Tal y como advertían médicos y epidemiólogos, la gripe ha adelantado su llegada. Los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III (ISCII) estiman una incidencia de 349,5 casos por cada 100.000 habitantes en la semana del 1 al 7 de diciembre, más del doble de lo registrado al terminar el mes de noviembre. La responsable de esta propagación tan rápida del virus es una nueva variante de la influenza, el sublado K del gen A (H3N2), una cepa más contagiosa que se ha extendido por Europa y parece haber llegado a España.
Madrid, Aragón, Cantabria, Murcia, Andalucía y Cataluña son algunas de las comunidades más afectadas por las infecciones respiratorias agudas, superando en algunos casos los 1.100 casos por cada 100.000 habitantes. Mientras unas consejerías han implantado el uso obligatorio de la mascarilla en centros de salud y residencias al superar el nivel epidémico de la gripe, en Andalucía, Madrid y Cantabria se quedan en la recomendación de su uso, especialmente para personas con síntomas.
Según sube la curva de contagios, con el aumento de las urgencias los hospitales empiezan a notar la presión. En la capital, que ya ha registrado más de 35.000 casos de gripe esta temporada, la situación de varios hospitales “es crítica”, denuncia Guillén del Barrio, portavoz del sindicato TERE La Paz. “En el Hospital Gregorio Marañón se está habilitando un pasillo que llaman ‘pasillo 12′, que tendrá camas permanentemente. Por otra parte, en la urgencia de La Paz hemos llegado a tener 63 pacientes en una sala de 31 camas y 23 pacientes en una sala de 12 camas”, añade.
Una situación similar vivían en el Hospital 12 de octubre el pasado 9 de diciembre: pese a tener cuatro puestos de triaje abiertos, 26 personas hacían cola para esperar valoración. “No han empezado todavía las fiestas de Navidad y ya hay colapso en las urgencias de los hospitales de Madrid”, denunciaban desde el sindicato Mats, que recalcaba que el centro solo había contratado un trabajador extra para la campaña de invierno. “No es la gripe, es la privatización y el desmantelamiento”, recalcaban en un comunicado.
Frente al aumento de la presión asistencial, la solución es ofrecer horas extra al personal disponible, critica Del Barrio, una “muy mala señal” que indica que no habrá contratación de personal. “Los hospitales dicen que no encuentran personal y esto se debe precisamente a que no han ofrecido contratos de refuerzo con antelación, y ahora, efectivamente, no hay personal disponible porque les han contratado en otras comunidades autónomas”, lamenta.
Un problema estructural
La Comunidad Valenciana es la región que registra una mayor incidencia de infecciones respiratorias agudas, con 1.195 casos por cada 100.000 habitantes, y sus centros sanitarios no son ajenos a este repunte. El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) ha denunciado el aumento de la presión asistencial, especialmente en los servicios de urgencias.
La saturación es especialmente grave en hospitales como La Ribera, en la provincia de Valencia, que en la jornada del miércoles tenía hasta 56 pacientes de ingreso, o el Clínico de Valencia, con unos 35 pacientes pendientes de ingreso. “Se han tenido que doblar camas en las habitaciones, hay pacientes en los pasillos de urgencias”, denuncia Yolanda Fernández, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en la Comunidad Valenciana.
El panorama se replica en Cataluña, que registra sus peores datos de gripe en 15 años, con 418 casos estimados por cada 100.000 habitantes. La alta incidencia ha llevado al Govern a implantar la mascarilla obligatoria en centros de salud, pero esto no ha conseguido impedir que los hospitales grandes se encuentren con las urgencias saturadas. “Los hospitales intentan sobrellevar la situación abriendo camas, que es lo que posibilita frenar los pacientes que debes ingresar”, explican desde el sindicato SATSE. “El problema es que el sistema tiene que tener prevista la dotación presupuestaria para tener suficientes camas y profesionales para poder atender las patologías respiratorias”, reclaman, un trabajo que, un año más, llega tarde.
Es un problema que ya se ha vuelto cíclico y estructural, pero que este año se ha adelantado “casi dos meses”, según CCOO. “No tenemos plantilla suficiente, porque el refuerzo es mínimo para lo que necesitamos”, explica Fernández. “Necesitamos que se implemente un plan de contingencias, donde se contemple ese refuerzo de personal, sobre todo de personal facultativo y de enfermería, que se necesita para atender el repunte de las enfermedades respiratorias”, concluye.