situación económica.
En una conversación íntima con Nacho Gay en Vanitatis, Cifuentes asegura que no es una persona anclada en el pasado: “Yo no miro al pasado, ni tampoco miro al futuro, miro al presente. Eso lo aprendí hace ya bastantes años y para mí la vida es lo que pasa en el momento presente”.
Su participación en el programa Hasta el fin del mundo ha supuesto una experiencia intensa para ella: “Dos meses con sus días y sus noches”, recuerda, destacando la dureza y el carácter fascinante del formato. “El programa ha sido fascinante. Muy duro, pero fascinante, porque te permite viajar de verdad”, afirma.
Durante el programa, la expresidenta viajó sin tarjeta de crédito, sin teléfono móvil y sin internet, lo que le permitió interactuar con la gente y conocer realidades muy distintas: “Lo que hemos visto no es pobreza, es miseria. Son niños pidiendo en la calle. Muchos, solos. Son unas condiciones de vida tremendas”, relata. Esta vivencia le ha llevado a valorar más lo que tiene y a reflexionar sobre la suerte de vivir en España y en Europa.
Sobre su relación con Alba Carrillo, su compañera en el programa, reconoce que no se conocían previamente y que eso supuso una dificultad añadida: “Éramos la única pareja que no tenía una relación previa”, explica. A pesar de los roces y las discusiones que se han mostrado en televisión, Cifuentes asegura que la convivencia ha sido “razonablemente buena” y que se queda con la parte positiva: “Alba es una chica muy graciosa, rápida, inteligente, divertida. Yo me quedo con la parte buena”.
La gestión del dinero, el trabajo y la jubilación
En cuanto a su situación económica, la expresidenta madrileña desmiente la imagen de lujo que a menudo se asocia a las figuras públicas: “Yo no he vivido rodeada de lujos en mi vida. Vivo de alquiler y llevo una vida completamente normal”, afirma en la entrevista con Vanitatis. Explica que lo que ha ganado a lo largo de su vida lo ha dedicado principalmente a la educación de sus hijos: “He podido darles la mejor educación que he sido capaz de pagarles. Eso me hace sentir que de alguna manera he cumplido mi misión”.
Sobre su patrimonio, recuerda que en 2015 declaró 26.392 euros y que no poseía inmuebles, vehículos ni otros bienes. Relata también las dificultades económicas que ha atravesado su familia, especialmente por la crisis en el sector de la construcción que afectó a su marido, arquitecto: “Hemos tenido que reinventarnos y pagar deudas que él tenía contraídas en su estudio de arquitectura. Ha habido épocas en las que yo he tenido que mantener íntegramente a la familia”.
Respecto a la jubilación, Cifuentes señala que, como funcionaria en excedencia de la Universidad Complutense, no prevé poder jubilarse en el sentido tradicional: “Los autónomos no nos podemos jubilar nunca en la vida”, afirma. Sobre su trabajo en televisión, es clara: “La tele hoy en día no da mucho dinero, por lo menos a nivel de colaboraciones”. Añade que su patrimonio actual es muy similar al que tenía cuando estaba en política.
37 años de amor en libertad
La tertuliana televisiva ha abordado su relación de pareja, algo inédito en su trayectoria mediática. Cifuentes subraya la complicidad y la libertad como claves para mantener una relación larga: “Llevo 37 años con la misma persona. Las relaciones tienen que ser voluntarias. Incluso los límites tienen que ser voluntarios”, defiende.
Así, la expolítica explica que nunca ha impuesto restricciones a su marido y que la confianza es fundamental: “Yo a mi marido nunca le he dicho: ¿Qué has hecho? Ni tampoco le he dicho: No salgas, no entres. Yo le dejo hacerlo. Estoy convencida de que nunca ha hecho nada, precisamente porque le he dejado hacer lo que quisiera”. Para ella, el respeto a la individualidad y la libertad dentro de la pareja son esenciales: “Si tú me quieres obligar a que yo haga una cosa, no la voy a hacer. Si me lo pides, por favor, igual sí”.
Sus momentos más duros
En su charla con Nacho Gay, Cristina Cifuentes también relata algunos de los episodios más complicados de su vida, como su salida de la política o el accidente de moto que estuvo a punto de costarle la vida.
Cifuentes califica su salida de la política como “muy traumática” y explica que el objetivo era “echarme de la política, obviamente. Pero había un segundo objetivo, había ahí un componente personal de venganza, que lo que buscaba era la destrucción personal”. Relata que decidió no quedarse “metida en el agujero” y optó por reinventarse: “La venganza, el odio, es un sentimiento absolutamente destructivo. El olvido es la única venganza y el único perdón”, cita, haciendo referencia a Borges.
La expolítica reconoce que la experiencia de pasar por momentos límite, como su estancia en la UCI en 2013, le ha cambiado la perspectiva: “Cuando le pierdes el miedo a la muerte, ya nada te da miedo. (…) Yo estoy preparada para cuando venga en cualquier momento”, sentencia.